El lamento de manifestantes heridos en Venezuela: “Nos acribillaron”
“Tiraron gases lacrimógenos, demasiados, no aguantó la gente y perdimos fuerzas. Y cuando estábamos tratando de agarrar aire, nos llegaron y nos acribillaron”, es el relato de Edinson Cisneros, de 24 años, quien con un tubo en la nariz, sentado en una camilla, este joven manifestante mostró a un equipo de la AFP sus heridas: perforaciones de proyectiles de goma en el costado izquierdo del pecho, un brazo y una pierna. Tiene otra lesión abierta en el abdomen.
“Tiraron gases lacrimógenos, demasiados, no aguantó la gente y perdimos fuerzas. Y cuando estábamos tratando de agarrar aire, nos llegaron y nos acribillaron”, es el relato de Edinson Cisneros, de 24 años, quien con un tubo en la nariz, sentado en una camilla, este joven manifestante mostró a un equipo de la AFP sus heridas: perforaciones de proyectiles de goma en el costado izquierdo del pecho, un brazo y una pierna. Tiene otra lesión abierta en el abdomen.
La marcha, integrada por cientos de personas, pretendía dirigirse al puente Francisco de Paula Santander, que comunica Ureña con la ciudad colombiana de Cúcuta, bloqueado por agentes de la militar Guardia Nacional Bolivariana (GNB), para ayudar en la labor de paso de los insumos de un lado a otro de la frontera. Pero los grupos chavistas y la Guardia Nacional arremetieron contra ellos impidiéndoles pasar a Colombia.
Ya la situación era tensa desde primera hora de la mañana del sábado, cuando vecinos de Ureña que trabajan en Cúcuta pedían frente a un piquete de la GNB pasar a Colombia. “¡Queremos trabajar!”, gritaron antes de ser dispersados, también, con bombas lacrimógenas y perdigones de plástico.
Edinson estaba a punto de perder el conocimiento cuando fue llevado por otros manifestantes a un centro médico cercano al puente. “Estaba caminando como un sonámbulo (…). Todavía estaba activo porque mi cuerpo tenía mucha adrenalina”, ha asegurado.
La ayuda humanitaria fue gestionada por Juan Guaidó, jefe parlamentario reconocido como presidente interino de Venezuela por medio centenar de países. El líder opositor había dicho que las medicinas y alimentos cruzarían las fronteras, “sí o sí”, este sábado.
El gobierno de Nicolás Maduro se negó de plano a aceptarla, al denunciar que se trata de una fachada que esconde el inicio de una invasión militar liderada por Estados Unidos para derrocar al mandatario socialista.
“Disparos indiscriminados”
“Íbamos hacia la alcabala (del puente) y la Guardia Nacional (estaba) disparando indiscriminadamente”, ha relatado a AFP otro de los lesionados, Luis Polanco, comerciante de 28 años, quien relata como un grupo de manifestantes encapuchados tomó por asalto autobuses de líneas estatales y los llevó a la calle que comunica con el puente con la idea de usarlos como arietes, ya que el acceso al puesto fronterizo había sido bloqueado por un ‘murciélago’, como se conoce de manera popular a un blindado militar que despliega barreras de metal para cerrar calles.
Los jóvenes incendiaron uno de los buses y las llamas, antes de ser sofocadas por bomberos, causaron daños en una vivienda y en cables de alta tensión.
Tres parlamentarios trataron de mediar con militares en la tarde de ayer, pero fueron recibidos con gases lacrimógenos. Luis, quien sufrió una herida en un tobillo, los acompañaba: “Llegaron los diputados, empezamos a caminar y nos replegaron con perdigones, gases lacrimógenos, con todo”.
Edinson y Luis eran atendidos en la tarde en el Centro de Especialidades Médicas Ureña, donde el sábado ingresaron unos 50 heridos, la gran mayoría por perdigonazos, informó a AFP Soralis Medina, doctora encargada del lugar.
Hubo casos serios, como un paciente con un “perdigón directamente en el globo ocular”, ha agregado.
“Así no se puede vivir”
Tanto Edinson como Luis son víctimas de una grave crisis económica, con escasez de productos básicos e hiperinflación proyectada en 10.000.000% por el FMI para 2019.
Trabajando como carnicero, Edinson gana 50.000 pesos semanales (unos 20 dólares), pues la moneda colombiana desplazó al bolívar venezolano en zonas fronterizas ante la inflación y la devaluación. “No alcanza para nada”, se queja. Y tiene suerte, porque el salario mínimo en Venezuela equivale a apenas seis dólares por mes.
“Así no se puede vivir”, dice Luis, padre de dos hijos. “Y ahora que están llegando las ayudas las tienen allá (en Colombia) y no quieren dejarlas ingresar”, continúa.
Ayer, camiones con carga humanitaria que se dirigían por el puente Francisco de Paula Santander desde Cúcuta hacia Ureña fueron quemados. Al menos 14 personas habrían fallecido y más de 180 han resultado heridas.