Freedom, una aplicación que busca 'uberizar' a los partidos políticos
Ricardo de La Blanca tiene 15 años en la industria del mercadeo y las comunicaciones, pero este año su carrera está dando un vuelco. En enero presentó en Harvard, ante el programa Harvard Business School / YPO (Young President Organization), una aplicación que busca ‘uberizar’ a los partidos políticos.
Ricardo de La Blanca tiene 15 años en la industria del mercadeo y las comunicaciones, pero este año su carrera está dando un vuelco. En enero presentó en Harvard, ante el programa Harvard Business School / YPO (Young President Organization), una aplicación que busca ‘uberizar’ a los partidos políticos. Se trata de Freedom que ya está siendo usada por 23 de estas organizaciones.
Entre ellas, está la del presidente de Honduras, Juan Orlando Hernández, la del candidato a la presidencia de Chile Sebastián Piñera, la del presidente de Bosnia y Herzegovina y la del partido del presidente de Ghana. El Partido Popular de España está estudiando empezar a usarla.
¿Cómo surgió? De La Blanca notó que los partidos funcionan de manera «muy primitiva» en cuanto a sus comunicaciones internas. “Los líderes de los partidos hablan con los demás integrantes del equipo mediante grupos de WhatsApp, BBM, text o Facebook”.
El especialista en comunicaciones, señala que al no estar todos los miembros del equipo en una sola plataforma, no es posible saber, “sin intermediarios”, sus opiniones, ni quién recibe realmente los mensajes. De modo que no hay cohesión, se pierde información y el desorden domina las comunicaciones internas.
“Tampoco los jefes de los partidos tienen manera de aprender de las bases porque simplemente no tiene contacto directo y constante”. Es allí donde entra el calificativo de ‘uberización’ de los partidos. La nueva herramienta “busca dar voz a cada miembro por igual para expresar sus ideas, para mostrar sus logros y esfuerzos”, explica su creador.
¿La reinvención de los partidos?
De La Blanca sostiene que, así como los hoteles fueron reinventados por Airbnb, los taxis por Uber (en eso que se llama economía colaborativa), con Freedom se busca reinventar a las organizaciones políticas. «Hacerlas más democráticas».
¿Cómo funciona?
Freedom es la primera plataforma social con algoritmos de aprendizaje automático desarrollada para que las organizaciones aumenten la transparencia en las ideas y la fidelización de sus miembros.
Cuenta con unos algoritmos para computar el trabajo del afiliado, los foros y actividades en los que participa, qué ideas aporta y cómo estas son recibidas. Además, registra los nuevos afiliados traídos por este miembro al partido y las personas que ha convencido para que voten por la organización durante una elección. El sistema agrupa los datos, los traduce a una escala de valores y les da un puntaje.
De La Blanca hace hincapié e insiste en que no se trata de “un Facebook”, ya que considera que allí “hay mucha confusión de la información” e incluso “se crean partidos falsos”.
“Eso es imposible en Freedom porque el partido tiene que hablar conmigo para que yo cree el perfil y le dé acceso”.
Después del acceso, la organización tendrá un panel de control en el que los miembros comparten ideas. Además, la directiva del partido contará con “un cerebro” que funciona como una computadora central “para ver el trabajo de los miembros y las ideas que proponen”.
Reconoce que la plataforma no puede estar absolutamente blindada ya que “hoy en día todo es hackeable, incluso la CIA”. Aún así, insiste en que el principal objetivo de la ‘app’ es, sobre todo, ser un palco abierto de conversación, de modo que la encriptación no es una prioridad. “En vez de hacerlo en Facebook lo haces en la herramienta y es más privado y seguro”, añade.
Sobre cómo se financia Freedom, comenta que a cada miembro que la use le cuesta tan solo “un café al año”. “Es decir 2.99 dólares” y sirve en todas las plataformas -android e iOS-. Actualmente trabajan junto a De La Blanca otros empresarios como Romir Bosu, Nicolas E. Maslowski, Salomon Sredni, Jorge Prado, Tatiana Mendoza, Enrique López de Ceballos y Federico Nano.
¿De dónde viene?
A sus 45 años, ha tenido la oportunidad con su agencia de publicidad de atender a clientes políticos en Europa, Asia y América. Fue fundador de DLB Group, una de las agencias de marketing más importantes de Venezuela que luego se conviritó en una empresa internacional.
Con ella logró hacer campañas, no solo para grupos políticos venezolanos, sino para otros como el Partido Liberal en Colombia e incluso el El Partido Revolucionario Institucional (PRI) en México. “Así me fui involucrando, poco a poco, con la política”, recuerda.
También cuenta que el vínculo inició por su cercanía con de los dirigentes que hoy son protagonistas en la oposición venezolana.
¿Dónde está la ‘app’ en este momento?
Luego de presentar en Harvard la idea, viajó a Madrid al congreso del Partido Popular donde presentó la aplicación. Pablo Casado, vicesecretario de comunicación del PP, ahora está evaluando si la implementa o no.
También presentó a Freedom en Brasil ante un congreso de la UPLA (Union de Partidos Latinoamericanos) donde consiguió que 19 organizaciones afirmaran unánimemente la intención de implementar la herramienta.
Asimismo, la está usando el candidato presidencial de Chile Sebastián Piñera para su campaña y luego de asistir la semana pasada al Congreso Conservador en Manchester donde fue invitado por WFD (Westminster Foundation for Democracy), logró el apoyo de esa fundación Británica para llevar Freedom a todos los países Africanos y Asia.
“Volé a Ghana para ver si en África había interés. Conocí al presidente y a su equipo y decidieron utilizar la aplicación. Fue gracias a ellos que me llamaron de Londres”, comenta.
Esta semana, la reunión es con la Iniciativa Democrática de España y las Américas (IDEA), conformado con expresidentes como Andrés Pastrana (Colombia), Jorge Quiroga (Bolivia), Luis Alberto Lacalle (Uruguay), Mireya Moscoso (Panamá), Miguel Ángel Rodríguez y Laura Chinchilla (Costa Rica). De La Blanca se muestra optimista en que muchos más partidos se unan para que los miembros de los equipos puedan influir en la política desde la pantalla de sus móviles.