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Itziar Ituño, entre el éxito global de ‘La casa de papel’ y dos décadas de trabajo en el País Vasco

La actriz, ya recuperada del coronavirus, compagina el rodaje de la quinta temporada del fenómeno de Netflix con dos estrenos rodados en su tierra natal y en euskera: la miniserie ‘Alardea’ y la película ‘Hil Kanpaiak’

Itziar Ituño, entre el éxito global de ‘La casa de papel’ y dos décadas de trabajo en el País Vasco

Itziar Ituño | Loinaz Representación

El mundo entero conoce a Itziar Ituño (Basauri, 1974) por interpretar a la inspectora Murillo, también conocida como Lisboa, en La casa de papel. Pero la actriz llevaba más de dos décadas trabajando en el País Vasco. Y de hecho fue una película en euskera, Loreak, su trampolín a la ficción nacional. Superado el coronavirus, que contrajo a mediados de marzo, y mientras graba la quinta temporada del fenómeno de Netflix, Ituño charla con The Objective sobre sus últimos proyectos de vuelta a casa. Por un lado, la serie de ETB Alardea, actualmente en emisión. Y por otro, la película Hil Kanpaiak, cuyo estreno en cines está previsto para el 20 de noviembre.

En primer lugar, ¿cómo se encuentra después de contraer el coronavirus?

Me encuentro bastante bien. Estuve un mes y medio hasta que desaparecieron los últimos síntomas, y es verdad que el olfato no me ha vuelto al 100%, pero estoy bien. Una pena que no me ha dejado anticuerpos la cosa.

Aclarada la cuestión sanitaria, que coincidió con el inicio del rodaje de Alardea y el confinamiento, la actriz pasa a hablar de esta producción de K2000 (The Mediapro Studio), una miniserie de ficción inspirada libremente en el conflicto del alarde: un desfile festivo de importante arraigo en Euskadi que en los últimos años se ha convertido en un motivo de crispación por la participación de las mujeres.

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Cartel de ‘Alardea’ vía The Mediapro Studio.

“Muchas veces lo que me atrae de un proyecto es el personaje, pero en este caso es la historia que cuenta”, asegura Ituño. “Es un tema polémico que a mí, como mujer, me toca. Porque yo ya conocía lo que sucede con el alarde en Irún y Hondarribia, donde se ha abierto una brecha enorme y muy dolorosa entre los vecinos, separando incluso a las familias, unos en aras de la tradición y, otros, de la igualdad entre hombres y mujeres”, explica la actriz, que en la miniserie interpreta a Amaia, una profesora que junto a un grupo de vecinos y vecinas luchará por el derecho de las mujeres a desfilar en el alarde de su localidad.

“Es cierto que nosotros hemos situado Alardea en un pueblo ficticio, pero los hechos narrados están basados en los testimonios de muchas personas. Cómo se ha tratado a las mujeres que han tratado de desfilar, cómo mucha gente se ha vuelto en su contra, las han insultado y las han ninguneado. Me parecía muy importante contar esta historia”, asegura.

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Imagen del rodaje de ‘Alardea’ vía The Mediapro Studio.

“Yo siempre he estado con el alarde mixto a muerte. Porque entiendo que es algo muy enraizado y un honor muy grande para las personas que participan en los alardes, pero, ¿qué peligro hay o qué tradición se pierde si las mujeres desfilan como soldados o tocan como músicos en vez de participar solo desde el público o aplaudiendo?”, pregunta la actriz, licenciada, asimismo, en Sociología por la Universidad del País Vasco.

De momento, la serie solo se puede ver en la televisión vasca, pero Ituño confía en que pueda viajar visto el interés que ha despertado. “No creo que la ETB contara con que la serie se viera fuera del País Vasco. Por eso les ha alucinado bastante que un montón de gente en Europa, América Latina, incluso en Filipinas o en La India, la esté viendo sin entender ni una palabra”, cuenta divertida.

Con suerte, Hil-Kanpaiak (Campanadas a muerto) atraerá el mismo público. Pues Ituño reconoce que estrenar en tiempos de pandemia es un riesgo, pero también una apuesta por el cine, en este caso de autor. “Es un thriller muy sui generis”, dice la actriz sobre la segunda película de Imanol Rayo, quien tras el éxito de su ópera prima, Bi anai (Dos hermanos), dirige esta misteriosa historia de cadáveres, conflictos intergeneracionales, crímenes impunes y venganza.

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Cartel de ‘Hil Kanpaika’.

El salto a la fama y la vida en Lavapiés

Como actriz, Ituño se reconoce afortunada, pues nunca se planteó dejar el País Vasco para trabajar. Allí ha hecho teatro, televisión y cine, siendo especialmente conocida por su trabajo en Goenkale. Entre 1999 y 2015 encarnó en esta telenovela a otra policía, Nekane Beitia, una ertzaina que rompió su ración de estereotipos al declararse lesbiana. “Tuvo como siete novios y, de pronto, se enamoró de una amiga”, recuerda Ituño sobre la comisaria. “Fue muy emocionante porque en el pueblo todo el mundo lo encajaba súper bien. La serie tenía un público en gran parte tradicional, pero luego se lo tomaron con toda la naturalidad del mundo. A veces por la calle nos decían, ‘¿en qué andáis vosotras dos juntas?’ o ‘eso es el amor’”, cuenta.

