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¿Qué pasa en Venezuela?

Caracas amanece junto al Ávila, cerro que bordea el valle por el norte, y los supermercados y farmacias despiertan custodiados por personas (mujeres, ancianos, niños y hasta embarazadas) que hacen largas colas para obtener productos básicos. La escasez es una constante en las compras de los venezolanos. En abril, superaba el 80%, según cifras de la encuestadora Datanálisis. La situación desde entonces no ha mejorado.

¿Qué pasa en Venezuela?

En un Farmatodo, una de las cadenas más importantes de farmacias, ubicado en el barrio llamado Santa Eduvigis, los ansiosos ciudadanos comienzan a hacer la fila de espera a las 3:00 de la mañana aunque el local abre a las 7:00.

Otras personas que no pueden dedicar tantas horas del día a la ardua tarea de hacer estas filas, acuden a los llamados “bachaqueros”, revendedores de los productos que han surgido como consecuencia de la crisis. Los precios a los que hacen sus ofertas son exorbitantes.

Mientras tanto, la inflación cabalga a ritmo acelerado. El director de la firma de asesoría económica Ecoanalítica, Asdrúbal Oliveros, dijo que la subyacente, aquella que mide la evolución de los precios de los productos menos volátiles o no regulados, se ubicó en 940% anualizada al cierre de junio.

La inflación condena a su vez al salario. Por su parte, el director de la firma de consultoría económica Econométrica, Henkel García, indicó, luego de que Maduro aumentara en un 50% el sueldo mínimo, para quedar en 22 mil 576 bolívares, que con este incremento se agrega un ingrediente más “para caer en una hiperinflación clásica”. Aseguró que en tan solo un mes y medio todo el poder de compra ocasional que produzca este aumento (tercero en lo que va de año) será devorado por la inflación.

Desde el Gobierno, la explicación ante la crisis es la misma desde que Nicolás Maduro asumió la presidencia en abril de 2013: se debe a la “guerra económica”.

Pero entre excusas, el mandatario no parece tener claro cómo resolver la crisis económica. Para muestra, ha cambiado en tan solo ocho meses a tres ministros del área. Luis Salas, sociólogo, quien duró 40 días en el cargo, fue sustituido por Miguel Pérez Abad, empresario que promovió más relaciones con el sector privado y se mostró a favor de una unificación cambiaria; y este último por Carlos Faría, formado en la Unión Soviética, hijo de un fallecido fundador y conductor durante décadas del Partido Comunista de Venezuela (PCV), Jesús Faría.

Baja en popularidad

Desde inicios de este año, un equipo de la ONG Médicos Sin Fronteras proveniente de España, llegó a Venezuela por primera vez para dictar cursos para líderes comunitarios y especialistas que acompañan a las víctimas de violencia urbana. Consideran que Venezuela está tan complicada como los Territorios Palestinos Ocupados y Yemen, de acuerdo con la página 162 del Informe de Misiones MSF-E 2015. De entrada la organización no aspira reducir la violencia criminal en el país que en el año 2015 se cobró 28.000 vidas según ONGs defensoras de derechos humanos, sino que se concentra en atenuar las secuelas que la violencia está dejando en la psiquis de los venezolanos.

La crisis económica y social ha resultado en que el apoyo al chavismo haya caído de manera drástica. Según la última encuesta de la firma Datanálisis realizada por la consultora entre el 13 y el 21 de julio, el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, cuenta con el 75,6% de desaprobación. Es la cifra más baja que ha obtenido el chavismo en sus 17 años de gobierno. “Chávez en el año 1998 ganó con 56% de los votos válidos”, especificó por su parte el politólogo Edgar Gutiérrez, presidente de la encuestadora Venebarómetro.

