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Lisa Taddeo: “Las redes sociales han hecho que las mujeres se presenten de una manera totalmente diferente a lo que son en realidad"

Durante varios años la escritora norteamericana entrevistó a tres mujeres sobre su relación con el deseo y la sexualidad.

Lisa Taddeo: “Las redes sociales han hecho que las mujeres se presenten de una manera totalmente diferente a lo que son en realidad»

“Esta no es una obra de ficción”, explica Lisa Taddeo (Nueva Jersey, 1980) en las primeras páginas del prólogo de su libro Tres mujeres (Principal de los Libros, 2020), su primer título donde la autora, ganadora del Premio Pushcart, explora a nivel periodístico la vida de tres mujeres norteamericanas que luchan por hacer entender cómo han cambiado sus vidas a partir de las consecuencias de escuchar su deseo.

Tres mujeres es un relato de exploración en las relaciones emocionales y sexuales y Taddeo eligió el tema del deseo femenino por la honestidad en la apertura de las mujeres que llegó a entrevistar, por la necesidad de hablar de un tema que ha sido censurado de una forma u otra. Conseguir la apertura de sus entrevistadas requirió meses de exploración, de conversaciones y viajes por Estados Unidos hasta encontrar a estas mujeres que se permitieron hablar y compartir su historia.

Las protagonistas de esta novela de no ficción son Maggie, Lina y Sloane. Maggie, el único personaje que lleva su nombre en la vida real, es una joven de 20 años que sufre las consecuencias de la relación que tuvo con un maestro casado cuando estaba en la escuela secundaria. Por su parte, Lina tiene 30 años y ha decidido revivir un romance escolar después de un primer matrimonio fallido donde no había sexo. Mientras que Sloane es una mujer de mediana edad que está casada y, junto con su esposo, mantiene el pasatiempo de intercambiar parejas.

Tres mujeres es una verdad sombría y generalizada: la lucha de las mujeres[contexto id=»381722″] para lograr la elección sexual y la autonomía corporal, privilegiar su deseo antes del otro, así como el desencuentro del respeto a través de una conexión física y emocional con los hombres que las acompañan y de la sociedad que las denigra por desear.

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En tu prólogo explicas que a tu madre la seguía al trabajo un hombre que siempre se masturbaba. ¿Este hecho fue el punto de origen para comprender tu propio deseo y el de otras mujeres?

Vino al final del proceso de escritura, cuando miré hacia atrás los años que habían pasado con esas tres mujeres y con cientos de otras. El común denominador del papel de la madre y la presencia de una hija en su propio deseo tienen mucho que ver con lo que ellas sabían como madres. Si sabían demasiado o no lo suficiente. Fue lo que sabían o no lo que las llevó a sus propias historias.

Pasaste ocho años escribiendo este libro, tu primera novela de no ficción. ¿Por qué la elección de estos tres personajes? ¿Cómo las hallaste y cómo lograste que te confiaran su historia?

Investigando de forma diferente día a día, cada hora. No había ninguna fórmula, ningún conjunto de preguntas establecido, ningún grupo de personas. Fue tan inquietante que pensé en ello cada segundo. No había un día que pasara en el que no sintiera que estaba fallando escribiendo este libro. Hacía listas de cosas para hacer. Por la mañana, ponía carteles en los tablones de anuncios de cafeterías y supermercados, en las ventanas de Car2Go, en las máquinas tragaperras de los casinos, hasta en la instalación de arte de Prada Marfa que está en Texas. Por las tardes, escribía lo que había observado el día anterior, transcribía audios o escribía páginas de notas.

Encontré a Lina después de mudarme a Indiana y asistir a un grupo de discusión sobre el deseo y la sexualidad solo con mujeres. Leí sobre el caso de Maggie mientras estaba en Dakota del Norte investigando una red de prostitución. Leí sobre su juicio y las cientos de horas de llamadas telefónicas entre esta joven y su profesor y pensé que era una locura cómo un pueblo no la había creído, así que conduje para encontrarme con ella al día siguiente. Encontré a Sloane después de mudarme a Newport en Rhode Island. Escuché rumores sobre ella, que era una swinger. Me presenté por teléfono, fuimos a tomar un café y tardó un tiempo en sentirse cómoda, como es lógico con este tipo de conversaciones.

Aunque encontré a Lina primero y me sentí “bien”, la idea de “encontrar a Lina” por segunda o tercera vez me llevó por el mismo proceso desalentador. Sin embargo, en ese momento ya había mejorado un poco en la catalogación de los riesgos potenciales que esas conversaciones podían generarle a alguien sin asustarlo. También fue un factor importante la motivación de la persona a entrevistar, que alguien se abriera a dejarme entrar en su vida de una manera tan íntima y no tuviera otro propósito que el de compartir y esperar que sus historias ayudaran a otros.

