Rebecca Solnit, tres décadas de feminismo que cristalizaron en el fenómeno del 'mansplaining'
La célebre autora estadounidense ha publicado una veintena de libros desde los años 90, pero buena parte de su obra ha llegado a España en el último lustro de la mano de Capitán Swing. Hablamos con Daniel Moreno, editor jefe del sello que ha publicado media docena de sus libros, sobre ‘Los hombres me explican cosas’ y su célebre mansplaining, pero también de su aparente capacidad premonitoria abordando cuestiones como el feminismo, el ecologismo o el antirracismo, y cómo en tiempos de pandemia global sus libros pueden inspirarnos para construir otro futuro
Aunque Rebecca Solnit lleva tres décadas escribiendo sobre feminismo, ecologismo y antirracismo, hace poco más de un lustro que los lectores españoles han empezado a leer su abundante obra. Por un lado, gracias a la labor editorial de Capitán Swing, que hasta la fecha ha traducido y publicado media docena de sus libros, incluido Los hombres me explican cosas (2016). Y por otro, debido al impacto de su célebre mansplaing, un neologismo ahora imprescindible que dio forma a una experiencia invisible con la que muchísimas mujeres se sentían identificadas.
Wanderlust (2015) fue el primer libro de Solnit que llegó a las librerías en castellano y es un ejemplo paradigmático del divagar de la autora. Pues como reza el subtítulo, en esta Historia del caminar habla de la evolución anatómica de los humanos, el diseño de las ciudades, la política de género en el espacio público o las costumbres sexuales; sostiene que las diferentes variantes del desplazamiento a pie, incluido caminar por placer, suponen una acción política, estética y de gran significado social; y acompaña a algunos célebres filósofos, poetas y montañeros en sus paseos y pensamientos, entre ellos el romántico William Wordsworth, el activista Gary Snyder, la escritora Jane Austen o el fundador del surrealismo André Breton.
Después nos llegaría Esperanza en la oscuridad (2017), donde Solnit habla del poder del activismo en el movimiento de los derechos civiles en Estados Unidos, la caída del muro de Berlín, las protestas contra las pruebas nucleares en Nevada o el levantamiento zapatista. En Una guía sobre el arte de perderse (2020), Solnit reflexiona sobre la incertidumbre, la confianza, la pérdida, la memoria, el deseo y los lugares, de nuevo, utilizando como coartada el paseo. Y en plena pandemia del coronavirus Un paraíso en el infierno (2020) nos recordó las extraordinarias comunidades surgidas tras catástrofes como el terremoto de 1906 en San Francisco, la explosión de 1917 que destruyó Halifax, el terremoto de la Ciudad de México de 1985, el 11-S en Nueva York y el huracán Katrina en Nueva Orleans.
Este año Solnit vuelve a España por partida doble con la colección de textos La madre de todas las preguntas (2021), donde aborda las relaciones de género o cómo la historia del silencio está indisolublemente ligada a la historia de la mujer; y su autobiografía Recuerdos de mi inexistencia (2021), que a diferencia de los títulos anteriores publica Lumen (Penguin Random House) y llega pocos meses después de su lanzamiento en Estados Unidos.
«Para nosotros Solnit es la escritora total», cuenta Daniel Moreno, editor jefe de Capitán Swing y en buena parte responsable de la difusión de sus letras en castellano. «Muchos de sus libros y ensayos son un tapiz de narrativa autobiográfica, historia ambiental y humana, crítica artística y literaria, reflexión personal y comentarios sociales y políticos. La incesante curiosidad de Solnit la impulsa a explorar todo, desde las pruebas nucleares hasta la fotografía y los conflictos ocultos incrustados en los mapas. A lo largo de sus más de 20 libros ha escrito sobre atlas, Alzhéimer, la historia del caminar, el cambio climático, el desierto, los cuentos de hadas, el color azul, la música punk y la política contemporánea», dice ligando las preocupaciones de la autora con las del propio sello.
«Los temas que estructuran la línea editorial de Capitán Swing están unidos en esta escritora, por este motivo nos interesan casi todos sus ensayos», afirma Moreno sobre Solnit y su particular habilidad para volver todo el tiempo, pero siempre con nuevas reflexiones, a las mismas cuestiones, empezando por el ecologismo. «Nada existe de forma aislada para Solnit, quien ha escrito sobre nuestra codependencia como comunidades en Un paraíso en el infierno y la profunda simbiosis entre la humanidad y el medio ambiente natural, un tema recurrente en sus libros, incluyendo Una guía sobre el arte de perderse. Conocer las vastas extensiones de nuestro mundo y abrazar lo desconocido y la casualidad o coincidencia es expandir los alcances de la imaginación más allá de los límites del yo. Estas son las relaciones y filosofías que sustentan el activismo ambiental y de Derechos Humanos de Solnit, y los argumentos que ella presenta a favor de la responsabilidad, de sentir empatía por la difícil situación de la humanidad y la naturaleza por igual», añade.
