Paula Mattheus resuelve sus cuentas pendientes en el EDP Gran Vía
La joven cantautora puso el teatro ‘patas arriba’ al presentar su repertorio con su voz tan personal y única y su bonito vibrato
2020 nos ha dejado muchas cuentas pendientes, demasiadas diría yo. 2021 debería ser el año en que empezásemos –si nos dejan– a resolverlas. Paula Mattheus, aún con el viento en contra, se ha puesto manos a la obra. Visto lo visto y cómo se ha presentado enero, no hay tiempo que perder.
Con un concierto programado para el día antes del confinamiento y, por ende, cancelado, y un sold out en la mítica sala Galileo Galilei también suspendido, la cantautora getxotarra ha cogido al 2021 por los cuernos, lo ha mirado de frente sin pestañear, y allí que se ha plantado en el mítico Teatro EDP Gran Vía, escenario emblema de la capital, para presentar su repertorio, potente y sólido, bajo las más estrictas medidas de seguridad.
Intoxicados, Digan lo que digan, Cuentas pendientes… durante una hora y media, Mattheus, que es licenciada en derecho y tiene 24 años, volvió a Madrid el viernes para reencontrarse con su público de la capital en un show único en el que presentó, por primera vez en directo, su nuevo single Me Moría de Sed, que ya cuenta con 11 millones de reproducciones en YouTube y 52.000 en Spotify.
Y emoción es la que se respiraba en el EDP de Gran Vía, donde la artista, con un desparpajo de quien lleva 20 años sobre las tablas, puso el teatro ‘patas arriba’ reivindicando, con honestidad y sin imposturas, una «cultura segura»; y es que, como dice su canción Ovejitas negras: «Podrán quitarnos las canciones, pero nunca la voz».
De esta forma, Paula Mattheus coge vuelo en este mundo a trompicones por el covid. Será que el tesón y el talento, al final, ganan la batalla.