5 cosas que igual no sabes de Davos y no tienen que ver con los políticos
Todos los años, la pequeña ciudad suiza de Davos se transforma durante unos días en el escenario donde se reúnen los principales líderes políticos y destacadas figuras del mundo de la empresa, CEOs y emprendedores, agentes sociales, representantes de ONG, incluso influyentes artistas, en medio de un gran interés mediático.
Todos los años, la pequeña ciudad suiza de Davos se transforma durante unos días en el escenario donde se reúnen los principales líderes políticos y destacadas figuras del mundo de la empresa, CEOs y emprendedores, agentes sociales, representantes de ONG, incluso influyentes artistas, en medio de un gran interés mediático.
Pero más allá de los focos y de la publicidad, Davos tiene una historia de cultura y cooperación menos conocida por el gran público, como recuerda el Foro Económico Mundial.
Estas son algunas de las curiosidades menos conocidas relacionadas con la localidad suiza.
Sanatorios en la ‘montaña mágica’
A 1.560 metros, Davos es la ciudad más alta de Europa y su ubicación está íntimamente vinculada con su historia, cultura y carácter.
El aire seco de los Alpes hizo que la localidad de Davos fuera elegida como lugar perfecto para albergar sanatorios de tuberculosos en el siglo XIX, ofreciendo a los enfermos instalaciones adecuadas para recuperar sus maltrechos pulmones antes de que llegaran los antibióticos.
El escritor y ganador del Premio Nobel de Literatura, Thomas Mann, situó en Davos su famosa novela La Montaña Mágica, aprovechando su experiencia como acompañante de su mujer en uno de sus sanatorios.
En el Schatzalp, donde los lectores de la novela más vendida de Thomas Mann encontrarán la montaña mágica, el ambiente, la actitud ante la vida en medio de la arquitectura modernista, sigue siendo lo mismo que hace más de 100 años. La arquitectura del sanatorio se mantiene sin cambios. Las terrazas, donde una vez los pacientes del sanatorio se recuperaron de su tuberculosis, sirven hoy como lugares para que los huéspedes del hotel tomen el sol.
Para honrar la memoria de Thomas Mann, se ha creado un camino en su nombre, que va desde el Waldhotel Davos hasta el Schatzalp.
Elemental, querido Watson
Un sombrero de cazador, una lupa y una pipa. ¿En qué te hace pensar eso? La mayoría de la gente respondería sin pensarlo: Sherlock Holmes. No es de extrañar: el personaje ficticio, inventado por Sir Arthur Conan Doyle, se ha convertido en el detective por excelencia de todos los tiempos. Sin embargo, lo que muy poca gente sabe de Doyle es que se le considera el promotor del esquí en Davos.
Conan Doyle, el autor escocés más conocido por su famosos detective, también pasó un tiempo en Davos con su mujer, enferma de tuberculosis. No muy dedicado al descanso y a la relajación, fue uno de los primeros defensores británicos del esquí alpino, ahora uno de los pilares de la economía local.
Fueron otros dos pioneros, los hermanos Tobias y Johannes Branger, quienes le mostraron esta modalidad de esquí. Doyle aprendió rápidamente. Precisamente, un año después de que los Brangers establecieran el camino de Davos a Arosa sobre el Maienfelder Furgga, el 23 de marzo de 1893, repitieron esta difícil prueba con un invitado famoso: Sir Arthur Conan Doyle.
Fue en 1894 cuando los tres realizaron el paso de montaña, pero el autor de Holmes y su inseparable Watson lo hizo vestido de tweed, un equipo que algunos ahora, sin duda, considerarían muy rudimentario. Sobre esto ironizó el autor británico al relatar en la Strand Magazine su aventura: «Mi sastre afirma que el tweed de Harris no se viste. Eso es pura teoría y no resiste la inspección. Mi sastre ahora puede ver muchas muestras de su material entre el Furgga Pass y Arosa».
Conexión cultural
Los sanatorios, o han cerrado o se han convertido en hoteles para turistas sanos y saludables, y tanto Mann como Conan Doyle forman ya parte de la Historia de esta localidad, pero la conexión entre Davos y la cultura continúa hasta el día de hoy. Cada año, el Foro Económico Mundial honra a los artistas cuyo liderazgo tienen un impacto positivo en el mundo con los Crystal Awards.
La entrega de estos premios marca el inicio de la reunión anual. Entre los galardonados hasta ahora hay artistas influyentes en áreas como la comprensión intercultural, la construcción de la paz, la inclusión social, el medio ambiente, la salud, la educación y la seguridad alimentaria.
Los premiados son seleccionados por los miembros del cuerpo asesor de arte del Foro Económico Mundial, el Foro Mundial de las Artes, presidido por Hilde Schwab.
Los ganadores de este año son el director de orquesta Marin Alsop; Haifaa Al-Mansour, la primera directora de cine de Arabia Saudi; y el científico británico y divulgador Sir David Attenborough.
Espíritu de Davos
Lo que ahora conocemos como el Foro de Davos se llamaba en 1971 European Management Symposium. En esa primera edición duró dos semanas y el mundo era muy diferente al de ahora.
El profesor Klaus Schwab, fundador y presidente ejecutivo del Foro Económico Mundial, fue pionero en la teoría de «múltiples partes interesadas«: la idea de que las empresas deben comportarse de manera responsable con todas las personas afectadas por sus actividades. Esto ha guiado a Davos desde entonces y lo que era un foro estrictamente económico se amplió para incluir a líderes políticos y de otros ámbitos, desde emprendedores hasta activistas de la sociedad civil.
El remoto Davos fue elegido por primera vez el lugar para que los participantes se sintieran lo suficientemente relajados como para hablar con franqueza, en una atmósfera de respeto mutuo y cooperación. Esto se conoció como el «Espíritu de Davos» y sigue siendo el sello distintivo de todas las reuniones del Foro.
Desde la crisis del petróleo hasta el colapso del comunismo, desde el ascenso de China hasta los ecos del movimiento MeToo, las principales tendencias en la historia mundial reciente se han manifestado en Davos, con imágenes para la Historia.
Dato adicional
En un lugar como Davos, donde la nieve forma parte del paisaje habitual, los tejados de las casas y de la mayoría de las construcciones, en vez de ser inclinados al estilo tradicional, son planos. Y esto es así porque en la época de los sanatorios, los arquitectos diseñaron habitaciones grandes y luminosas para tratar a pacientes enfermos.
En realidad, los techos se inclinan ligeramente hacia el medio, permitiendo que la nieve se derrita y gotee a través de unas canaletas o canalones centrales que proporcionan agua potable.