Patricia Benito: «La lectura tiene mucho que ver con quién la lee, sobre todo los poemas»
Charlamos con la poeta tras la publicación de ‘Cada noche te escribo’ (Aguilar, 2021), su tercer poemario
Patricia Benito es una escritora valiente, que autoeditó su primer libro, que se ha reconstruido una y mil veces, se ha conocido y reencontrado a través de su escritura y que comparte todo lo que tiene -que es mucho- con cualquiera que tenga la valentía de abrir cualquiera de sus libros. Tiene una especie de «relación de amor odio con las redes sociales» y por eso ha decidido crear un grupo de Telegram, «para crear un sitio un poco más familiar» y para «saber quién está al otro lado, porque en las redes sociales, cuando tienes muchos seguidores llega un punto en el que ya no sabes a quién te diriges».
Al hilo de este grupo, decidió crear sus Hanamis, donde recomienda series, películas, libros, etc. De momento lleva dos y la idea es publicar uno el primer domingo de cada mes. «Quería tener un sitio un poco más escondido, una burbuja donde ser más yo», nos dice. Se pueden leer a través de su página web o te los envía al correo si decides suscribirte. «La forma que tiene la gente de recibirlo es diferente. Te llega a tu buzón personal, ya que no te puedo mandar una carta real con un sellito», cuenta.
Primero de poeta, su primera obra, gustó tanto que la editorial Aguilar (actualmente sello de Penguin Random House) contactó con ella y finalmente se la publicaron. Desde entonces, las ediciones no han parado de salir. Luego lanzó Tu lado del sofá y este año ha publicado Cada noche te escribo, obra de la que nos habla en esta entrevista que ha concedido a The Objective.
Cada noche te escribo ha sido de los libros más vendidos de poesía, según ha publicado El Cultural. ¿Esperabas esta acogida?
No, la verdad es que no. Con los otros libros no me había pasado. Me hace mucha ilusión porque está también en las librerías independientes, no sólo en internet. La verdad es que tenía mucho miedo. Cuando creas algo tan personal, donde hablas de una parte de ti de la que a lo mejor no estás muy orgullosa -porque no dejas de enseñar las miserias-, los primeros días son, emocionalmente, increíbles de bonitos, pero hasta que no llegan las primeras reacciones de la gente, de saber si gusta… Luego ya, es todo felicidad.
El prólogo está escrito por Lorena G. Maldonado, que escribe en El Español. ¿Por qué decidiste que lo escribiese ella?
Es que me apasiona cómo escribe Lorena y es muy macarra. Me daba miedo pedírselo. De hecho, no se lo pedí hasta que quedaban tres días para que el libro entrara en imprenta. Tenía claro que solo podía ser ella. Todos mis libros tienen un prólogo de una persona que tiene algo que ver con lo que ha pasado durante ese tiempo en mi vida. El anterior fue Zahara, el anterior fue Escandar Algeet, y todos forman parte de ello. Sino, prefería no tener un prólogo. Lorena era la única que podía entender el libro porque habla de amores tóxicos y no del amor idílico. Su respuesta fue preciosa, enseguida dijo que sí. El día que me mandó el prólogo fue muy emocionante leerlo. No tenía feedback más que de mi editora y leer que le hizo sentir esas cosas, fue precioso.
Tanto el diseño de las letras, como el interior, la portada (diseñada por Lara Lars) han sido creados por mujeres. ¿Ha sido una decisión premeditada o ha surgido así?
Ha sido casual dentro de un «algo». Siempre me fijo en que haya mujeres cerca, pero es que además, como las admiro tanto, ha sido muy fácil. En este libro, todas las que forman parte de él encajaban perfectamente. No he tenido ninguna duda. Pero sí ha sido algo casual. De lo que sí que estoy siempre pendiente es de que exista una paridad. Eran las adecuadas para estar en este sitio.
Siempre dices que no hablas sobre el amor. De hecho ya lo dices en Amagos, primer poema de Cada noche te escribo. ¿Crees que algún día lo harás?
No lo sé, no lo sé, -dice entre risas-. En realidad sí que hablo de amor. En este libro hay mucha soledad, la muerte anda danzando por ahí… y la vida. Hablo de muchas cosas. Me refiero a que no hablo del amor de las películas, de las perdices, sino que hablo de situaciones que todas y todos pasamos en las que te encuentras peor, o tienes miedo, o dudas, o quieres salir corriendo. No hablo del amor como algo positivo.
En tus poemas te caracterizas por ser clara, directa y capaz de expresar lo que muchos piensan. Mucha gente se suele sentir identificada con lo que escribes.