Fue difícil para mí buscar a la gente y hablar con tantas personas durante meses, cuando muchas de ellas terminaban abandonando. Fue difícil para mí colocarme en una posición invasiva en la vida de esas otras personas. Estar incrustada en la vida de otras personas era extraordinariamente incómodo. Pasé mucho tiempo con estas mujeres porque quería hacerlo todo despacio y con cuidado. Sabía que si presionaba demasiado o decía algo demasiado pronto, podría ser desagradable. Más que querer «conseguir la historia», quería que todos los temas de este libro se sintieran escuchados y no utilizados, monopolizados.

En la historia de Maggie hay una necesidad que aqueja a muchas mujeres; cito: “A veces lo mejor que te puede pasar es que alguien te pregunte algo”. Más que sexo, ¿lo que deseamos es ser escuchadas?

Por supuesto. Creo que a todo el mundo le pasa. Todos quieren ser vistos por lo que son y ser amados por lo mismo. Ninguna persona en el mundo quiere ser ignorada.

Lo más interesante de Tres mujeres posiblemente sea la violencia que ejercen tres protagonistas contra ellas mismas. ¿Es la autonegación la peor violación?

No sé si diría eso. No es que no sea verdad, tal vez sí lo sea a veces. Pero miré a estas tres mujeres como si no ejercieran violencia contra ellas mismas, sino que se rebelaran contra una sociedad que no las dejaba ser ellas mismas.

Lisa Taddeo: “Las redes sociales han hecho que las mujeres se presenten de una manera totalmente diferente a lo que son en realidad"
Lisa Taddeo en New Jersey. | Foto vía Principal de los libros.

¿Son las apps de citas un anuncio de prostitución para los hombres? ¿Cuánto crees que han cambiado las redes sociales el deseo femenino a partir de la escritura de Tres mujeres?

Algo, sí. Biológicamente, los hombres son los que van a cazar a las mujeres, mientras que las mujeres están destinadas a esperar. Esa biología no se sincroniza con nuestra sociología, por eso estamos en ese perpetuo punto muerto. Con los sitios de citas o las apps no lo llamaría prostitución sino que, simplemente, los hombres están tomando las riendas, mientras que las redes sociales han hecho que las mujeres se presenten de una manera totalmente diferente a lo que son en la realidad. Especialmente las mujeres más jóvenes tienen la necesidad de ser perfectas, sexys, con un bikini en un barco. Están siendo objetivadas por el mundo, pero sobre todo por ellas mismas y son demasiado jóvenes para entenderlo.

¿A qué crees que se deba que las mujeres cercenen sus propios deseos? ¿Qué nos ha llevado a sacrificar nuestro deseo por el de un tercero, en este caso un hombre? ¿Qué tenemos miedo de decir?

Han pasado siglos de vivir bajo la mirada masculina, creyendo que el deseo de los hombres es un hecho mientras el deseo de las mujeres es simplemente el ser una presa. Eso ha comenzado a cambiar, pero tomará mucho tiempo ver realmente ese cambio. Creo que el mejor punto de partida es que las mujeres dejen de juzgar a otras mujeres, que no compitan entre ellas, que no sean crueles. Permanecer juntas como hermanas y no como bestias de la naturaleza. Aún así, nunca deja de sorprenderme la forma en que tratamos de cauterizar los cerebros apasionados de las mujeres para derrotarlas hasta que finalmente, quizás, veamos su valor y, a veces, es demasiado tarde. Tenemos miedo de que las mujeres salgan de sus cajas. Tenemos miedo de que alguien de abajo se levante. Confunde nuestro propio lugar en el mundo. Tenemos miedo de que cualquier cosa que hagamos sea para sofocar a otro ser humano.

¿Lisa Taddeo planea seguir investigando el deseo femenino en su próximo libro? ¿Qué planes tienes a futuro?

Mi próximo libro es una novela llamada Animal, que saldrá el próximo verano, sobre una mujer que comete un crimen espantoso por un violento secreto de su pasado. Después de eso mi colección de historias cortas, Ghost Lover, una de las cuales se convertirá en un show de Netflix. Estoy adaptando Tres Mujeres para una miniserie de Showtime. Además, también ando trabajando en un nuevo libro de no ficción y otra nueva novela. Debido a que tengo tanto miedo y ansiedad me he convertido en un ratoncito que da vueltas en una rueda.

***

Los relatos en Tres mujeres presentan el pesimismo de la autora sobre la promesa de igualdad sexual. A pesar de sus mejores esfuerzos para aprender lo que las hace felices, las tres parecen experimentar el castigo de todos modos. Lisa Taddeo deja en este libro una denuncia sobre la violencia naturalizada.

 

 

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