Luis Salamanca, también analista político y docente de postgrado en la Universidad Central de Venezuela (UCV), expresó que este declive ha sido muy claro a partir de los años 2013 y 2014, tras la muerte del presidente Hugo Chávez. “Desde 2014, Maduro entró en una caída de la cual no se ha podido recuperar. Ha seguido cayendo y eso se expresó muy claramente en la elección del 2015 de las parlamentarias” en la que el chavismo perdió por dos millones de votos.

Personas esperan para despedir a Hugo Chávez. (Agencia: AP).

Salamanca considera que el oficialismo no solo se siente débil sino que está débil. “No ha hecho más que perder terreno, tanto nacional como internacionalmente”. Adjudica esta dificultad, tanto a la crisis económica y social como a una pérdida de identidad entre los chavistas, tras la muerte de su líder.

“Chávez no construyó nada sólido. La identidad que construyó era personalista y mediática. Era en torno a su persona y a través de los medios. No era una labor de las bases sociales hacia el poder, sino de arriba hacia abajo. Además era mediática. Era una identidad que se construía viendo la televisión. Además, lo que había podido construir Chávez en materia de identidad, prácticamente no existe. Maduro lo destruyó”, acotó.

El analista considera que lo que existe hoy en día entre los seguidores del Gobierno es una conexión utilitaria con el Estado. “Es un apoyo a cambio de que me des beneficios”, como mantener algunos de los que quedan de las misiones sociales impulsadas desde el Gobierno.

Por su parte, Gutiérrez señaló que el chavismo se siente débil, pero en la dimensión electoral. “Institucionalmente se sabe aún fuerte o con importante capacidad de maniobra. Sabe que si tuviera alguna opción electoral no solo hubiese hecho elecciones, sino que las hubiese adelantado”.

Una nueva mayoría

Así como la popularidad del Jefe de Estado en julio resultó la más baja en su historia, el mismo estudio arroja cifras jamás vistas en el terreno de la oposición.

El análisis coloca al presidente de la Asamblea Nacional, Henry Ramos Allup, un conocido político opositor de 72 años de edad, como el de mayor aprobación entre los ciudadanos con un 53,1%. Está por encima de los jóvenes dirigentes opositores Leopoldo López (48,9% de popularidad) y Henrique Capriles (47,3%), actual gobernador de Estado Miranda, quienes también suman simpatizantes.

Henry Ramos Allup (Autora: Andrea Hernández).

“La oposición ha tenido en estos 17 años una trayectoria bastante accidentada hasta el año 2010, pero se ha fortalecido”, dijo Salamanca.

El estudioso expuso el recorrido de la alianza opositora. Tras la victoria de Chávez, los partidos contrarios al gobierno tuvieron que dejar de trabajar por sí solos para intentar vencer al titán que era el chavismo. En 2010, la oposición logró proponer un candidato unitario para la elección presidencial y obtuvo el mejor resultado en todos los años que llevaba el país bajo el mando del chavismo. Para 2012, la alianza que ahora se llama Mesa de la Unidad Democrática (MUD) sigue avanzando en esa posición unitaria y tiene un candidato único, al cual se podía elegir o a través de tarjetas electorales particulares (del partido opositor que fuese), como en la de la MUD.

Continúa explicando que en 2013 se dio la vuelta más significativa a todo el trabajo unitario con la postulación de un candidato único que aparecía en una única tarjeta.

“Ahí (su candidato) Henrique Capriles casi le gana a Maduro. De hecho, de no ser por los aliados del chavismo, tanto Chávez en 2012 como Maduro en 2013, hubieran podido perder ante Capriles. El Partido Socialista Unido de Venezuela (oficialista-PSUV) no tenía los votos suficientes. En 2015 está la apoteosis que es el mejor resultado que ha tenido la oposición en las parlamentarias de diciembre, que obedece a que la MUD trabajó conscientemente para darle a los venezolanos inconformes, tanto chavistas como opositores, una plataforma en la que se pudieran expresar”.

