5 claves para entender la trata de personas
Dos tercios de las víctimas de trata de personas no se detectan
1.- ¿Qué es la trata de seres humanos?
La trata o tráfico de seres humanos consiste en la compraventa de personas para después utilizarlas con diferentes finalidades, como la explotación sexual, los trabajos forzosos, la mendicidad, la extracción de órganos o el empleo de menores como niños soldado. La Organización de las Naciones Unidas (ONU) denuncia que hay millones de víctimas de trata en todo el mundo y recuerda que “todos los países están afectados por la trata, ya sea como país de origen, tránsito o destino de las víctimas”. Según la Organización Internacional del Trabajo (OIT), 21 millones de personas en el mundo son víctimas de trabajos forzosos, incluyendo la explotación sexual y laboral.
En numerosas ocasiones se habla del tráfico de personas como de la nueva esclavitud, la esclavitud del siglo XXI. La ONU define la trata como «un delito serio y una violación grave de los derechos humanos, que constituye una amenaza para la seguridad nacional y menoscaba el desarrollo sostenible y el estado de derecho”, según define la Organización de las Naciones Unidas (ONU). La trata de personas es una cuestión versátil, pues «adopta muchas formas y no conoce fronteras«, como señala António Guterres, Secretario General de la organización. Guterres también denuncia la impunidad con la que actúan los tratantes, pues sus delitos «no reciben la atención suficiente», salvo en algunas zonas de Europa.
2.- ¿Cuáles son sus características?
Las características del tráfico de personas suelen ser la explotación de las víctimas, además de la violencia, la brutalidad y la coerción empleadas por los explotadores que, según denuncia el último informe global sobre la trata de personas elaborado por la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC), actúan con impunidad en grandes áreas del mundo. En muchos países la legislación ha avanzado en esta materia, pero el número de condenas apenas está empezando a despegar. Según el informe, en 2009 solo 26 países contaban con una institución que se encargaba de los casos de tráfico, mientras que en 2018 esta cifra había ascendido a 65.
Una situación de trata se caracteriza por la limitación total en la voluntad de las víctimas. Una persona que es víctima de trata no puede abandonar su situación, aunque lo desee, porque está retenida por la fuerza o porque se le niega el derecho a poseer sus papeles de identidad o documentación, por lo que no puede desplazarse libremente ni cuenta con unas condiciones –ni siquiera mínimas– en lo relativo a su seguridad. Son obligadas a desempeñar tareas que no quieren y, además, sufren amenazas –tanto las víctimas como sus familiares– y también palizas u otros métodos de tortura.
La trata de personas es uno de los delitos que mueve mayor cantidad de dinero en todo el mundo, tras el tráfico de drogas y de armas, según informa la Policía Nacional. En Europa estos grupos criminales obtienen unos beneficios de más de 2.650 millones de euros al año, según la UNODC. Los datos publicados por el Centro de Inteligencia contra el Terrorismo y el Crimen Organizado (CITCO), del Ministerio del Interior, evidencian cómo un total de 10.111 personas fueron detectadas en 2016 –últimos datos publicados– en una situación de riesgo en el ámbito de la prostitución, así como 12.807 personas en centros de actividad laboral. Cabe destacar que dos tercios de las víctimas no se detectan.
3.- ¿Cuál es el perfil de las víctimas?
Casi un tercio de las personas víctimas de trata son menores: un 23% son niñas, mientras que un 7% son niños. En cuanto a los adultos, el 49% del total de las víctimas son mujeres, mientras que el 21% son hombres. La gran mayoría de las víctimas femeninas detectadas –se estima que son un tercio del total– son explotadas sexualmente, mientras que más de la mitad de los obligados a trabajos forzosos son hombres. En otras palabras, las mujeres y niñas constituyen más del 70% de las víctimas del tráfico de personas, y por ser un reflejo de la realidad, hay una mayor cantidad de información que versa sobre ellas. Es llamativo que hay 23 países en el que los niños constituyen más del 50% de las víctimas de tráfico de personas. Destaca África, con 13 países en esta lista, y el centro y sur de América, con 7. También llama la atención que, en el contexto europeo, en Italia se produzca esta situación.
