Cosecha del 71: 5 álbumes legendarios que cumplen 50 años
John Lennon, The Rolling Stones, Joan Manuel Serrat, The Doors y Led Zeppelin crearon algunos de los mejores discos de los 70
Con la resaca todavía presente de los años 60, la música pop en los 70 dejó de ser un fenómeno contracultural juvenil, para convertirse en una gran industria mundial capaz de llegar a millones de personas. La profesionalización del sector dio paso a la experimentación y los artistas encontraron la libertad para desarrollarse generando una década profundamente prolífica en cuanto a nuevas tendencias musicales. No hubo que esperar mucho para que llegaran algunos de los grandes hitos de este período, en concreto, 1971 fue uno de los años más fructíferos en cuanto a la producción artística de entonces. Por eso, en su 50 aniversario, desgranamos cinco de los mejores álbumes que marcaron los comienzos de una década prodigiosa.
Imagine – John Lennon
Considerado el mejor álbum de la carrera de John Lennon en solitario, Imagine contiene uno de los himnos de paz más perfectos que se hayan escrito jamás. Una canción capaz de contener todos los principios hippies dejando a un lado la contaminación de las drogas y el discurso vacío que acabó ensuciando el sueño de construir algo que valiera la pena en los 60. Pero, más allá del mensaje antibelicista que contienen temas como Imagine o I Don’t Want to Be a Soldier Mama, la profundidad de este álbum trata sobre las inseguridades y la introspección en un camino hacia la autoconciencia. En aquella época, el exbeatle se encontraba inmerso en un tratamiento de terapia primal, que consiste en tratar los conflictos personales buceando en los traumas infantiles.
La portada fue compuesta a través de una foto polaroid de Warhol en la que el rostro de Lennon se difumina entre nubes reflejando el carácter personal de este álbum. Canciones como How?, Gimme Some Truth o It’s So Hard desentrañan las preocupaciones de un hombre enfrascado en la búsqueda de sí mismo. En esta travesía hacia el interior de Lennon también hay sitio para el morbo en una canción rencorosamente dedicada a Paul McCartney en la época en la que no se llevaban precisamente bien con How Do You Sleep? Entre tanta introspección también hay hueco para el amor, muy presente en la confesión de un hombre celoso con Jealous Guy, la iluminación que supone el enamoramiento de Oh My Love y la alegría sanadora de Oh Yoko!.
Sticky Fingers – The Rolling Stones
El inconfundible riff de Brown Sugar da paso a uno de los mejores discos en la historia de los Rolling Stones, una calificación difícil de alcanzar tratándose de una de las mejores bandas de rock que ha existido nunca. Como el inicio prometedor de una buena noche de sex, drugs & rock and roll se presenta este disco, el primero editado por el grupo tras concluir su contrato con Decca. La independencia que les dio empezar a producir su propia música sin ningún tipo de censura dio como resultado un oscuro viaje a través de lo prohibido.
La portada diseñada por Andy Warhol, en la que unos vaqueros apretados invitan a algo más que dejarse llevar por la imaginación estuvo prohibida en España. Una polémica igual de explícitamente provocadora que la que supuso Bitch, que mantiene esa agresividad desafiante y macarra del grupo londinense, mientras la energía de Can’t You Hear Me Knocking irrumpe con fuerza para sacudirte los huesos. Las influencias blues se dejan sentir en la versión que incluye de You Gotta Move (FredMcDowell), y con Dead Flowers y Wild Horses profundizan en la música country constituyendo dos hitos en el género. Continuas referencias a heroína (Sister Morphine), sexo sucio y desamor culminan una noche de dedos pegajosos en un placentero sueño con la delicadeza y el encanto de Moonlight Mile.
Mediterráneo – Joan Manuel Serrat
No hace falta haber nacido en el Mediterráneo para saber que este disco supuso un antes y un después para la música en español. Serrat compuso 10 canciones (aunque Vencidos está basado en una poesía de León Felipe) que funcionan como un poemario del más elevado gusto. Con apenas 28 años, el cantautor catalán creó una obra maestra en la que la última forma de amar, la nostalgia, impregna cada tema con la madurez y el mimo que algunos solo llegan a rozar en la vejez.
Todo lo que pueda decirse sobre una canción como Mediterráneo no puede más que quedarse en la superficie de lo que contiene un cristalino recuerdo de infancia bañado en sol, salitre y arena. 50 años después, Lucía sigue enseñándonos el significado del primer amor y La mujer que yo quiero a respetarlo, mientras Aquellas pequeñas cosas sintetizan el trágico final de la pasión. Qué va a ser de ti recoge la incertidumbre de ver crecer a una hija y el costumbrismo resignado de Pueblo blanco y Tío Alberto mantienen el patriotismo crítico de Serrat. Las estrofas de Mediterráneo bien podrían servir para pintar sin perder un solo matiz el sentimiento de un país que empieza a colorearse después del blanco y negro dominante hasta entonces.
L.A. Woman – The Doors
Jim Morrison (1943-1971) fue encontrado muerto en la bañera de su piso de París el 3 de julio de 1971 por una sobredosis de heroína. Tres meses antes, había lanzado su sexto álbum de estudio con The Doors. La muerte del líder de la banda ha mitificado el último disco del grupo con su cantante principal, convirtiéndolo en una especie de testamento musical del Rey Lagarto. La agresividad cruda a ritmo de blues, la dureza de la voz de Morrison, el teclado psicodélico de Ray Manzarek y unas poéticas letras con rabia, tremendamente evocadoras y surrealistas convierten este oscuro álbum en un viaje sensorial hacia las profundidades de un Jim Morrison beatnick en estado de iluminación.
Love Her Madly ironiza con un ritmo pop acelerado esa sensación de ansiedad en la que se encuentra el corazón de un hombre capaz de desear con locura y la depresión vacía que queda cuando se acaba. Mientras, canciones como The Changeling, Been Down So Long, Hyacinth House, The WASP (Texas Radio an The Big Beat), Riders On The Storm, o los casi ocho minutos de L.A. Woman hipnotizan el oído con la profética sensación de la trágica despedida.
(IV) – Led Zeppelin
«Hey hey mama said the way you move, gonna make you sweat, gonna make you groove» comienza cantando Robert Plant en Black Dog, el primer tema del cuarto álbum de Led Zeppelin, que funciona como toda una declaración de intenciones. La electricidad que desprende este inicio se potencia con la vertiginosidad arrolladora que continúa con Rock And Roll. Sin embargo, el plato fuerte del disco viene curiosamente después de la tregua aderezada con mandolina en The Battle of Evermore, una canción con tintes medievales basada en una batalla entre ingleses y escoceses. Con unos preliminares de casi seis minutos casi tan placenteros como los dos y pico de éxtasis posteriores, Stairway to Heaven se ha convertido en una de las mejores canciones de la música contemporánea, gracias a la letra y voz de Plant y, sobre todo, por el inmortal solo de guitarra de Jimmy Page para el que se fabricó una guitarra con dos mástiles.
Sin embargo, la ambición de este álbum no se quedó ahí, la experiencia la completa la calma de un ligero viaje en Going to California y su contraste con la potencia pesada de When the Leeve Breaks. Desde su fulgurante lanzamiento, Led Zeppelin IV se convirtió en el disco más vendido de la banda británica y el tercero más vendido de toda la década de los 70, llegando a ser considerado el mejor de toda su trayectoria.