La profesora que «devolvió la vida» a Joe Biden: así es Jill Biden, la nueva primera dama de EEUU

Jill Biden es mucho más que la mujer de Joe Biden, y será mucho más que la primera dama de Estados Unidos. Acostumbrada al mundo político y familiarizada ya con la Casa Blanca, no dejó su trabajo cuando su marido fue vicepresidente del país y no lo hará tampoco ahora.

Profesora de inglés en la Universidad de Virginia, Jill Biden sentará un precedente histórico al compaginar sus labores como primera dama con su propia carrera profesional. «Soy una mujer trabajadora, enseñar es mi pasión, es lo que amo hacer. Ha sido mi carrera y el mayor foco de mi vida, así que siento que puedo manejarlo y hacer todo lo que las primeras damas quieren hacer», dijo en una entrevista en la revista Vogue.

Cuando fue segunda dama, durante la presidencia de Barack Obama, pedía permisos para acudir a los actos importantes de la vicepresidencia, pero siempre volvía a las aulas. De hecho, solo ha dejado su trabajo en dos ocasiones: en 1981, cuando nació su hija Ashley, y en 2020, para acompañar a Joe Biden durante su campaña electoral.

Jill Tracy Jacobs, de 69 años, conoció al que sería su segundo marido, Joseph Robinette Biden, en 1975. Por aquel entonces, el ahora presidente electo de Estados Unidos había sido elegido senador por Delaware, pero pasaba por uno de los peores momentos de su vida: su primera mujer, Nieilia Hunter, y su hija menor, que tenía solo 13 meses, murieron en un accidente de tráfico.

Jill estaba separada de su primer marido cuando un día le sonó el teléfono. «¿Cómo has conseguido este número?», le dijo al que se convertiría en el hombre de su vida. Fue el hermano de este quien los presentó y gracias a quien tuvieron una primera cita a ciegas.

Dos años después, en 1977, la pareja se casó y Jill se convirtió en la nueva familia de los dos hijos de Joe Biden, Hunter y Beau. En 1981 tuvieron otra hija, Ashley.

Mientras cuidaba a su familia y asesoraba a su marido en su carrera política, Jill Biden terminó dos másters y un doctorado en Educación, dio clases en institutos y universidades y acabó donde se encuentra ahora, en la Northern Virginia Community College.

Además, la familia tuvo que enfrentarse a otra tragedia, la muerte de Beau Biden, que falleció a causa de un tumor cerebral a los 46 años, en 2015.

«Ella nos volvió a unir», dijo Biden en un vídeo difundido en agosto durante la Convención Nacional Demócrata. En sus memorias, lo deja bien claro: «Ella me devolvió la vida».

En los 43 años que lleva casada con Joe Biden, ha sido siempre una de sus asesoras de confianza, uno de sus mayores apoyos y de sus mejores defensoras. «¿Cómo se puede formar una familia quebrada?», dijo en su discurso de la convención demócrata sobre la perseverancia de Biden a través de la adversidad. «De la misma manera en que se unifica a una nación», afirmó. «Con amor y comprensión, y con pequeños actos de compasión. Con valentía. Con fe inquebrantable».

Durante la tercera carrera de su marido por la Casa Blanca, tras dos anteriores fallidas, ha sido uno de sus sustitutos más efectivos y contundentes. Hizo campaña incansablemente, en Iowa y New Hampshire al inicio de las primarias y en Florida y Michigan en la recta final, a menudo encabezando eventos más pequeños.

Su única sombra a lo largo de la larga trayectoria política en la que ha acompañado a Joe Biden ha sido su silencio ante las acusaciones contra su marido de violación y comportamientos inadecuados con varias mujeres. «Eso nunca sucedió», es lo único que Jill Biden ha dicho sobre el tema.

Ahora, como primera dama, ha explicado que su agenda está relacionada con su historia y la de su marido. Así, promoverá la educación gratuita en universidades comunitarias, como la que ella trabaja; apoyará a las familias de los militares, ya que los dos hijos de Biden sirvieron en el Ejército; y apoyará la investigación sobre el cáncer, enfermedad que causó la muerte de Beau Biden.

Todo esto, siendo siempre antes la profesora Biden que la primera dama Biden.