Por qué sube la electricidad en el mercado mayorista y cómo afecta a nuestro recibo de la luz
Estos son los motivos por los que el precio de la electricidad varía de forma tan llamativa y las razones que hacen que esto se refleje en nuestra factura de la luz
La intensa ola de frío que ha vivido España en los últimos días y las llamativas subidas del precio de la luz nos han llevado a plantearnos el porqué de estos cambios en nuestras facturas de la luz, especialmente en los momentos en los que más necesitamos la calefacción y el agua caliente.
Según explica el director de la compañía Próxima Energía, Jorge Morales de Labra, el funcionamiento del mercado eléctrico provoca variaciones de precios y «es muy difícil pensar que esto vaya a cambiar en los próximos 10-20 años». «Ahora bien, que las reglas mayoristas sean estas no implican necesariamente que nuestro precio minorista vaya a estar fuertemente afectado. En alguna medida lo tendrá que estar, pero seguramente no con tanta intensidad como la que estamos viendo», añade.
Así funciona el mercado de la electricidad y por estos motivos cambia nuestra factura de la luz:
Una bolsa para la electricidad
Con la tarifa eléctrica se pagan dos grandes conceptos, el coste de la energía y el de servicios fijos (redes, impuestos, etc). Para determinar el precio de la electricidad existe desde hace más de 20 años un mercado organizado en el que se fija para cada hora del día del año el precio.
La mecánica de ese mercado mayorista, en el que compran la electricidad los comercializadores que luego la venden al consumidor final, es cubrir la demanda usando las centrales de menor a mayor coste, pero el precio que cobran todas ellas es el de la última central usada, que será la más cara a esa hora del día. Para atender el consumo en primer lugar se utilizarán las renovables (eólica, solar, etc), la nuclear y la hidroeléctrica fluyente que haya disponible ese día y, si con esa producción no se cubre la demanda, empezarán a usarse centrales que funcionan con combustibles más caros, como el gas o el carbón.
«Cuando tengamos energía natural (viento, sol o agua), tendremos un precio energético más barato. Cuando no las tengamos, tendremos un precio caro», resume Morales de Labra.
Este diseño implica una alta volatilidad de precios. Ahora se vive un momento de precios elevados, con días de más de 99 euros por megavatio-hora (MWh) de media diaria, mientras que a mediados de abril de 2020 eran muy bajos, por debajo de 10 euros/MWh. El 25 de diciembre de 2020 el precio medio diario fue 16 euros/MWh, principalmente por el récord histórico de producción eólica de esos días.
Visto por años también se observa una gran variación: en 2018 el precio medio fue 57,29 euros/MWh, el 10% más que el año precedente; en 2019 bajó a 47,68 euros, un 17% menos, y el año pasado cayó a 33,96 euros, un 29% inferior que en 2019, según los datos del Operador del Mercado Ibérico de la Electricidad (OMIE). En 2008 fue de 64,43 euros y al año siguiente prácticamente la mitad, 39,96 euros.
La demanda dispara los precios
El motivo del repunte de precios de los primeros días de 2021 se explica por el aumento de la demanda en una ola de frío excepcionalmente intensa, al que se unen una serie de elementos típicos del invierno y un puntual aumento del precio del gas usado para producir electricidad.
Según explican desde OMIE, «ha habido un acelerón importante de los precios del gas» por una mayor demanda en Asia, que ha provocado que se desviaran algunos buques metaneros hacia esa región a mayor precio. Esto ha tirado al alza de unos precios que estaban bajos, en torno a 5 euros/MWh, y los ha llevado a unos 60 euros/MWh.
Por otro lado, la ola de frío de este 2021 ha llegado en una situación anticiclónica, lo que se traduce en menos viento y reduce la aportación de la eólica, mientras que la solar también contribuye menos en invierno, cuando hay menos horas de sol. Hay que añadir que en el fin de semana de intensas nevadas no hubo apenas producción solar porque los cielos estaban cubiertos. La hidráulica, a pesar de las nevadas, tampoco puede suministrar al mercado como para bajar el precio, ya que la mayor parte de la nieve aún no se ha derretido y el agua no ha llegado a los embalses.
La factura que paga el consumidor
El precio del mercado mayorista tiene impacto en la factura final que paga el consumidor, pero no se puede hacer una traslación directa.
En primer lugar depende del tipo de tarifa contratada. En la tarifa regulada, el PVPC, el precio del mercado de la electricidad supone el 35% del total (el resto es el pago de las redes, incentivos a renovables e impuestos), con lo que la subida afecta solamente a esa parte del recibo.
Por otro lado, los precios en el mercado mayorista son diarios, pero el cliente paga la media del resultado de todos los días del mes, lo que con total seguridad estará por debajo del máximo que se alcanzó el 8 de enero, aunque más alto si se compara con los últimos años, cuando el coste del MWh fue muy bajo.
Según los últimos datos de la Comisión Nacional de la Competencia (CNMC), al término de 2019 en España había 11 millones de clientes con PVPC, el 37% del total. El 63% restante, 18,5 millones, eligió un contrato de mercado libre con su compañía eléctrica, en los que lo habitual es tener un precio cerrado para todo el periodo de vigencia del contrato. Esto evita pagar más cuando el precio del mercado está muy alto, pero también pagar menos si baja.
En este sentido, la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) recomienda no cambiar de contrato y alerta de que las compañías pueden ofrecer ahora al consumidor «tarifas fijas que pueden provocar que este se cambie a una tarifa mucho más cara que la que tiene en la actualidad». «Para ver lo que pagarán finalmente los consumidores, hay que esperar a que finalice el mes y de este modo analizar y valorar lo que ha ocurrido», recomienda la OCU.
Según los últimos datos de la encuesta entre hogares que realiza la CNMC, correspondiente al segundo semestre de 2020, el gasto para los usuarios con tarifa regulada (excluidos los del bono social, que tienen un descuento) bajó el 10,4% comparado con el segundo semestre de 2019, pese a que el consumo aumentó un 9,2% por efecto de la COVID-19[contexto id=»460724″]. En el caso de los clientes que están en el mercado libre, el gasto promedio mensual aumentó un 7% y su consumo creció el 14,7%.