Dani Gove: "Lo que me inspira para dibujar es masturbarme"
El humorista gráfico de la revista ‘El Jueves’ publica el libro ‘2030’, donde plasma y critica un futuro ficcional
Dice Dani Gove (1983), humorista gráfico de la revista El Jueves, que el límite del humor depende de la cantidad de años que uno quiera permanecer en este mundo. Confiesa que, a pesar de no haber temido demasiado por su vida, su trabajo le ha hecho recibir críticas de usuarios de Twitter muy enfadados con sus viñetas, con sus publicaciones y, en definitiva, con su imaginación.
Nunca le han llegado a demandar, pero sí ha recibido amenazas que, según él, deseaban lo peor para su abuela: “Estuve recibiendo mensajes de todo tipo porque me metí con el alzhéimer. Dicho así, y si no ves el chiste, puedes pensar que dónde se mete este tío, pero al final es solo humor”.
Gove se aparta de las críticas y de las amenazas porque las considera un “gasto de energía que no le lleva a ninguna parte”. No califica su profesión como de riesgo, pero afirma que, todas aquellas que se muestran a través de las redes sociales, son un poco arriesgadas por lo mismo: “Puedes entrar al trapo con la gente, pero no merece la pena porque a los dos días nadie se acuerda”.
Es murciano de nacimiento e hijo adoptivo de Orihuela, donde pasó gran parte de su infancia. Dice que de niño era muy bueno, poco rebelde, lo que resume como un “pringaillo”. Sus dotes artísticos no se distinguían demasiado a las de otros niños, pero, a diferencia de los demás, él nunca dejó de dibujar: “Dibujaba lo que veía en la tele: Son Goku o Las Tortugas Ninja. En definitiva, mundos fantásticos o bichos. Mi padre también pintaba y siempre que tenía la oportunidad me compraba cualquier cosa para fomentar mi creatividad como el TeleSketch”.
A pesar de que Dani decoraba continuamente los márgenes de sus libretas con pequeñas parodias de sus compañeros y profesores, al final decidió estudiar filología inglesa. Un destino que tarde o temprano cambiaría, al igual que su sentimiento de convertirse en “profe de inglés”, el cual quedó paralizado cuando se dio cuenta de que realmente “odiaba a los niños”.
Al final dejó atrás su sueño de “vivir como un profesor” y se dedicó a la sátira. “Me tiraba el día dibujando en los libros. Cuando ahora los miro, son contenidos como los que hago ahora. Son parodias, son críticas, es sátira de lo que vivía con mis amigos y profesores”, asegura Dani, quien ha cambiado los dibujos de su profesor de química por los de Pedro Sánchez.
Este año, el ilustrador estrena su primer libro, llamado ‘2030’. En él, el artista mezcla la “ficción con la sátira”, donde el protagonista del libro descubre un robot cocina que, misteriosamente, usa un software de 2030 y tiene acceso a toda la información del futuro. Un robot al que califica como su máquina del tiempo particular y que, además, hace una función similar a la de Alexa, donde contesta a diferentes preguntas sobre el futuro a través de un control de voz.
Temas como la religión, la política, los deportes o el cine están plasmados en el libro con carácter humorístico, irónico y crítico. Asuntos que en general están relacionados con la realidad actual: “Hablo de la clonación de trabajadores para poder echar horas extras, de las artimañas de Trump para hacernos ver que el cambio climático es una farsa o del aprendizaje del casteller catalán al que se van a someter los osos polares para poder sobrevivir en el único trozo de iceberg que quede”. Su imaginación va más allá en este libro, donde sus musas son quizás algo inusuales: «Lo que me inspira para dibujar es masturbarme».
Confiesa que el humor ha ofendido siempre igual a todo el mundo, pero que actualmente la diferencia se encuentra en Internet: “Antes dibujaba para el lector que compraba la revista El Jueves. Ahora lo hago para todo el mundo. Alguien le echa una foto a una viñeta que más tarde le llega a tu cuñado al que no le hace gracia cómo dibujas y que resulta que conoce a alguien en una asociación que te monta el pollo, se queja y te demanda”.
Y es que, para el murciano, internet ha hecho más complicado sorprender a la gente. Motivo por el cual intenta destacar su humor a través de sus dibujos. Le encanta plasmar temas sobre la cultura pop o la ciencia ficción, pero dedica la mayoría de su tiempo a ilustrar la religión y la política.
El artista confiesa que no le costaba esfuerzo dibujar a Rajoy, pero que hacerlo con Abascal le resulta más emocionante. Con Pedro Sánchez no le ocurre lo mismo. Tanto a él como a otros dibujantes les resulta complicado caricaturizar los rasgos faciales del nuevo presidente del Gobierno y que, en particular, le ha cogido el “gustillo” a dibujar a Isabel Díaz Ayuso, presidenta de la Comunidad de Madrid, por esos “ojos locuelos”. Además, también enseña en su canal de Youtube a cómo dibujar a algunos de ellos.
Las ganas de “mover el culo” de su estudio le han hecho publicar un libro para hacer algo diferente y para recuperar la “falta de vitamina D” de la que pecan algunos dibujantes. Es contradictorio que Dani Gove se dedique plenamente a un mundo del que sigue pensando que no se puede vivir, a pesar de que haya tenido «mucha suerte”. Confiesa que si no se dedicara a esto trabajaría como panadero en el negocio de su padre, como peluquero en el de su madre o, por qué no, en los dos a la vez: “Una vez que eres autónomo te vuelves un semidiós; no enfermas, no faltas al trabajo y coges habilidades en tu currículum sobre cualquier profesión”.