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Cultura

Steve Lean o cómo un chaval barcelonés revolucionó la industria musical en España

El joven productor cambió la música urbana del país con sus beats para PXXR GVNG

Steve Lean o cómo un chaval barcelonés revolucionó la industria musical en España

Había que estar en la Boiler Room organizada por Ballantine’s en Madrid para comprobar que no hay género musical –por energía, fuerza y magnetismo– como el trap en España. Las guitarras eléctricas ya no se venden, Fender y Gibson sobreviven con pulso débil, y ahora los chicos (y las chicas) quieren teclados y mesas de mezcla. A algunos (y algunas) con un ordenador en casa les basta. Ahí encontramos a Esteban Correa, a.k.a. Steve Lean, el muchacho de Barcelona que nació en 1996 y ha puesto patas arriba la música urbana de nuestro país.

“Yo soy músico desde los tres años, cuando vivía en Uruguay”, me cuenta Steve. “Me ponía delante de la tele con mi batería, que me compró mi madre con sus ahorros –una batería real, no de juguete– y tocaba los anuncios que salían. Soy autodidacta . Me apuntaron a unas clases, pero el profesor pronto me dijo que ya tenía el nivel”. Era todo oído, dice. La música ha guiado sus pasos desde entonces. “Empecé a producir en 2008, con 12 años. O incluso antes, con 9 ó 10, cuando descubrí el Free Studio, un programa para hacer beats. Acababa de salir YouTube, no había tutoriales, no había nada. Empecé a jugar con eso y no lo dejé, nunca, hasta el sol de hoy sigo con lo mismo”.

–¿Ha cambiado mucho tu forma de hacer música o no ha cambiado en absoluto? –pregunto.

–Nada –responde–. Lo sigo haciendo de la misma manera.

Qué representativo lo que dice: “Nada”. Steve Lean ha producido casi todo su material con unos auriculares básicos, aunque ahora trabaje con unos Beats Pro y unos Beats Solo 3, y demuestra a las claras que nunca hay que buscar el lugar seguro ni el momento de iluminación para comenzar a trabajar, sirve de poco la parálisis para quien quiere escalar montañas.

Un episodio fundamental en su carrera fue conocer a Fernando Gálvez, a.k.a. Yung Beef, que le contactó por internet después de descubrir su música en Soundcloud. La simbiosis que provocaron alcanzó sus cotas más altas con PXXR GVNG, que completaron con Khaled y D. Gómez (ahora Kaydy Cain), que creó una escena donde no había nada y la imagen de ellos como niños terribles de la industria. Con sus estéticas y sus formas parecían sacados del libro del Apocalipsis. Hace tiempo que el rock perdió ese encanto, algo está muriendo lentamente y algo no para de crecer en el mundo de la música.

–¿Está la guitarra desfasada?

–¿Desfasada? Depende de cómo la utilices –Steve Lean se toma una pausa–. Es que yo transformo un sonido de mil maneras. Puedo darle todo el juego que quiera.

Esa misma evolución que experimentó el rock and roll hace 60 años, ese recorrido desde las afueras hasta la Plaza Mayor de la cultura de masas, lo están viviendo el trap y el reggaetón. Escribió Kurt Cobain una canción llamada In Bloom donde se burlaba de que aquellos que le acosaban en el instituto por su aspecto y por su música fueran los mismos que luego asistieron a sus conciertos. Steve Lean sabe bien que la historia tiende a repetirse, solo que con distintos actores, y por eso hace un alegato a la autenticidad. “Se están haciendo demasiados intentos de música mainstream y muchos están fallando”, sostiene. “En realidad, podrían estar haciendo algo nuevo y petarlo. Que no todo el mundo se suba a lo mainstream. Creo que cada uno debe hacer lo suyo, que si está bien hecho la va a romper”.

Tampoco es que esta cuestión le robe mucho tiempo, prefiere centrarse en su carril de la piscina, que girando la cabeza entra el agua y empeoran los resultados. Por esta razón le pregunto por su trabajo, por el origen de los beats que compone, ¿cuántas canciones pueden convivir al mismo tiempo y en el mismo espacio dentro de su cabeza? “Fíjate que no lo pienso”, sonríe. “Me siento… y lo que salga. Compongo muy rápido. No estoy muy saturado. Si te saturas, te emparanoias. Así que intento no pensar en nada más que en lo que me salga en cada momento”.

–¿Te preocupa repetirte o caer en la plantilla?

–¡No, no! –zanja–. Siempre he estado muy seguro de lo que he hecho, desde el principio, y sé que doy para más, no sólo para el trap. Se me da bien eso, pero sé hacer muchas cosas más.

Su ambición ahora es seguir haciendo música, por supuesto, y a ese deseo se ha sumado otro: impulsar como productor las carreras de otros artistas. Morad ha sido el primero. “Es un chavalín”, comenta. “Cuando comencé con él hace unos meses no tenía ni 1.000 views en sus vídeos, ¿sabes? No tenía nada ese chaval. Mi manager y yo empezamos a buscar la manera de que pudiera trabajar y comer de esto y vivir tranquilo. Creo que tengo talento para eso, para coger un artista y ayudarle en todo para que vaya p’arriba”.

Steve Lean tiene 22 años y la convicción de que el futuro de su carrera pasa por Estados Unidos. Si sigue en España se debe a asuntos estrictamente judiciales: ha estado en libertad provisional y teme que no le dejen entrar en el país. Hay estrellas como Future que preguntan por él. Mientras tanto, sigue adelante en un negocio que tiene sus peligros, sobre todo cuando eres joven. “He aprendido de la industria que hay que tener mucho cuidado”, reconoce. “Hay que ver bien dónde uno se mete y también dónde no se mete. Tengo mucha seguridad en lo que hago y sé muy bien con quién hacer tratos. Vas aprendiendo de todo eso”.

–¿Y no tienes miedo a perderte por el camino?

–Yo voy tranquilo –responde–. Soy muy aplicado en el trabajo. Sé lo que hago bien y lo que hago mal. No voy a caer. Soy un chaval cero drogas y tengo una visión y el ejemplo de mi padre.

Steve Lean, el barcelonés de 22 años que está revolucionando la música en España
Steve Lean, durante la entrevista en el ‘backstage’ de la sala But. | Foto: T.O.
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