De Atocha a Sol, las voces madrileñas se unen a la protesta global

Son las 17:30 en el Paseo del Prado madrileño. En media hora, alrededor de 100.000 personas saldrán de atocha para marchar por la emergencia climática[contexto id=»381816″], como parte de la Huelga Mundial Contra el Clima. Este el punto de quedada de Madres por el Clima, un movimiento que surge de madres preocupadas por cómo afecta la crisis climática a sus hijos. Los niños son los protagonistas, se colocan en primera fila del pelotón con sus pancartas llenas de colores y gritan frases como «tranquilo, planeta, que aquí está Greta» o «si contaminamos, al planeta matamos». Simple y directo, cargado de sentido común.

Alicia Molero, madre y manifestante, explica a The Objective que transformar la realidad en un cuento ayuda a sus hijos a entender lo que está pasando. «Saben que hay un planeta tierra y que hay que cuidarlo. Saben que hay mucho humo creado por los coches y las fábricas y que ese humo calienta la tierra y la enferma». Son conscientes de que hay un problema y de que hoy han salido a la calle para pedir una solución, para pedirles a los que tienen poder que paren de echar humo a la tierra.

En el colegio público Trabenco (Leganés), han dedicado toda esta semana a explicarles la situación a los más pequeños. La madre de uno de ellos cuenta que, además de la educación que les dan en clase, también es importante concienciar día a día con situaciones que se van planteando. «Les enseñas que los peces se mueren si no cierran el grifo, que un folio se colorea por las dos caras y que no hace falta tener tantos juguetes», relata a este periódico.

Cada uno, a su estilo 

Al ritmo de tambores y panderetas, los madrileños se han movilizado para luchar por el futuro del planeta. En un ambiente festivo y diverso, cada quien ha protestado a su manera. Más estilo jazz que orquesta sinfónica, todos cooperando por un resultado, pero cada uno con su estilo propio. Reunidos en asociaciones como Greenpeace, WWF, Fridays for Future Madrid o SEO Birdlife, en sindicatos, en familia o con amigos. El tema se aborda desde muchas perspectivas: en contra del consumo de carne, del uso de combustibles fósiles, del uso de plásticos… algunos, con un tono más fatalista, otros, con el humor como aliado. Al final, esta es una protesta que traspasa barreras ideológicas y culturales. Generaciones mezcladas, distintas nacionalidades alzando la voz al unísono porque, como rezaban las pancartas, «todos estamos en el mismo barco».

El menos común de los sentidos 

El pasado lunes los líderes mundiales se reunieron en Nueva York para debatir las posibles soluciones a la crisis climática, hoy le ha tocado a la gente hacer historia. Las movilizaciones arrancaron en Asia y Oceanía, y han ido barriendo el globo a través de las zonas horarias a medida que ha avanzado el día. La gente pide una reacción por parte de «los de arriba». Tan sencillo como eso. Una de las portavoces de Fridays for Future Madrid, también reunidos delante del Prado para marchar juntos, deja claro que la principal solución a esta crisis es el sentido común. «Cerrar el grifo, apagar las luces, cerrar las ventanas si tienes la calefacción encendida… cosas lógicas que todo el mundo debería hacer». 

Greta Thumberg plantó el año pasado la semilla de un árbol que ya extiende sus ramas por todo el mundo. Las nuevas generaciones abren el camino, han dado un puñetazo sobre la mesa y hecho temblar los cimientos de la lucha contra el cambio climático. En Madrid, muchas de las pancartas están escritas en inglés, con las mismas frases que se han podido ver en Nueva Zelanda. La lengua que cosió los hilos de este movimiento desde el principio, haciendo que creciese exponencialmente. La cara B de la globalización y las redes sociales. El resultado es lo que hemos visto hoy en las ciudades de todo el mundo: la mayor movilización contra el cambio climático de la historia.

Así se ha vivido la manifestación por la crisis climática en Madrid. Jóvenes, adultos y niños se han reunido para defender al planeta Tierra…