Una mañana en la Feria del Libro más esperada de su historia
La cita por excelencia de libreros, editores, autores y lectores comienza marcada por la incertidumbre del efecto de la pandemia en una celebración atípica por las fechas y las formas
En septiembre, con control de aforo, mascarillas, una considerable reducción del espacio y una perpetua sensación de incertidumbre (esa palabra tan aciaga a la que, paradójicamente, hemos acabado acostumbrándonos), pero con mucha ilusión y ganas. Así ha comenzado la Feria del Libro de Madrid 2021, que pasa a ser octogenaria con Colombia como país invitado.
Del 10 al 26 de este mes, libreros, editores, autores y lectores se reencuentran después del fallido intento de octubre de 2020, con la pandemia acechando, pero con la esperanza de que la industria librera salga reforzada de la cita. 320 casetas repartidas en 500 metros y un aforo del 75% con un máximo de 3.900 personas son algunas de las cifras que marcan esta cita tan esperada.
La mañana se presenta agradable, con 22 grados en el mercurio y una ligera brisa peinando las hojas aún intactas de los castaños del Retiro, la expectación se ve favorecida por la meteorología del todavía verano de Madrid. Una gran entrada custodiada por dos Prosegur y un dispensador de gel hidroalcohólico vigilan la llegada de los primeros visitantes en esta feria histórica por su peculiaridad y su forma de hacerse esperar. En el puesto de información una señora pregunta por los aforos y la manera en la que se van a organizar las firmas. «Se controlarán por tickets», le explica la chica.
El calor del sol perjudica a las casetas a las que favorecerá la sombra por la tarde, ordenando el flujo de muchedumbre que poco a poco empieza a llenar el aforo con caminar pausado y miradas curiosas. En el interior los libreros esperan con inquietud el desarrollo de esta primera jornada. «Es una feria misterio, no sabemos cómo va a ser», cuenta la dependienta de la librería Lex Nova. «Estamos un poco preocupadas, -continúa- por ejemplo, no podemos tener más de 40 personas en la cola, pero claro, nosotras no estamos para controlar el tema de los aforos…». A pesar de esta preocupación, se muestra agradecida de poder estar.
Un poco más allá un hombre le explica al vendedor de Libros de Seda que a él lo que le gustan son los libros de historia. Mientras, en la caseta de Pre-textos su homólogo recomienda a una mujer interesada en poesía un libro de Jesús Montiel: «Una literatura muy lírica, muy reposada y fácil de leer». «Jabois ha escrito en este libro un ‘Manolito gafotas’ para adultos» les comenta a una pareja el encargado de Grant Librería. No hay duda de que libreros y editores se mantienen en forma.
De repente, un grupo de personas se agolpa con curiosidad delante de una comitiva de gente trajeada y separada del resto por un ligero cordón policial. «¿Qué pasa ahí delante?», le pregunta un curioso a un tipo que pasea a su perro, «no tengo ni idea, yo sólo quiero pasar al otro lado», le responde el otro con desinterés. La causa es la presencia de la reina Letizia, que ha venido para inaugurar esta 80 edición de la feria. Radios y televisiones tampoco han querido perder la ocasión de narrar la vuelta de la feria al Retiro, Ondacero ha montado un pequeño set para que Alsina y su equipo graben su programa «in situ», contrastando con el gran despliegue de medios que ha organizado RTVE.
El colorido de los puestos de literatura infantil esperan algo más solitarios que los demás a que salgan los niños de los colegios. La variedad de temáticas conforma un popurrí capaz de satisfacer a todos los tipos de lectores: literatura religiosa, de viajes, con perspectiva de género, ensayos, de fotografía, históricos, de ciencia ficción, poesía… La megafonía de siempre, con su monótona voz anuncia los autores y lugares de firmas que habrá en el día, pero también se encarga de recordar la obligatoriedad de llevar mascarilla y cumplir con las precauciones sanitarias.
Al salir, la cola del principio se ha multiplicado exponencialmente, parece que la gente se ha animado. «Había muchas ganas de feria, aunque sea de esta forma», comenta en la fila un hombre. El misterio del que hablaba la chica de Lex Nova parece irse despejando, al menos en su inauguración la acogida está siendo un éxito, aunque todavía quedan casi tres semanas para valorar el resultado final de la Feria del Libro más esperada de su historia.