Brasil se juega su progreso o retroceso en las elecciones presidenciales
Brasil celebra este domingo unas elecciones clave en las que no sólo se decide quién presidirá el Gobierno a partir de enero de 2019 y durante los próximos cinco años, si el ultraderechista Jair Bolsonaro o el izquierdista moderado Fernando Haddad. Está en juego también, según los analistas, el retroceso o el progreso del país más grande de Latinoamérica.
Brasil celebra este domingo unas elecciones clave en las que no sólo se decide quién presidirá el Gobierno a partir de enero de 2019 y durante los próximos cinco años, si el ultraderechista Jair Bolsonaro o el izquierdista moderado Fernando Haddad. Está en juego también, según los analistas, el retroceso o el progreso del país más grande de Latinoamérica.
Ambos políticos fueron los dos más votados el pasado 7 de octubre en la primera vuelta. Ahora, en la segunda y decisiva segunda vuelta, más de 188 millones de brasileños con derecho a voto, deben decidir si quieren que les gobierne el capitán en la reserva Jair Bolsonaro, favorito en todas las encuestas, a pesar de ser un nostálgico de la dictadura militar y de mostrar sin rubor su homofobia, racismo y desprecio por las mujeres; o si prefieren al profesor universitario, Fernando Haddad, experto en marxismo, filósofo, y miembro del ala moderada del Partido de los Trabajadores. Pese a ser considerado el delfín de Luiz Iàcio Lula da Silva, encarcelado por presuntos delitos de corrupción, Haddad se presenta como el mal menor para sacar a Brasil de la violencia, del retroceso económico y de la crisis institucional causada por los numerosos casos de corrupción política.