Poderes Públicos en sintonía con Maduro

La Mesa de la Unidad Democrática (MUD), alianza de partidos opositores, obtuvo la mayoría calificada de la Asamblea Nacional el 6 de diciembre de 2015 en las elecciones de diputados. Era el segundo comicio que la oposición ganaba en 17 años y el que le quitaba el dominio que mantuvo el oficialismo al Parlamento durante toda su gestión.

Victoria de la MUD en 2015 en Elecciones Parlamentarias (Autora: Andrea Hernández).

Pocos días después, el 30 de diciembre de ese mismo año, el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), publicó una sentencia que suspendía a tres de los 112 diputados de oposición electos como representación de los pueblos indígenas. Esta suspensión le quitaba la mayoría calificada para darle una simple, con menos capacidad de maniobra.

Esta fue la primera de las 18 sentencias que ha emitido el Poder Judicial en contra del Poder Legislativo en lo que va de año. Así ha frenado 7 de 8 leyes que el nuevo Parlamento ha sancionado en su primer semestre de gestión.

A las 18 sentencias emitidas para limitar las atribuciones de la Asamblea, se le suma que el Judicial, uno de los dos Poderes Públicos que el presidente Maduro mantiene en sintonía, reiterara recientemente a través de un tribunal de apelaciones la condena a casi 14 años de prisión para el dirigente opositor Leopoldo López.

El Consejo Nacional Electoral (CNE), árbitro electoral, es otro Poder que, según la oposición, actúa bajo las directrices del Gobierno. Un ejemplo es que no ha emitido información acerca de las elecciones de gobernadores que deben, por Ley, hacerse este año y ha ralentizado el proceso para que la oposición active un referendo revocatorio contra Nicolás Maduro.

El revocatorio, la opción de la oposición

El revocatorio es el mecanismo constitucional que la oposición intenta utilizar para finalizar con el mandato de Maduro este año. El tiempo apremia para la Mesa de la Unidad debido a que el 10 de enero se inicia el cuarto año del período presidencial, y según lo establece la Carta Magna, el “vacío de poder” que surgiría como producto de un revocatorio, a partir de allí, debería ser llenado por el vicepresidente de la República, que en este caso es Aristóbulo Istúriz. De modo que el chavismo no estaría del todo derrotado.

Entre fuertes presiones por parte de la oposición, el Poder Electoral presentó el 9 de agosto, un cronograma para realizar el referendo, pero si usa los plazos máximos, cosa que suele hacer y a lo que la MUD cataloga como “operación morrocoy”, el revocatorio se realizaría a finales de febrero o principios de marzo del 2017.

La oposición ha reaccionado ante la lentitud ejecutoria del Poder Electoral convocando a una marcha nacional de protesta sobre Caracas para el primero de septiembre, exigiendo una fecha de recolección de firmas que posibilite el referendo este mismo año así como las elecciones de gobernadores.

Fuertes presiones de la oposición para el Revocatorio ante el CNE.

Salamanca considera que la MUD ha fallado en la estrategia al negarse a un revocatorio el próximo año. “Me parece lamentable de la estrategia de la oposición que no valore la posibilidad de un referendo revocatorio para el año 2017. Eso los ata de manos. Considero que deben tener una estrategia integrada 2016-2017 e incluso 2018, porque la del chavismo era clara: impedir el revocatorio este año, cosa que están a punto de lograr. Pocos me acompañan en esta idea de que ‘vamos por el revocatorio en 2016, pero si no lo logramos, revocamos a Maduro en 2017’ ”.

También sostuvo que aunque en 2017 no se revoque al chavismo del todo, que el sucesor de Chávez sea revocado, aún ese año, supondría para el oficialismo un alto coste político. Añadió que la oposición corre el riesgo de perderlo si la desesperanza de la gente al no logarlo este año les desanima a votar.

“La idea es convertir a Maduro en el símbolo del derrumbe político del chavismo. El chavismo queda herido de muerte, además hay que recordar que el juego político seguirá en 2017”.

