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La gran ironía del debate de las armas en EEUU

Las políticas antiarmas impulsan los beneficios del sector, y las políticas favorables los reducen, la gran ironía del debate de las armas en EEUU.

La gran ironía del debate de las armas en EEUU

Reuters

Desde hace tiempo, las perversas dinámicas del mercado de armas han convertido los intentos políticos por cambiar el rol de las armas en la vida de los norteamericanos en campañas de marketing masivas. Barack Obama fue llamado el «mejor vendedor de armas del planeta». Durante su mandato y tras sus advertencias de prohibir la venta de los fusiles de asalto, los estadounidenses decidieron ‘armarse hasta los dientes’. Un reciente estudio realizado por la Universidad de Harvard, apunta que los estadounidenses poseen un estimado de 265 millones de armas, más de una por adulto. Pero además, la investigación estima que 133 millones se concentran en manos de sólo el 3% de los adultos estadounidenses, 17 cañones cada uno.

Sin embargo, con la llegada de Donald Trump al Gobierno, quien se ha definido así mismo como «el auténtico amigo» de los activistas proarmas, los precios de las acciones de los fabricantes han caído, y los minoristas estadounidenses han informado de la desaceleración de las ventas y accesorios de fuego.  Esta es la gran ironía del debate de las armas en EEUU: las políticas antiarmas impulsan los beneficios del sector, y las políticas favorables los reducen. Ahora el mercado parece realmente saturado.

Así se puede ver en los recientes informes presentados por los principales fabricantes armamentísticos de Estados Unidos, Sturm Ruger y American Outdoor Brands Corporation.

Como se puede apreciar en el segundo estudio trimestral de 2017 de Sturm Ruger, la compañía ha reportado ventas netas de 131.9 millones de dólares, en comparación con los 167,9 millones que la empresa ingresó en el mismo trimestre de 2016, una disminución del 22%. Así, según Sturm Ruger, para los seis primeros meses terminados el 1 de julio de 2017, las ventas netas fueron de 299.2 millones frente a los 341.1 millones del ejercicio anterior.

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Datos parecidos refleja el informe trimestral de American Outdoor Brands Corporation. Quien para el primer trimestre de 2017 refleja unas ventas netas de 129 millones de dólares en comparación con los 207 millones del primer trimestre del año pasado, una disminución del 37,7%.

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«Mucha gente sigue haciendo mejoras de sus armas y comprando accesorios, pero no compran rifles. Incluso en los accesorios ha habido una desaceleración», se puede leer en la web de American Outdoor Brands Corporation.

Las mujeres, más armadas

Año tras año, las comparaciones en la venta de armas muestran que a pesar de la evidente caída, su venta en Estados Unidos sigue en un punto relativamente alto. Para finales de julio ya se habían registrado 14 millones de ventas. El miedo a ataques violentos y al control gubernamental han servido durante mucho tiempo como impulsores de su venta en Estados Unidos. Según el sistema de registro de venta de armas, estas pasaron de 13 millones al año en 2008, cuando Obama fue elegido presidente, a 27,5 millones al año en 2016, el último de la presidencia de Obama.

Por otro lado, ha quedado demostrado que los grandes incidentes terroristas provocan un incremento de ventas. Tras la matanza en 2012 de 20 estudiantes de primaria y seis adultos en el colegio Sandy Hook de Newtown, Connecticut, los precios de algunos fusiles de estilo militar se dispararon pasando de 100 a 500 dólares, según un estudio realizado por la asociación internacional National Firearm Survey.

El porcentaje de mujeres armadas ha aumentado de un 9% en 1994, a un Jim Joung/Reuters

 

Sin embargo, el crecimiento en la posesión de armas no parece estar a la altura del crecimiento general de la población estadounidense, según la asociación. Desde una previa encuesta telefónica nacional en 1994, el porcentaje de estadounidenses que dicen poseer armas de fuego ha disminuido ligeramente, de 25% a 22%. La caída fue impulsada por una drástica disminución entre los hombres. De esta forma, la encuesta muestra que el 42% de los hombres estadounidenses poseían un arma en 1994, en comparación con sólo el 32% de los hombres estadounidenses en el nuevo estudio, realizado en 2016.

Por el contrario, el porcentaje de mujeres armadas ha aumentado ligeramente de un 9% en 1994 a un 12% en la actualidad; duplicándose también el número de mujeres que se matriculan cada año en cursos básicos de pistolas. Si en 2011 se registraron unas 25.000, en 2014 ascendió a 46.000.

 

 

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