"Estamos aquí para agradecer a Franco 40 años de paz": cánticos y rezos para despedir al dictador en Mingorrubio
Unas 250 personas dan el último adiós a Francisco Franco en los alrededores del cementerio de Mingurrubio-El Pardo
«Si Franco levantara la cabeza…». ¿Cuántas veces no has escuchado este eslogan espiritista? Pues bien, hoy, Historia de España, Francisco Franco levantó la cabeza, aunque no de la forma en la que hubiesen deseado sus más fieles adeptos. Esos que pasadas las 11:00 de la mañana hasta las 17:00 de la tarde se han arremolinado en las inmediaciones del cementerio de Mingorrubio-El Pardo para dar el último adiós a su caudillo.
La jornada comenzaba tranquila y fría. Más de un centenar de periodistas de todas partes del mundo esperábamos desde primera hora de la mañana la llegada de los restos del dictador que después de casi 44 años salen del Valle de los Caídos para ser reinhumados junto a los de su esposa, Carmen Polo.
Desde La Moncloa, café y cruasanes para amenizar el día que volverá a cambiar los libros de Historia de nuestro país. Decenas de agentes nacionales y locales vigilan la zona. También la policía ecuestre y un helicóptero controlan que todo transcurre dentro de lo establecido. Debemos pasar tres controles de seguridad hasta llegar a los pies del cementerio, donde se ha habilitado una zona para prensa.
Sin embargo, la tranquilidad y los corrillos de periodistas terminan pasadas las 11:00 de la mañana, cuando unos 250 manifestantes de todas partes de España, jóvenes y no tan jóvenes, se empiezan a concentrar en las inmediaciones del cementerio –a unos 300 metros de la entrada del camposanto– a pesar de que esta no fue autorizada por la Delegación del Gobierno.
Unas 200 personas se manifiestan en los alrededores del camposanto. Banderas españolas, preconstitucionales y gritos de “Viva Franco” y “prensa española manipuladora” #exhumacionFranco https://t.co/cXLVJiCJYc pic.twitter.com/76uFGEcOgf
— The Objective (@TheObjective_es) October 24, 2019
Portando banderas españolas pero también preconstitucionales, pecho bien en alto y brazos bien arriba, comienzan a entonar el ‘Cara al sol’ para homenajear al caudillo, fallecido el 20 de noviembre de 1975; al jefe de Estado, cuentan, «que trajo 40 años de paz y prosperidad» a nuestro país. «Él estableció la seguridad social, creó pantanos, todos los hospitales que tenemos ahora se los debemos a él», nos cuenta Marco Aurelio, que porta una bandera preconstitucional liada al cuello y quien se irrita cuando le preguntamos por las víctimas del franquismo: «¿Víctimas del franquismo? ¿Y ellos qué tiraban en la guerra, caramelos? Si hablamos de muertos hubo muchísimos más por el otro lado, que asesinaron a más de 8.000 frailes y monjas. Fue una cruzada por el comunismo», sentencia.
Opinión respaldada por Inma, una madrileña que asegura estar manifestándose por ser «española y católica». A regañadientes nos cuenta que se concentra porque quiere dar las gracias a Franco por todo lo que ha hecho por España, un «político», asegura, «al que mucha gente está agradecida». Y es que, según la madrileña, que acude a El Pardo junto a sus padres y pareja, la exhumación le parece «un horror porque enfrenta a las personas».
«Periodistas terroristas»
Los profesionales de la información no somos bien recibidos entre este grupo de adeptos al caudillo. Pronto comienzan los gritos de «prensa española manipuladora» y «periodistas terroristas». Los manifestantes proclives a hablar con los informadores se muestran con cuentagotas porque «a saber luego qué contáis y qué corte ponéis de mi declaración». Sin embargo, el momento de más tensión se ha vivido cuando el golpista Antonio Tejero, de 87 años, se ha dejado caer por la zona para saludar y apoyar a los manifestantes. Si bien un buen grupo de ellos han arropado al exguardia civil con gritos de «te queremos» y «¡Viva Tejero!», otros se han dedicado a increpar y agredir a la prensa. Una compañera de Europa Press ha denunciado haber sido agredida en este momento por un grupo de asistentes a la concentración.
«Con Franco las mujeres no tenían que trabajar»
Y así, entre gritos de exaltación al caudillo, a las 13:50 llegaban en helicóptero los restos de Francisco Franco al cementerio de Mingorrubio-El Pardo. Sin embargo, no ha sido hasta las 14:40 cuando el coche fúnebre que trasladaba el féretro ha hecho su entrada en el camposanto. Minutos antes lo hacían una veintena de familiares y la comitiva política integrada por la ministra de Justicia en funciones, Dolores Delgado, el secretario general de la Presidencia del Gobierno, Félix Bolaños, y el subsecretario del Ministerio de la Presidencia, Antonio Hidalgo.
En el interior, en un acto sólo para familiares, ha tenido lugar una misa en recuerdo al dictador oficiada por el sacerdote Ramón Tejero, hijo de Antonio Tejero, y el prior de la abadía del Valle de los Caídos Santiago Cantera. El sepelio ha durado unos 45 minutos. Después, uno de los momentos más impactantes de día, cuando dos bisnietas de Francisco Franco, de riguroso negro, han salido del cementerio desplegando una amplia bandera preconstitucional con el águila. Acto seguido, el nieto del caudillo, Francis Franco, se ha acercado a los medios para denunciar el «maltrato» recibido en el interior de la cripta donde, aseguraba, se les ha requisado los móviles porque «alguien ha pensado que estábamos grabando». «Ha sido un momento muy desagradable y doloroso», ha comentado sin precisar si hay imagen del momento de la reinhumación.
Tras acabar el funeral se ha levantado el cordón policial, por lo que los manifestantes –aunque eso sí, un grupo mucho más pequeño que el que se congregó al principio de la mañana– han podido acercarse a la puerta rezando una y otra vez el ‘Ave María’. Mientras tanto, el cura que ha liderado la concentración rezaba por el Ejército español y «por si un día tiene que proteger a la verdadera España”, “el orden frente a este desorden y destrucción».
De esta forma, se pone fin, tras 44 años, a un episodio de la Memoria Histórica de España. Porque todavía quedan otros muchos por cerrar.