Es uno de los mensajes más recurrentes que tengo. Lo que más me dicen es que empatizan conmigo, que se sienten reflejados. Creo que es el regalo más grande que puede darte escribir. Sobre todo por el tipo de escritura que tengo yo. Con mi primer libro, que era autoeditado e iba a ser un regalo para la familia, no lo iba a leer nadie, y recuerdo pensar: «Si esto lo leyera alguien alguna vez, ¿entenderán lo que estoy intentando decir aquí o qué me pasa?». Entonces, cuando te llegan estos mensajes, es la razón para seguir. Hay muchas, pero esta es la principal.
Has lanzado otros dos libros: Primero de poeta y Tu lado del sofá. ¿Has sentido una evolución a la hora de escribirlos?
Siento que soy diferente en cada uno de ellos porque estaba en procesos diferentes. No es que haya evolucionado, pero sí que era una persona diferente en cada uno de ellos, por eso cada uno es diferente. No soy la misma que escribió el primer libro, ni el segundo, ni el tercero. Hay muchas Patricias, muchas mujeres diferentes en cada proceso. Hay gente que coge el primer libro, y siente unas cosas, o no se sienten muy reflejados. Pero cuando lo leen un año después dicen: «Ahora entiendo todo esto que estabas diciendo aquí». La lectura tiene mucho que ver con quién la lee. Muchísimo. Sobre todos los poemas. En este último libro hay un poema que dice: «Los poemas cambian, no son los mismos, depende de cuándo los lees». La gente los ve diferente, yo era diferente.
¿Cómo fue el proceso de autoeditar Primero de poeta?
Todo lo que tiene que ver con Primero de poeta ha sido casual, incluso la autoedición. Yo venía de ser crupier, no había escrito en la vida. Había empezado a escribir textos a raíz de que, por casualidad, fui a un recital de Escandar Algeet, que por eso es el prologuista del primer libro. Hacer este libro fue llevar a cabo algo que no había conseguido llevar: había estado mucho tiempo olvidándome de mí, y necesitaba hacer algo para mí. Así nació. Empecé a investigar en internet cómo se editaba. Por eso el proceso es tan casual y por eso lo publiqué. No fui consciente de que me iban a leer y no tuve que sentarme a tomar esa decisión. Creo que esa es la parte más difícil de la autoedición, decidirte a enseñarte y abrirte en canal delante de gente. Al final es que estás enseñando tu talón de Aquiles. Fue un proceso muy bonito, a mí me salvó, desde luego.
¿Y cómo fue cuando tu editorial se puso en contacto contigo para decirte que te lo publicaban ellos?
Al principio no me lo creía. También es verdad que no le di la importancia que tenía porque no era una meta para mí. En ese momento pensé: «Bueno, si me llaman a mí será que llaman a todo el mundo», pero no es así. Cuando fui a la editorial a tener una reunión, entré en un sitio precioso, lleno de libros por todos lados y dije: «Qué hago yo aquí». Fue muy emocionante, y desde el primer contacto con mi editora, que es con quien trabajo desde entonces, es como formar parte de otra familia. Te acompañan en un proceso en el que hasta entonces con la autoedición, todas las decisiones son tuyas. Te dan ideas y eso ayuda a tu lado creativo.
¿Cuándo empezaste a darte cuenta de que todo esto era real?
No lo sé. Sí que recuerdo una vez, con Primero de poeta, cuando no paraban de salir ediciones. Ese libro parece que no para nunca. Recuerdo estar un día en el sofá y decir: «No soy capaz de acordarme de todas las cosas que han pasado». Todas las semanas pasaba algo nuevo. Mi primer programa de radio fue con tres millones de oyentes, que yo me enteré después, menos mal. No sé cuándo fue el momento en el que me di cuenta de que era real y de que me había cambiado la vida. Tengo la posibilidad de dedicarme sólo a contar lo que siento, que es una cosa preciosa, conocer a gente diferente, entrar en un mundo creativo que me apasiona. Es un regalo y no sé si soy consciente todavía. Esa es la respuesta.
Como lectora de poesía, ¿qué te gusta que tengan estos libros cuando los lees?
En general, me gustan los libros en los que el autor está bastante roto. Supongo que porque me encuentro mejor en ellos. También que sean reales, y me gusta que sean situaciones cotidianas. Por ejemplo, Karmelo Iribarren lo hace muy bien, narrar una situación, un paseo por San Sebastián. O Nerea Delgado. Tiene esa cosa en la que te sientes como en el sofá arropado. La que te incomoda también me gusta. Te gusta saber que hay gente que pasa por ahí, porque también hay momentos en los que no estamos bien, entonces te sientes acompañado. Es bonito que te remueva.