Los hombres (2.271 víctimas contabilizadas en 2016), en su mayoría (82%) ejercen trabajos forzados. El 10% de ellos son explotados sexualmente, el 1% son utilizados para la extracción de órganos, mientras que el 7% restante son destinados “a otros términos”, como la mendicidad, actividades criminales forzadas o el empleo de menores como niños soldado. La mayor parte de los niños detectados como víctimas provienen de África. Con todo, hay que tener en cuenta que este continente es el que presenta mayores deficiencias en lo que información se refiere, porque hay muchos países que no han aportado cifras. Por otra parte, los hombres provienen en su mayoría del sur de Asia y de Oriente Medio.
4.- ¿Cuál es el perfil de los traficantes?
De los investigados por tráfico de personas, el 69% son hombres y el 31% son mujeres, según el último informe global de la UNODC acerca del tráfico de personas. En cuanto a los procesados, el mismo informe indica que las cifras se mantienen similares, siendo los condenados el 65% hombres y el 35% mujeres. Solo hay más mujeres condenadas por tráfico de personas en el Este y Centro de Europa, así como en Centroamérica y el Caribe. Existen grandes diferencias en las cifras de condenados en sus países de origen, pues mientras que en Europa se condena al 98% de ellos, en el norte de África esta cifra desciende al 10%.
En este contexto de nuevas formas de comunicación, la red asume un papel clave en este asunto. A pesar de que no existen cifras oficiales, lo cierto es que Internet conecta a los traficantes con las víctimas. Las redes sociales sirven para unir a la gente y favorecen la interacción entre unos y otros. Pero esta –relativamente– reciente forma de comunicación ha abierto nuevos caminos para aquellos que tienden trampas y explotan a las víctimas. Los explotadores utilizan las redes sociales de diferentes maneras. El informe de la UNODC incluye uno de estos relatos: «En Canadá, una mujer traficante se valió del uso de las redes sociales para contactar con una mujer –víctima– que estaba buscando apartamentos en internet. Acordaron encontrarse el día siguiente y, durante el encuentro, la víctima fue drogada y violada. Además, un tercero grabó el vídeo de la agresión, que luego utilizó para extorsionar a la mujer y convertirla en víctima de explotación sexual durante meses».
5.- ¿Cómo influyen los conflictos armados en el tráfico de personas?
Los conflictos armados provocan el aumento de la vulnerabilidad de las personas, que pueden ser susceptibles de ser víctima de la trata. En situaciones desesperadas, con un insuficiente acceso a los recursos básicos, en una situación de inseguridad y con las libertades restringidas, los grupos armados u otros criminales tienen al alcance de su mano la oportunidad para traficar con personas. Esta situación se repite en países que, a falta de un conflicto armado, viven en una situación de opresión e inestabilidad político-social.
Según ACNUR, no todas las víctimas de trata son refugiados, pero el riesgo de convertirse en víctima aumenta si se es refugiado. “En contextos de trata, muchas víctimas tienen temor de ser estigmatizadas o deportadas por parte de las autoridades, o de sufrir represalias por parte de sus tratantes en caso de que denuncien que están siendo víctimas de tráfico”. El mismo informe denuncia que las víctimas “necesitadas de protección internacional”, pues en su amplia mayoría se mueven de manera irregular, por lo que “pueden no ser capaces de buscar ayuda de las autoridades estatales para escapar de una situación de explotación”. La organización exige “un enfoque desde múltiples organismos” para abordar la trata de personas, lo cual implica “una estrecha coordinación entre los organismos gubernamentales y las organizaciones nacionales e internacionales en un amplio espectro de actividades”.
En la actualidad siguen en activo –entre otros– los conflictos en Yemen (tras más de cuatro años en guerra), Irak, Siria (con más de cinco millones de refugiados), Sudán del Sur, Somalia (en guerra desde la década de los 90) y Afganistán (en guerra desde los años 70). En la actualidad hay más víctimas de tráfico de personas que en los últimos 15 años. En América y en Asia se ha producido un incremento del 5% al 150% y 140% respectivamente, entre 2007 y 2016. Europa y África siguen inmersas en el problema de la trata, pero se mantienen estables en cuanto a cifras. El estudio abarca 165 de los 194 países del mundo, pues no constan datos de 29 países, de los cuales 18 son de África y de Oriente Medio.