Visitamos al ilustrador Diego de Mora en su estudio madrileño. Cada rincón que recorreremos tiene un elemento histórico que nos muestra un poco del inmenso imaginario de su dueño. Las ilustraciones que hace por encargo le demandan unas cien horas de trabajo, aún así define su oficio como modesto. Los retratos de interiores se inician en el siglo XVII, pero cobran fuerza como género independiente en las artes en el S.XIX. En la actualidad se entienden como archivo, como recuerdo o como gran contemplación estética de un modo de vida.