Nick Hornby no solo escribe buenos libros, también es el rey haciendo que sus historias trasciendan el papel y sean llevadas al cine. Está al mismo nivel que Stephen King, John le Carré o Charles Dickens, si los ponemos a competir con sus novelas adaptadas al cine. Seis de los ocho libros de Hornby -en castellano publicados por Anagrama- han sido llevados a la pantalla grande, comenzando con Fever Pitch, su trabajo autobiográfico sobre un fanático de los deportes obsesionado con el Arsenal FC, una comedia romántica que primero fue una película británica y luego una de Hollywood protagonizada por Drew Barrymore y Jimmy Fallon.
Le siguió una magistral About a Boy, una cinta donde Hugh Grant interpretaba a un hombre con síndrome de Peter Pan, que se hace amigo de un niño para sacar provechosas citas con madres solteras. El libro no solo pasó al lenguaje fílmico, sino que, 12 años después, se convirtió en una serie homónima producida por la NBC. Lo mismo sucedería con Slam, A Long Way Down y la aclamada High Fidelity –Alta Fidelidad en castellano–, donde John Cusack interpretó la historia de Bob Gordon, un treintañero melómano con torpes herramientas de seducción. Dirigida por Stephen Frears, High Fidelity trasladó la historia de Nick Hornby de Londres a Chicago para convertirla en un fenómeno universal, un tributo al amor, los discos y la música indie pop.
Desde este viernes 4 de enero, otra de las novelas de Nick Hornby llega al cine: Juliet, desnuda. Esta nueva adaptación narra la historia de un fanático apasionado por una estrella rock underground, quien no había dado un concierto en años, y que se ve obligado a reaparecer, luego de que su novia escribiera un comentario despectivo sobre un álbum desenterrado. Chris O’Dowd, Ethan Hawke y Rose Byrne interpretan, respectivamente, a estos personajes que crean esa atmósfera propia de las novelas de Hornby: comedia romántica de aire inglés, con grandes toques de nostalgia al pasado.
Dirigida por Jesse Peretz, director de Our Idiot Brother o series como GLOW y Girls, Juliet, Desnuda presenta diálogos fieles al libro. Con los dos personajes masculinos contrapuestos, la protagonista es el punto de conexión entre ambos; es ella quien aviva los miedos y deseos de los tres personajes.
Además, la película dialoga con el clásico viaje de Odiseo: los personajes crecen al revisitar los errores que han cometido o al reflexionar sobre aquello que han dejado de hacer. Nick Hornby continúa la fórmula de High Fidelity, creando un hilo de conexión a través de la música.
Juliet, desnuda representa la muerte de las expectativas que nos hacemos en la juventud y, en consecuencia, las frustraciones, pero también la toma de conciencia que el tiempo ofrece. El film invita a reflexionar acerca de nuestra capacidad de cambio, a abandonar lo que no funciona y a reconocer aquello que nos llena, pero a lo que nunca hemos prestado atención por estar envueltos en el mundanal ruido.
La película recurre a la comedia romántica inglesa que da forma a la narración, cuyo mensaje es fácil de comprender para una generación millennial nostálgica y ansiosa de respuestas. No es casual, que el personaje del fanático desee escuchar una maqueta de un disco en formato CD en el ya viejo discman, que al final termina por no funcionar, pues le faltan baterías. Una metáfora del cierre de ciclos para cualquier millennial, una maravillosa fábula sobre la madurez.
