Famous, ganador de OT 2018: "Fue duro el final repentino de la gira. Tengo fe en que haya más conciertos"
Famous ganó la última edición de Operación Triunfo, se llevó 100.000 euros, y ahora acaba de estrenar su primer single: ‘Bulla’
Famous es un nombre ambicioso para un recién nacido. Aunque en algunos casos parece premonitorio. Famous Oberogo nació en Ámsterdam en 1999, pero —hace una pausa e insiste— él es nigeriano, es de allí de donde se siente y del pueblo de su abuela —que tiene un nombre muy difícil y es un pueblo, pueblo— de donde le brota la cultura y le crecen los recuerdos. También es sevillano, claro, de Bormujos, tanto que parece una broma que tuviera miedo de no encajar cuando llegó a España por primera vez.
Famous ganó la última edición de Operación Triunfo, se llevó 100.000 euros, y ahora acaba de estrenar su primer single: Bulla. «Yo soy un chico de pueblo que pasa por un programa, sale, y de repente es conocido, y me preguntan sin parar qué vas a hacer con tu carrera, qué vas a hacer con tu vida… ¿Qué mejor palabra para definir eso que bulla? Que es una palabra de Sevilla, que me encanta», cuenta a The Objective sonriente sin parar.
Durante los 40 minutos que dura esta entrevista, Famous se ríe, trata de explicarse, se lía y se ríe otra vez, disfruta contando su situación actual, solo una vez casi llora: al ver su última actuación del concurso. Pero en general, Famous podría ser uno de esos adolescentes que salían en los libros de inglés y que había que unir su foto con una flechita a las palabras happy, smile o cualquiera de esas que representaban emociones positivas.
Bulla —escrito por el propio Famous, por Yoby Zúñiga y Juanjo Martín (pianista de Morat), y producido por Josh Tampico (que ha trabajado con Bon Jovi o Red Hot Chili Peppers)—, es un tema que parece que nadie se esperaba. En el videoclip, Famous baila, posa y canta y todo le sale muy bien, pero no saca el vozarrón que le llevó a ganar por los pelos a Alba Reche. Y la gente de Internet, que es muy de eso, de la ofensa y la indignación, se enfada con un chaval de 20 años recién cumplidos que en realidad progresa adecuadamente en todo lo que oficialmente debe hacer un cantante.
Él se explica con paciencia: «Más adelante sí o sí va a haber más voz de Famous, pero para estrenarme quería hacer algo que no he hecho antes, algo bailable, con voz muy grave, con mis raíces africanas, para cambiar un poco y salir de mi zona de confort».
De esas raíces recuerda las manos, la protección, de su abuela cada vez que se ponía enfermo. Fue para tener un mejor tratamiento por lo que decidió venir a vivir a España con sus padres. «A causa de que yo me ponía muchas veces malo, no conseguía acabar el curso, me trajeron aquí por el tema del tratamiento. Me puse mejor, empecé los estudios… Fue un choque grande, era muy raro todo. Parecía que la gente hablaba chino, no entendía nada. Tenía el miedo de si podría aprender el idioma, podría encajar. Pero la gente y los compañeros de clase pusieron de su parte, para integrarme».
Por su historia no entiende el rechazo y el racismo que ha encontrado como foco estos últimos días el barco de Open Arms. «Habría que abrirse un poquito más la mentalidad, porque igual que un español se va a Inglaterra a buscarse la vida, ellos hacen lo mismo. Huyen de una situación que no es cómoda, que no están bien. Quieren cambiar su forma de vivir y estar mejor. Por eso vienen aquí. Además de África a Europa es complicado conseguir un visado, coger un avión, también es carísimo, por eso buscan cualquier manera de llegar hasta aquí y sobrevivir y tener un trabajo y estar estables, también emocionalmente».
— ¿Tú has vivido alguna vez algún episodio discriminatorio?
— Sí, pero es que yo paso, pienso que es gente que no merece la pena, si sigue teniendo esa mente cerrada. Tío, estamos en el siglo XXI, cambia, acostúmbrate, hay gente de todo tipo en el mundo, diferentes culturas, y además eso es superbonito. A mí me encanta. Cuando yo voy a Inglaterra o Francia, me encuentro a gente de todo tipo: mora, china, negra… Por ejemplo, en España hay una cosa que me hace mucha gracia y es que da cosa decir negro a una persona negra. Es como, tío, soy negro, no me digas negrito. Aunque vaya con buena intención, es como decir que soy menos negro. Cuando me dicen morenito todavía peor: no, soy negro.
«Recibí una colleja cuando salí ganador»
Famous entró en OT porque era la forma de ir a Eurovisión, o así le convencieron sus amigos. Nunca se había presentado a ningún otro concurso, acababa de terminar los exámenes de Bachiller y su plan era irse a Inglaterra a estudiar música. Lo dejó todo el día que le pusieron la pegatina. Su padre dudó un poco de que fuera a abandonar su posibilidad de formarse para seguir haciendo un casting. Pero él canceló todos los planes y consiguió que sus padres se emocionaran cuando cayó el confeti y Roberto Leal le anunció como ganador de OT 2018.
—¿Qué se te pasó por la cabeza?
—Estaba blanco, solo recuerdo el confeti… Recuerdo recibir una colleja, eso sí, no sé si era de Damion. Estaba en shock todo el rato. Veía al público y a mis padres.
—¿Has tenido que enfrentarte a ese estigma de que los ganadores de OT nunca triunfan?
—Eso es una tontería. Lo escucho y me hace mucha gracia. Me parece un absurdo. Ganar no significa que estés triunfando todo el rato. Vale, has ganado un concurso, pero ahora toca salir y afrontar la realidad, de trabajar y mantenerte ahí. No creo en eso.
—¿Recibiste algún consejo de Amaia?
—La verdad es que no. Además intenté contactarme con ella, pero yo creo que está muy ocupada y siempre me dice: «Después te llamo…». Y no me llama y yo es como «Amaia, tía».
Desde que salió de la academia le han pasado varias cosas casi increíbles —y las que quedan—: ir al estreno de El rey león en Londres, al que también asistieron Meghan Markle o Beyoncé, o estar hablando por teléfono de repente con César Sampson. Pero entre todas, la más alucinante fue el concierto con sus compañeros en el Wizink Center de Madrid ante 15.000 personas.
De esa emoción del inicio han pasado al shock del final repentino de la gira de OT. Se suspendieron dos conciertos: el que estaba previsto en el ARTS d’Estiu en Pineda del Mar (Barcelona) el 15 de agosto, que se canceló tras no vender entradas suficientes, y el show de cierre de gira, en Almería, que fue anulado 10 días antes.
«Fue bastante duro. Tú piensas que tienes dos conciertos más y a lo mejor vienen más y, de repente, te dicen: no, se cancelan los dos últimos conciertos. Y es como… ¿qué está pasando? ¿Qué coño? También he estado pensando, que también es normal, que es mitad de agosto y que la gente está de vacaciones por ahí, quiere irse de viaje. Que es hacer un parón… Yo creo, espero, tengo la fe, de que va haber más conciertos. O eso espero».