10 libros de este año para regalar por Navidad (o cuando sea)

Esta no es una lista con los mejores libros del año. Puede que tampoco sea una lista específicamente preparada para regalar en Navidad. Pero desde luego es una sucesión de obras que se han publicado en 2019 y son extraordinarias, cada una a su manera. Hay novelas de ficción, crónicas periodísticas, memorias, un ensayo y varios cuentos. En esta lista, los títulos no se disputan el podio entre sí.

La chica salvaje, de Delia Owens

Escribí hace mes y medio sobre este libro que fue un exitazo en Estados Unidos, que copó las listas de más vendidos, que recibió elogios tan comentados como el de Reese Witherspoon, que quiere adaptarlo al cine. Una novela ágil y sencilla, bien armada, que avanza entre saltos cronológicos perfectamente guiados, que combina el amor y el olvido y la violencia y que llega al extremo del homicidio. La historia de una niña destinada a la soledad, abandonada por su familia y juzgada por su comunidad, que sin embargo encuentra en la naturaleza y en unas cuantas almas las razones para seguir adelante, sin protestas ni lamentos.

Editorial: Ático de los Libros. Páginas: 460.

Lamento lo ocurrido, de Richard Ford

El secreto de este libro –ni siquiera es un secreto, en realidad– es que se editó en castellano antes que en cualquier otra lengua. Fue un gesto de agradecimiento de este hombre del Misisipi que está unido a nuestro país por dos hilos de acero: el Príncipe de Asturias que recibió en 2016 y su fiel amigo Jorge Herralde, el hombre al que debemos Anagrama. A él le regaló este libro de cuentos que tapizan la ridiculez de la vida, que son el epítome de aquel viejo axioma: la literatura consiste en hacer ordinario lo extraordinario… y viceversa. Si hablamos de Ford, igual que en la larga tradición norteamericana, advertimos que el interés se halla en el viceversa.

Editorial: Anagrama. Páginas: 272.

Asuntos de vital interés, de Eric Lener

Los que quisimos mucho a Leonard Cohen deseamos saber en qué pensaba el genio cuando no escribía poemas ni canciones, quiénes fueron sus amigos, ¿temía a la vida tanto como a la muerte? Eric Lener compartió tantas horas con él, acumuladas en 40 años de amistad, que rememora viejas conversaciones y encuentros de asuntos de vital interés, que son todos aquellos que no tienen que ver con lo verdaderamente importante: el amor, la familia, la vocación. Y al mismo tiempo, como siempre ocurre, unos y otros asuntos coinciden. Si conoces a alguien que admiró al señor Cohen, que lo leyó y escuchó y amó: regálale este libre. O tal vez seas tú esa persona. Entonces regálalo y pídelo prestado. Así recordarás al tipo que escribió la metáfora más bella sobre los cometas (“Una cometa es un pez que ya has cogido/ en una charca a la que no llegan peces”).

Editorial: Alianza. Páginas: 296.

Historia del silencio, de Alain Corbin

Hace unos días murió Anna Karina y muchos se acordaron de aquel primer plano en Vivir su vida, película de Jean-Luc Godard de 1962, en que derrama una lágrima. En aquella película, Anna dice: “¿Por qué nos empeñamos en hablar siempre? Creo que a menudo hay que estar callado, vivir en silencio. Cuando más hablamos, menor significado tienen las palabras”. Alguien comparó este momento con una escena de Pulp Fiction, con Uma Thurman mirando fijamente al todavía melenudo John Travolta: “Así es como sabes que has encontrado a alguien especial, cuando te puedes callar un minuto y estar cómodo en silencio”. En fin, todo esto para explicar que, en Historia del silencio, Corbin esculpe un paisaje lleno de citas literarias y desarrolla de manera muy escueta el valor del silencio en nuestras vidas, de cómo los silencios –cliché a la vista– dicen tanto o más que las palabras.

Editorial: Acantilado. Páginas: 152.

Gorilas en la niebla, de Dian Fossey

Es cierto que incluir este libro en la lista es un recurso tramposo: no es que se escribiera este año, su autora –la primatóloga Dian Fossey– murió hace más de 30 . Pero ha sido en 2019 y en castellano cuando Pepitas de calabaza ha rescatado esta joya –llevada al cine por Michael Apted en 1988, con Sigourney Weaver como Fossey– que nos adentra en las investigaciones de esta mujer pionera, absolutamente fascinante, que siguió al milímetro la vida de varios grupos de gorilas para comprender cuál es su mundo, ¿también sufren y lloran cuando tienen depresión? Fossey compartió tiempo con ellos, forjó amistades y, en último término, aquella devoción le costó la vida: encontraron en su cabaña en las montañas de Ruanda su cuerpo inerte y con el cráneo partido en dos. Presumiblemente, le dieron muerte con un panga, el clásico machete empleado por los cazadores furtivos, igual que habían hecho antes con tantos gorilas. Así que no, este libro no es solamente una investigación científica de los primates: es al mismo tiempo la crónica maravillosa y terrible de la humanidad de los gorilas y la crueldad de los humanos.

