Algunas claves sobre el Brexit
La notificación oficial por parte de Reino Unido a sus todavía socios de la Unión Europea de abandonar el bloque, ha puesto en marcha este miércoles un mecanismo hasta ahora desconocido en la historia de la UE
La notificación oficial por parte de Reino Unido a sus todavía socios de la Unión Europea de abandonar el bloque, ha puesto en marcha este miércoles un mecanismo hasta ahora desconocido en la historia de la UE, acostumbrada a realizar ampliaciones desde su creación en 1957. Han pasado 40 años desde que Alemania, Italia, Bélgica, Holanda, Francia y Luxemburgo pusieron en marcha una comunidad europea que en la actualidad cuenta con 28 socios.
La Unión Europea ha protagonizado seis ampliaciones y ningún abandono hasta ahora, con la invocación del artículo 50 del Tratado de Lisboa y el envío de la carta formal del gobierno británico a Bruselas que pone en marcha oficialmente el Brexit, la desconexión del Reino Unido, y un proceso de negociaciones que durará dos años como máximo.
The Prime Minister has triggered Article 50 and started the process of leaving the EU. Read the letter: https://t.co/4CfCle4BP1 pic.twitter.com/Gf4DIudIMH
— UK Prime Minister (@Number10gov) 29 de marzo de 2017
La promesa del referéndum
Reino Unido ha mantenido desde que se integró en la UE el 1 de enero de 1973 una relación en el que no han faltado los desencuentros con el bloque que ha provocado la desconfianza mutua y el aumento del número de euroescépticos entre los ciudadanos británicos, según las encuestas publicadas durante años.
En el ámbito político, el pistoletazo de salida del Brexit lo inició en 2013 David Cameron. El entonces primer ministro del Partido Conservador se comprometió a celebrar un referéndum antes de 2018 sobre la permanencia o salida del Reino Unido de la UE si ganaba las elecciones en mayo de 2015. El Partido Conservador ganó los comicios con mayoría absoluta y en septiembre el parlamento autorizó la convocatoria de una consulta popular.
Resultado inesperado
El prometido referéndum se celebró el 23 de junio de 2016. El gobierno de Cameron protagonizó una campaña a favor de la continuidad de Reino Unido en una Unión Europea “reformada” que, confiaba, calara entre los ciudadanos tal y como apuntaban las encuestas, que daba una estrecha victoria a los defensores de permanecer en Europa. Ni el gobierno británico ni la Unión Europea imaginaron que el referéndum lo ganaría la opción del Brexit, que se impuso con un 51,9% de los votos al 48,1% de quienes votaron a favor de seguir en la UE.
Por regiones, en Inglaterra se impuso la opción del Brexit con un 53,4% frente al 46,6%. También Gales votó a favor de la desconexión (52,5% contra 47,5%). Escocia votó mayoritariamente a favor de la permanencia con un 62% frente al 38%. También en Irlanda del Norte ganó el no al Brexit aunque por una diferencia menor (55,8% frente al 44,2%).
La sociedad británica quedó dividida y tras el referéndum se han sucedido las manifestaciones a favor y, sobre todo, en contra del Brexit.
Para los que defienden la salida de la UE, el principal argumento es que el bloque impone muchas exigencias que perjudican los negocios británicos y, sobre todo, los euroescépticos consideran que Reino Unido paga una contribución económica muy alta por pertenecer al bloque y recuperar el control de la fronteras, además de reducir el número de inmigrantes que llegan al país.
Theresa May
La derrota de la opción defendida por David Cameron le llevó a anunciar su dimisión el mismo día del referéndum, aunque no se hizo efectiva hasta julio, cuando la titular de Interior, Theresa May, es proclamada líder del Partido Conservador, pese a haber defendido la permanencia en la UE aunque manteniendo un perfil bajo durante la campaña. Dos días después, el 13 de julio, Cameron presenta su dimisión a la reina Isabel II y May recibe el encargo para formar Gobierno.