Diálogo “sin condiciones”

Entre tanto, el Presidente llamó a la oposición a un diálogo “sin condiciones” que no ha avanzado más allá de las gestiones preparatorias hechas por los representantes de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) y los ex presidentes José Luis Rodríguez Zapatero (España), Martín Torrijos (Panamá) y Leonel Fernández (República Dominicana).

Entre las exigencias hechas por la oposición para llegar a una posible mesa de acuerdos con el Ejecutivo, está que este año se haga el revocatorio y se libere a López, concesiones que el madurismo no quiere dar.

“Unión cívico-militar”

Las más recientes movidas sobre el tablero político de Maduro muestran una suerte de atrincheramiento frente a la erosión que le causa el descontento popular.

Maduro trabaja cada vez más de la mano de la Fuerza Armada. El 12 de julio, el mandatario designó al ministro para la Defensa, general Vladimir Padrino López, como jefe de un nuevo plan contra la escasez de alimentos y medicinas.

“Todo el mando del abastecimiento en el país estará en mis manos y en las de Padrino”, anunció subrayando que los demás ministros quedarán subordinados a lo que llamó este “comando presidencial” de “unión cívico-militar”. De este modo, el general se convirtió en una especie de segundo vicepresidente.

Además, Maduro designó al general Néstor Luis Reverol Torres, ex jefe de la Guardia Nacional (una rama de la Fuerza Armada) como ministro de Interior, Justicia y Paz, dos días después de que una Corte Federal en Nueva York lo acusara de narcotráfico. Este ascenso va en línea con la actitud desafiante del chavismo frente al sistema de justicia de Estados Unidos.

Debilidad internacional

El desafío internacional también se hizo notar cuando Venezuela retó al Mercado Común del Sur (Mercosur), donde solía tener más aliados que contrincantes, izando ante la cancillería venezolana la bandera del organismo luego de autoimponerse la presidencia. Esto ha sido mal visto, sobre todo en antiguos aliados como fueron Argentina, Brasil y Paraguay.

Izada de la bandera del Mercosur en la Cancillería. (Agencia: AVN).

Otro revés que ha sufrido Maduro en el ámbito internacional se ha dado en el seno de la Organización de Estados Americanos (OEA), donde el secretario general Luis Almagro ha denunciado una ruptura en el hilo constitucional de Venezuela y ha promovido la petición de los opositores venezolanos de que se aplique la tutela de la Carta Democrática Interamericana.

Además, quince países de la organización han pedido que los pasos para el referendo revocatorio contra Maduro se den de manera “clara, concreta y sin demora”.

¿Juego trancado?

La imagen del juego trancado es una imagen del dominó. Cuando un jugador agota todas las fichas de un mismo valor por ambos lados y ambas cabezas del juego, entonces ya no puede jugar más nadie. Significa que ya no puede jugarse ese juego, y hay que barajar de nuevo para empezar otra partida.

“Yo creo que esto no está pasando en Venezuela. Lo que está pasando, es que el juego está empantanado”, comenta Salamanca. Esto se debe a que el chavismo lo ha metido en una zona de la manipulación institucional, sin respetar los lapsos de la convocatoria del referéndum así como la Constitución. “El juego no está trancado de todo, sino que está frenado pero los frenos se pueden sacar y sobre todo, el juego se puede continuar bajo otras condiciones”, expresó el analista.

Gutiérrez no coincide con Salamanca pues considera que el juego está trancado desde hace rato, por el inmenso control institucional del chavismo. “Con un mínimo de contrapesos, ya en Venezuela hubiesen ocurrido cosas que pondrían al cambio político más cercano. Sin embargo, con el férreo manejo de la cúpula castrense y el Tribunal Supremo de Justicia; podemos esperar que siga trancado por más tiempo”, concluyó.

 

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