Justo cuando terminaba aquella serie se estrenó Loreak (2004), en sus palabras, “la película que abre un poco la primera gran puerta a los ojos de directores de casting”. Después llegaría la llamada para La casa de papel (2017-), una serie que cambiaría completamente su vida. “Yo nunca había vivido en Madrid y me daba muchísimo vértigo ir a un lugar desconocido, enorme, donde no conozco a nadie. Aunque ahora mismo estoy en Madrid”, ríe. “Dije bueno, yo hago la serie, pero esto tiene un principio y un final, es una temporada. Quién me iba a decir que iba a volver para la quinta temporada”, cuenta. “Ahora vengo tranquila, alegre y agradeciendo a la vida porque me ha dado esta oportunidad. Es un regalo participar en esta serie que es un fenómeno social. Además, he podido conocer Lavapiés, que es donde vivo, y he hecho un montón de amigos, así que ya no vengo de puntillas”, concede.

Entre tanto, la celebridad, primero en España, de la mano de Atresmedia, y más tarde en todo el globo, cuando la serie dio el salto a Netflix. “Es un poco tremendo”, confiesa Ituño. “Al principio parece que le está pasando a otra persona porque yo he vivido toda mi vida muy tranquila dedicándome a esto. Y de repente, vayas donde vayas, alguien te conoce y te pide un selfie. Intento tratar a todo el mundo muy bien porque suelen venir con cariño, pero da cosa entrar al metro y que te reconozcan. Nadie te enseña a colocar esto en tu vida. Así que estamos aprendiendo a marchas forzadas la gente de La casa de papel”, explica. “Se agradece un montón el apoyo de la gente, pero el tema de la privacidad y la libertad personal e individual la pierdes y no puedes hacer cosas como viajar con una mochila. Y eso es así”, sentencia.

Puede sorprender entonces que, tras probar las mieles del éxito, Ituño decidiera trabajar en una miniserie de una televisión regional o en una película de autor, a lo que la actriz responde: “Hay quien piensa que los saltos hacia adelante son cuantitativos. Para mí son cualitativos, son las historias que me mueven”. Y elabora diciendo: “No porque un proyecto llegue a un gran número de espectadores o se haga súper famoso quiere decir que sea lo mejor que vas a hacer en tu vida. Para mí no hay historias pequeñas, hay historias con poco presupuesto, pero si se cuenta una historia grande, ese es mi barco. Esa es mi vara de medir”, asegura.

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Itziar Ituño como la inspectora Raquel Murillo en ‘La casa de papel’. | Imagen vía Netflix.

Cantante de rock y folclore vasco

No contenta con todo esto, Ituño también es cantante. Por un lado, lleva más de 15 años con Dangiliske, un conjunto de folk vasco. “Solemos ensayar una vez al mes, así que es compatible con mi trabajo como actriz”, señala Ituño. Por otro, está Ingot, su nueva faceta más rockera. “Tampoco me considero una cantante. Canto porque es lo que sé aportar, pues no toco el bajo, ni la guitarra, ni la batería. Y escribo las letras en euskera vizcaíno porque hay muy poquito rock en euskera vizcaíno”, cuenta. “Queremos aportar ahí nuestro granito de arena y estamos arrancando. Pero la verdad es que con el coronavirus estamos sin local de ensayo. A ver cuando podemos volver, porque tenemos ganas de juntarnos y pasarlo bien”, añade lamentando las dificultades que afrontan los músicos ante la pandemia. Y los artistas en general.

De manera no profesional, Ituño confiesa que le encanta la danza. “Es una cosa que tengo bastante abandonada desde que empecé La casa de papel, pero volveré. Para mí es alegría, me pone en estado zen y, además, es que me gusta toda la danza”, cuenta. ¿Y a qué dedica el tiempo libre? “A relajarme o a dejar de pensar voy a la montaña o a la playa. Pero soy poco de tumbarme al sol: me gusta pasear, bucear, moverme en las rocas”, añade.

De cara al futuro, Ituño reconoce que gracias al éxito de La casa de papel se encuentra en una posición privilegiada. “A mí me ha tocado pelearme muchísimo. Y ahora es verdad que puedo elegir y eso es alucinante. Yo no estaba acostumbrada a eso porque antes había poco y había que hacerlo todo. Me estoy dando el lujo, mientras dure, también de aportar algo”, afirma. “Se habla de consumir cultura y a mí me horroriza esa palabra, como si fuera algo de usar y tirar. Para mí la cultura va más allá, de aportar algo al espíritu, a la cabeza de la gente y mover algo ahí adentro”, remata.

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