Empiezan entonces a tomarse las primeras decisiones para cumplir con el mandato de los ciudadanos, empezando por el nombramiento de David Davis como ministro encargado de negociar la salida del país de la UE. May deja claro desde el primer momento que “Brexit means Brexit”, y, por tanto, que Reino Unido dejará de formar parte de la Unión Europea, y por tanto del Mercado Único y de la Unión Aduanera. Se compromete a iniciar el proceso antes de finales de marzo de 2017, como así ha sido, después de cumplir con la obligación del Tribunal Superior de Londres de consultar al Parlamento británico antes de activar el Brexit, tras perder el recurso presentado contra esta decisión.
La libre circulación de los ciudadanos europeos es la principal preocupación para Reino Unido y la Unión Europea
El pasado mes de enero el Gobierno presentó el ‘Proyecto de ley de la Unión Europea (Notificación para la retirada)’ para invocar el artículo 50 y lo somete a debate y votación en la Cámara de los Comunes que el 8 de febrero aprueba la ley del Brexit con 494 votos a favor y 122 en contra. El texto pasa a la Cámara de los Lores que da su visto bueno con la inclusión de una enmienda para “garantizar los derechos de los ciudadanos comunitarios que viven en Reino Unido”, uno de los temas que más preocupan. El proyecto es aprobado definitivamente por el Parlamento el 13 de marzo y tres días después es sancionado por la reina, dando luz verde al Gobierno de Londres a comunicar a Bruselas su decisión de activa la salida del Reino Unido de la UE.
PM: The Article 50 process is now underway. Read the @HouseofCommons statement: https://t.co/1oHSaD3KCg pic.twitter.com/qAPFFkvuSG
— UK Prime Minister (@Number10gov) 29 de marzo de 2017
El artículo 50
Mucho se ha hablado del artículo 50 y su vinculación con el Brexit. Incluido en el Tratado de Lisboa suscrito por los Estados miembros en 2009, establece el mecanismo formal para que un país de la UE pueda abandonar el grupo con la exigencia de que, una vez activado, el proceso finalice antes de los dos años desde su invocación.
¿Y ahora qué?
Existen muchas incertidumbres sobre lo que va a pasar a partir de ahora y cómo y en qué términos se van a llevar las negociaciones para el proceso que ponga fin a la presencia de Reino Unido como socio de la UE. Ambas partes deben establecer las bases de dicha negociación y cómo se articularán las relaciones entre ambas partes. Las autoridades de la Unión Europea ya han dicho que quieren empezar abordando el espinoso tema de la factura que supondrá para Reino Unido abandonar el grupo y que cifra en 60.000 millones de euros.
Tras la notificación formal de la invocación del artículo 50, se sentarán las bases para comenzar la histórica negociación. Está previsto que el 29 de abril, la UE ofrezca una respuesta formal a la iniciativa de Reino Unido en la cumbre de jefes de Estado y del Gobierno que, por primera vez se celebrará con 27 miembros, ya sin Reino Unido.
El tema que más preocupa a ambas partes es la libre circulación de los ciudadanos. May ya expresó en su momento su deseo de “garantizar los derechos de los ciudadanos de la Unión Europea residentes en Reino Unido y los de los británicos que se encuentran en otros países” del bloque “lo antes posible”. Algo en lo que coincide con los estados miembros.
Desde Bruselas se ha insistido en que la salida de Reino Unido no será un castigo pero está claro que el ex socio quedará en una situación de desventaja en muchos aspectos con respecto al resto de los países del grupo. La UE teme el efecto dominó si las negociaciones benefician a los intereses de Reino Unido.
“Queremos un Brexit fluido y tranquilo”, ha declarado Theresa May durante su intervención en el Parlamento británico tras invocar el artículo 50. “Habrá consecuencias para Reino Unido, sabemos que perderemos influencia”, ha admitido, “pero nos acercamos a una posición de cooperación sincera a la negociación”, ha añadido. Reino Unido quiere seguir siendo amigo de la UE y ambas partes deben salir beneficiadas de este proceso, ha indicado.