Editorial: Pepitas de calabaza. Páginas: 460.

El monje de Moka, de Dave Eggers

Cuando Eggers comenzó a escribir este libro magnífico no sentía interés por el café, que en sus líneas tiene todo el valor y ninguno. Porque podría no ser el café: podría ser el coltán, el textil, tantas cosas. El autor de Una historia conmovedora, asombrosa y genial escribe en esta ocasión una obra de no ficción donde el protagonista se llama Moukhtar Alkhanshali, es norteamericano de padres yemeníes y está hecho de carne y hueso. “Quería hacer un trabajo periodístico sobre los americanos que fueron abandonados en Yemen mientras los saudíes atacaban con bombas americanas”, explicó el propio Eggers en una videoconferencia que pudimos seguir en el Kosmópolis de Barcelona. Pero acabó haciendo un trabajo sobre qué hay detrás de los productos que consumimos, cuál es el precio a pagar, a partir del relato de un joven que trabaja en un Starbucks y averigua que sus orígenes son los mismos que los de esos granos con los que prepara el café. Dicho esto, no es más que el punto de partida; Eggers consigue narrar esta historia verdadera de una forma conmovedora, asombrosa y genial.

Editorial: Literatura Random House. Páginas: 320.

El director, de David Jiménez

La idea le rondaba la cabeza desde que salió de El Mundo: contar qué sucede en el despacho del director del periódico más influyente del país y qué sucede fuera. Qué relación existe entre las grandes empresas y los grandes grupos de comunicación. Qué crisis intestinales se producen tras pugnar los intereses informativos con los comerciales. Qué precio tiene la ética profesional. Qué luchas por el poder se desatan dentro de una redacción donde todos son compañeros y rivales, con excepciones. Todo esto es El director, las memorias de David Jiménez tras doce meses en el cargo de un diario al que regresó tras años de reportajes en Asia. En Libros del K.O. no recuerdan un éxito editorial equiparable desde Fariña. Y, como ya pasó con el trabajo de Nacho Carretero, esta historia tendrá su recorrido en la televisión.

Editorial: Libros del K.O. Páginas: 296.

Mi marido es de otra especie, de Yukiko Motoya

Todo comienza con San descubriendo un hecho terrible: su rostro se va pareciendo más y más al de su marido. La nariz, los pómulos, los labios. ¿Qué está ocurriendo? ¿Dónde queda la individualidad cuando la pareja se convierte en una? La nouvelle de Motoya es sorprendente y amarga y divertida y tiene los atributos necesarios para estar en las listas de los mejores libros del año. Y sin embargo no lo está y ha vagado a lo largo de los meses en el secretismo y sin que los críticos más reconocidos hayan reparado en ella. Salvo Jorge Carrión en The New York Times. Es una joya que viene de la mano con otros tres relatos y que recibió el Akugatawa, el galardón más prestigioso de Japón, donde hay vida más allá de Murakami.

Editorial: Alianza. Páginas: 143.

Sábado, domingo, de Ray Loriga (Alfaguara)

Hay un talento natural en Loriga que recuerda a la mariposa de la que hablaba Hemingway cuando hablaba de Fitzgerald: ese aleteo sin esfuerzo y lleno de belleza. Claro que, como escribió Fitzgerald, no había nada de natural en aquello: era una cuestión de trabajo, de horas y días de sacrificio –si es necesario– hasta encontrar la palabra precisa. Hay algo admirable en los libros de Loriga: su habilidad para encontrar imágenes poderosísimas, tan poéticas como cinematográficas, que se anudan a tu cerebro para siempre. Fue en este libro donde dijo que más vale perder los dos guantes que uno solo. Porque de un modo es posible pasar página, del otro siempre quedará el recuerdo del guante que se extravió en el camino.

Editorial: Alfaguara. Páginas: 224.

Gina, de Maria Climent

El éxito que tuvo la edición catalana de este libro llevó a un sello como Alfaguara a lanzarse a por él. Y apostaron fuerte por su autora, que nació en Amposta hace 34 años y realizó la propia traducción del texto. Hay en su versión original, para quien pueda leerla, un hecho reivindicativo: el del catalán que escapa a la normalización. Claro que ésta es una discusión que da para muchas líneas y que resulta algo irrelevante para el lector en castellano. En cualquier caso, hay mucho más en esta novela: hay riesgo y talento y una declaración de intenciones contra el miedo. Tanto Gina como Maria tienen esclerosis múltiple, descubren que la maternidad no será posible, ¿qué implicaciones tiene la noticia en una mujer tan joven? Ella misma, Maria, lo reconoce: «Yo ya no sé ver la vida sin esclerosis múltiple, es una tela que tengo delante y para mi la vida normal es con esta enfermedad». ¡Ah!, y en la novela suenan los Pixies.

Editorial: Alfaguara/L’Altra. Páginas: 184.