Siendo sus narrativas casi circulares y sus reflexiones hilos a los que regresa una y otra vez, quizá lo más llamativo de este fenómeno es que en 2021, después del MeToo y en plena cuarta ola del feminismo, las reflexiones de Solnit resuenen más que nunca entre el público. ¿Capacidad premonitoria o cambio social? «Ella es ante todo una activista y sus ensayos reivindican el poder de los grupos humanos para construir culturas lo más sociales y humanas posibles», responde Moreno, quien alaba su capacidad para encontrar los patrones generales que parecen explicar nuestra realidad. «A veces es necesario ver el mundo de la manera más amplia, y reconocer que la verdad y el significado se encuentran en diferentes áreas y en todos los géneros, vidas e historias, no dentro de una», señala en este sentido.
Estas son algunas de las razones por la que cualquier libro de Solnit parece una buena puerta de entrada a su obra. Empezando, claro, por Los hombres me explican cosas, su salto al estrellato literario y una muestra representativa de su estilo particular estilo de prosa, donde, en opinión de Moreno, refracta la historia, la política, la experiencia personal y la crítica a través de una lente poética. «Al relatar su propia percepción de una experiencia realmente común, tropezó con algo que fue realmente significativo en la vida de muchas mujeres porque era una experiencia común», dice el editor jefe de Capitán Swing sobre el mansplaining.
En el caso de Solnit, la anécdota de la que parten sus cavilaciones la vivió durante una cena en la que un desconocido le habló de un libro increíble que había leído. El susodicho decidió ignorar que ella era quien lo había escrito a pesar de que se lo hicieron saber al principio de la conversación pero lo más sangrante es que, al final, resultó que ni siquiera lo había leído y solo hablaba a partir de una reseña de The New York Times. Muchas mujeres se sintieron reflejadas en esa situación en la que un hombre explica algo a una mujer de manera condescendiente pues, independientemente de su conocimiento sobre el tema, siempre asume que sabe más que ella. Pero Solnit fue más allá explicando cómo este desigual reconocimiento de las voces masculinas y femeninas es un freno para el desarrollo social, profesional y personal de las mujeres.
Cómo encontró y desarrolló Solnit su propia voz es uno de los ejes de Recuerdos de mi inexistencia. Memorias personales que logra proyectar en experiencias universales en La madre de todas las preguntas, libro donde aborda cómo durante siglos se han aplastado las voces de las mujeres y la importancia de este hecho en la epidemia de violencia y discriminación que sufren. «Se trata de generaciones de mujeres que aprenden a adoptar la invisibilidad como mecanismo de supervivencia. No tanto el arte de no estar allí, sino el acto de mantener la boca cerrada y la cabeza gacha por temor a atraer la atención masculina no deseada», señala Moreno, que volviendo a su autobiografía, añade: «La falta de voz, más que la violencia, ha sido su tema de enfoque. Cómo la desigualdad de voz crea las circunstancias en las que suceden estas cosas que no sucederían de otra manera. No solo necesitamos corregir la audibilidad: tenemos que arreglar los sistemas de valores y creencias. Solnit confía en la humanidad con todas sus sombras y eso se puede leer, de un modo u otro, en cualquiera de sus obras».
A modo de conclusión, resultan especialmente alentadores Un paraíso en el infierno y Esperanza en la oscuridad, necesarios reconocimientos de la capacidad del ser humano para transformar la realidad en que vive y una oportunidad para cambiar el cristal con el que miramos tanto el mundo como nuestro poder para mejorarlo. «Los desastres, como las pandemias, revelan una verdad sorprendente: que los seres humanos son más generosos, más altruistas, más esperanzados de lo que comúnmente creemos. Lo que ella llamó esperanza es, en realidad, un reconocimiento pleno de la imprevisibilidad del futuro, porque tanto los pesimistas como los optimistas unen fuerzas para asumir que saben lo que va a pasar a continuación, y que no requiere nada de nosotros», cuenta Moreno.
«Su visión de la esperanza es una sensación de incertidumbre radical, con posibilidad de intervención, para dar forma al futuro. Y en los desastres siempre hay una lucha por el poder, pero también vemos ayuda mutua y luchas políticas. Y crisis que a menudo desacreditan a los poderes gobernantes, muestran a la gente una especie de poder audaz desde abajo y la posibilidad de un cambio radical que también puede moldear el resultado. La catástrofe repentina sacude el viejo orden, cambia las reglas y exige respuestas nuevas y diferentes, pero cuáles serán son el tema de una batalla. Estas interrupciones cambian el sentido de la gente sobre quiénes son ellos y su sociedad, lo que importa y lo que es posible, y conducen, a menudo, a un cambio más profundo y duradero», concluye el editor de Capitán Swing.