Turquía, más lejos que nunca de Occidente
El mundo mira a Turquía tras la celebración de un referéndum de reforma constitucional que ha obtenido la victoria con un 51,32% de los sufragios otorgando de esta forma más poderes al presidente Recep Tayyip Erdogan.
Reuters
El mundo mira a Turquía tras la celebración de un referéndum de reforma constitucional que ha obtenido la victoria con un 51,32% de los sufragios otorgando de esta forma más poderes al presidente Recep Tayyip Erdogan. «Con el voto de ayer, Turquía se despidió del legado de Atatürk, del secularismo, de las libertades y derechos sobre los que se fundó la república en 1923 y de un proceso de paz con el PKK», apunta a The Objective Beatriz Yubero, periodista de investigación en Oriente Próximo.
Esta agónica victoria supone la modificación de 18 artículos de la Constitución y un adiós a la figura del primer ministro, cargo que ocupa actualmente el político del Partido para la Justicia y el Desarrollo (AKP), Binali Yildirim. En su lugar, Erdogan asumirá la Jefatura del Estado y del Gobierno y podrá nombrar a ministros y altos funcionarios sin necesidad de aprobación parlamentaria. Además, podrá escoger a cuatro de los 13 miembros del Consejo Supremo de Jueces y Fiscales, liderando, en este sentido, los tres poderes: el ejecutivo, el legislativo y el judicial. «En definitiva, Erdogan podrá hacer y deshacer a su antojo. Es ahora cuando el hijo pródigo de Allah, el Sultán de Europa, gobernará con puño de hierro y guante de terciopelo«, señala tajantemente Yubero.
«En Turquía se está creando una atmósfera asfixiante»
-Carmen Rodríguez
Sin duda, el presidente Recep Tayyip Erdogan es un animal político y ha sabido tocar las teclas necesarias para obtener el apoyo suficiente para su reforma constitucional. Sin embargo, a su vez, el resultado evidencia que el país está más polarizado hoy que nunca: un 51,37% de la población frente a un 48,63% que dijo no a la reforma. Para Beatriz Yubero, «Erdogan ha empleado una herramienta de la democracia de modo antidemocrático». Ejemplo de ello es el dominio del «90% de la campaña», en medios públicos y privados, y el encarcelamiento de ciudadanos por hacer campaña del ‘no’. «El ‘no’ no ha tenido repercusión en la vida pública ni política. Es por eso que este resultado puede interpretarse como consecuencia de un estado de miedo y manipulación», recalca la joven periodista que vive a caballo entre Jordania, Siria e Irak.
Lo mismo opina Carmen Rodríguez, vicedecana de Relaciones Internacionales y Movilidad de la Universidad Autónoma de Madrid, quien asegura que a pesar de que Erdogan contaba con una enorme cantidad de recursos y proyección en los medios de comunicación, «hemos visto unos resultados muy reñidos y nada claros», ya que la oposición turca ya ha anunciado que va a impugnar el 37% del recuento de votos. «En el Consejo Superior Electoral decidieron en el último momento aceptar como válidas las papeletas electorales que no contaban con el sello identificativo que le dan el visto bueno para ser consideradas válidas. Hablamos de un millón y medio de votos que no llevan el correspondiente sello«, asegura la vicedecana.
Por otro lado, los Observadores de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) han denunciado públicamente que no pudieron acceder a muchos de los colegios electorales en Turquía y que su labor fue entorpecida por las fuerzas policiales que, en algunos casos, llegaron a intimidarles.
Unlevel playing field in Turkey’s constitutional referendum: preliminary conclusions by international observers https://t.co/VJ23jx5T1r
— OSCE (@OSCE) 17 de abril de 2017
¿Dificulta aún más este referéndum la entrada de Turquía en la UE?
Para los expertos consultados por este periódico «no hay ninguna duda». «Si Erdogan sigue adelante con su compromiso de reinstaurar la pena de muerte, marcaría el final de las negociaciones», manifiesta Carmen Rodríguez.
Por su parte, para Beatriz Yubero hace tiempo que el presidente de Turquía dio la espalda a la Unión Europea. «Desde luego, esta situación no favorece la entrada del país anatolio en la Unión Europea, que por otro lado, está más cerca de los regímenes de Oriente Próximo que de los europeos».
«Es ahora cuando Erdogan gobernará con puño de hierro y guante de terciopelo»
-Beatriz Yubero
Y es que este nuevo escenario político de Turquía supone una clara señal contra la UE con una respuesta inmediata desde Europa: «La reforma de la Constitución será observada para verificar si se ajusta a las obligaciones de Turquía como país candidato para adherirse a la UE», han explicado en un comunicado conjunto el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, y la jefa de Política Exterior de la UE, Federica Mogherini.
En una reacción más reciente, los políticos alemanes y los austriacos han abogado este lunes por acabar con las negociaciones de adhesión del país turco a la Unión Europea. «La membresía ya no puede ser un objetivo», ha dicho Manfred Weber, líder de la Unión Social Cristiana (CSU), aliado bávaro de la Unión Cristiano Demócrata (CDU) de la canciller alemana, Angela Merkel, en declaraciones a la televisión germana ZDF.
Turkish EU membership is off the table. After the last months’ development we cannot continue as if nothing happened. #Turkeyreferendum
— Manfred Weber (@ManfredWeber) 17 de abril de 2017
Sahra Wagenknecht y Cem Oezdemir, dirigentes del Partido de Izquierda y de los Verdes han reclamado la retirada inmediata de los soldados alemanes de la base aérea de Incirlik, en Turquía, donde participan en la operación internacional contra el Estado Islámico.
Schwarzer Tag für #Türkei+Demokratie. Jetzt sofort Konsequenzen: EU-Beitrittsverhandlungen beenden, BuWehr abziehen, Rüstungsexporte stoppen
— Sahra Wagenknecht (@SWagenknecht) 17 de abril de 2017
Por su parte, el ministro austríaco de Exteriores, Sebastian Kurz, ha instado a la UE a que ponga fin a las negociaciones de adhesión, al considerar que la reforma constitucional aleja al país euroasiático de los principios comunitarios. «Es una clara señal contra la Unión Europea», ha dicho Kurz a la radio pública austríaca ORF.
¿Se está deslizando Turquía hacia una dictadura?
Durante su época como alcalde de Estambul, Erdogan dejó una frase premonitoria: “La democracia es como un tranvía: cuando llega tu parada, te bajas”. Veintiún años después la realidad ha superado a la ficción y a partir de ahora podrá legislar a golpe de decreto y aumentar su influencia -más si cabe- sobre los estamentos judiciales y la oposición. «Estamos viendo un giro autoritario desde hace unos años, a través de la represión de la oposición política», apunta la vicedecana de Relaciones Internacionales.
Turquía es el país con más periodistas en las cárceles, 150; también son 150 los medios de comunicación cerrados, y 13 los diputados del Partido Democrático de los Pueblos (HDP) que se encuentran en prisión. No hay duda de que se está creando una «atmósfera asfixiante» tanto en la sociedad civil como en la sociedad política. Este hecho «supone un claro giro autoritario».
En este sentido, si Turquía se encamina a una dictadura o no, no se puede predecir, pero desde luego, hoy el país euroasiático está más dividido y es menos libre que ayer.
