Armas impresas en 3D, una amenaza real
El martes 10 de julio, el Departamento de Justicia de EEUU perdió un importante juicio en un intento de detener la difusión de planos digitales de armas, y anunció un acuerdo histórico con Defence Distributed.
El martes 10 de julio, el Departamento de Justicia de EEUU perdió un importante juicio en un intento de detener la difusión de planos digitales de armas, y anunció un acuerdo histórico con Defence Distributed. Detrás de esta controvertida compañía se encuentra el joven anarquista Cody Wilson, creador de Liberator, la primera pistola fabricada con una impresora en tres dimensiones, y a quien Wired nombró en 2012 «una de las 15 personas más peligrosas del mundo». Este fallo judicial abre la puerta a que cualquiera en el país pueda compartir los diseños de sus armas online, lo que a su vez permitirá que otras personas puedan fabricarlas fácilmente en su casa con una impresora 3D. El acuerdo llega justo cuando EEUU atraviesa una crisis sobre la posesión de armas tras los diferentes tiroteos y atentados que ha sufrido a lo largo del año, como el fatídico ataque en el instituto Marjory Stoneman Douglas de Parkland, en el que Nikolas Cruz abrió fuego con un fusil semiautomático AR-15 y asesinó a 17 personas.
En 2013, Wilson compartió los planos de su pistola Liberator en su página web. Unos planos que fueron descargados más de 100.000 veces por usuarios que, al igual que Wilson, querían desarrollar su primera pistola impresa en 3D. El problema es que el estudiante texano fue acusado de exportar armas sin licencia bajo el Reglamento sobre el Comercio Internacional de Armas (ITAR) estadounidense, por lo que tuvo que cerrar su página web.
A pesar de aquel golpe judicial, Wilson no cesó en su intento, y apoyándose en el principio de libertad de expresión, defendió ante el Departamento de Justicia de EEUU que se le estaba privando de su libertad. Tras dos años y medio de lucha, el Gobierno de EEUU ha dado la razón al joven texano, y considera que sus planos son «un archivo digital», por lo que podrá continuar desarrollando y compartiendo sus armas en la web.
No obstante, la justicia estadounidense ha impuesto a Wilson varias restricciones. Entre ellas destaca que tan solo podrá imprimir armas que sean de un calibre de 50 milímetros o menos, tal y como recoge Wired. La compañía de Wilson, Defence Distributed ,vende, además, un impresora 3D con la que fabricar tus propias armas, la Ghost Gunner 2, que se puede adquirir en la página web por apenas 250 dólares.
En declaraciones a TechCrunch, Wilson asegura que su victoria legal «es el comienzo formal de la era de las armas descargables». Una era en la que será posible desarrollar armas mediante un ordenador y compartirlas a través de internet con otros usuarios.
El acuerdo le ha otorgado a Wilson el derecho de publicar sus modelos en internet, pero ha abierto un nuevo debate: el de las armas de fabricación casera y su difícil detección y rastreo. De hecho, Wilson abrirá el próximo 1 de agosto su página web, donde cualquiera podrá acceder a un gran número de armas. Desde Liberator hasta fusiles AR-15.
Munición de plástico, la amenaza futura
La munición ha sido durante mucho tiempo la grieta en la muralla que está construyendo Wilson. Las balas y las carcasas son fáciles de fabricar, pero el polvo y los imprimadores son otra historia. La pólvora y los cebadores son los componentes químicos explosivos de la munición moderna, y son difíciles y peligrosos de fabricar en casa.
El siguiente paso, y quizás el más peligroso, es cuando se consiga inventar el sistema que permita crear munición de plástico con una Impresora 3D -por el momento solamente hay balas, pero no el resto de componentes-. Esto permitirá saltarse los controles policiales con los conocidos arcos detectores de metales, y la munición no formará parte de ningún registro, ya que legalmente no existirá.