Vídeo | Ignacio Salazar-Simpson: "Hoy en día Bernabéu no sería el patrón del Real Madrid"
Ningún cine catalán ha querido programar la película Bernabéu que fue estrenada el pasado jueves en el estadio del conjunto blanco en Madrid.
Ningún cine catalán ha querido programar la película Bernabéu que fue estrenada el pasado jueves en el estadio del conjunto blanco en Madrid. Aquellos residentes de Cataluña que quieran ver el rodaje sobre la vida de del mítico presidente del Real Madrid, Santiago Bernabéu, tendrán que trasladarse a otras regiones del país. A pesar de esto, el documental dirigido por Ignacio Salazar-Simpson ya se encuentra en 12 salas del país, según Film Affintity. Específicamente en Madrid, Guadalajara, Alicante, Bilbao y Zaragoza. Su director señala que no la prohibieron en Cataluña sino que los cines se “auto censuraron”.
No hay un comunicado oficial sobre por qué aún no ha sido puesto en cartelera el documental en Cataluña, aunque podría ser una decisión comercial. Tampoco se sabe si la comenzarán a dar en los próximos días. The Objective ha intentado contactar a algunas de las salas para pedir una explicación y, hasta el momento, no ha recibido respuesta. Entretanto, el documental se ha convertido en pocos días en una cita obligada para todo madridista. Fotos de antaño, entrevistas de radio e imágenes de archivo componen el rodaje que cuenta con un guión de Joaquín Andújar (23-F: la película), y la voz en off para narrar del actor Luis Callejo. “El hombre para vivir años tiene que conservar una ilusión”, dirá en algún momento Santiago Bernabéu. The Objective tuvo una conversación telefónica sobre la película con su director para indagar en cómo logró retratar la pasión e ilusión del mítico jugador, entrenador y presidente del Real Madrid.
¿Es usted madridista?
Sí. Yo vivo muy cerca del Bernabéu y heredamos unos abonos de fútbol que tenía mi padre desde el año 59. Hemos seguido yendo todos al estadio.
¿Por qué decidió hacer una película sobre Santiago Bernabéu?
Lo gracioso es que la idea no fue mía sino del guionista, Joaquín Andújar, que un día en mi casa me propuso hacer una película sobre Bernabéu. Yo sabía que el estadio se llamaba Santiago Bernabéu pero no sabía mucho de él, como le pasa a mucha gente. Entonces decidimos intentarlo. Comencé a investigar y me resultó fascinante el personaje. Me pareció interesantísimo todo lo que fui descubriendo sobre él y sobre su época. En realidad, era un personaje que siempre estaba ligado al Real Madrid. El nombre se lo ponen al estadio cuando él está de viaje. Le hacen presidente por una carambola, como lo muestra la película. Él creía que el nombre (del estadio) lo iban a cambiar luego pero nunca lo cambiaron. También, él le dijo a su mujer María Valenciano, cuando lo contrataron (como presidente): «No te preocupes María que antes de un año me han echado, porque no soy millonario, ni tengo aptitudes de nada, soy un futbolista amateur que está aquí por el medio». Duró 34 años. El gran descubrimiento que he hecho yo en estos tres años que he tardado en hacer la película, es que el Real Madrid era la familia de Bernabéu. Él se queda huérfano de madre con 14 años y de padre, con 20. Al quedarse sin padres, asume que el Real Madrid se convierte en su familia. Los jugadores se convierten en sus hijos, los directivos en sus hermanos. De alguna manera, él vive por y para el Real Madrid. Es fascinante que no cobrara un duro en toda su vida. Imagínate la libertad que te da eso.
¿Qué cosa rescata del personaje?
Su arrojo para fiarse de sus instintos. Esa cosa tan americana de follow your instincts, él lo llevaba a raja tabla. ‘La teoría de la jeta’ que él manejaba … Trataba de que, cada vez que veía a un jugador, no solo pensaba en si era buen o mal futbolista, sino que quería saber qué tal era como persona. Al él le importaba mucho que los jugadores fueran buenas personas para evitar envidias en el vestuario o rencillas. Por ello, él charlaba con alguno y a los cinco primeros minutos, ya había decidido si merecía la pena o no.
¿Cree que la película podría ayudar a mejorar la imagen del fútbol que se ha visto un poco deteriorada en los últimos tiempos?
Yo no pretendo mejorar la imagen de nadie. Lo que nos ha pasado es que nos hemos fascinado con este personaje y por eso hemos ido profundizando en él. Sí que hay cierta crítica, pues simplemente al ver el documental, intuyes lo que era el fútbol y en lo que se ha convertido en cuanto a los principios de lealtad, amistad y cosas que hoy en día ya no existen. Bernabéu dice en un momento dado: «El día en que esto solo sea una cuestión de dinero y cada uno solo piense en sí mismo y ya no haya ese espíritu amateur -que había antes del año 28 cuando los jugadores no cobraban por jugar, sino que jugaban porque querían y se divertían- yo ya no seré patrón». Hoy en día, seguramente, no sería el patrón. Ha cambiado todo muchísimo. Él necesitaba la cercanía y relación con los jugadores.
Tras ver otras producciones en las que ha participado como Ocho apellidos vascos, pareciera que le interesa profundizar en la identidad del español. ¿Siente que Bernabéu forma parte de esa identidad?
En realidad, las películas Ocho apellidos vascos y Ocho apellidos catalanes las hizo mi hermano y yo lo ayudé a conseguir el dinero. Pero sí produje 23-F y en esa película me pasó un poco lo mismo que con Bernabéu. Era un hecho que no se había profundizado y sentí que había llegado el momento, a los 30 años, de profundizar en él y contar lo que ocurrió realmente. En los dos casos, en 23-F y Bernabéu, he pretendido ser absolutamente objetivo. Nada tendencioso y simplemente contar hechos. Hay gente que dice ‘Bernabéu (y su relación) con el régimen’. Y yo he contado lo que he encontrado: que más bien era el régimen el que se aprovechaba de Bernabéu para salir fuera. Siempre se puede ser tendencioso, pero he procurado evitarlo.
¿Cómo fue el proceso de creación del documental? ¿Qué fue lo más difícil?
Lo que hice fue investigar mucho. Hemos buscado todo lo que existe de Bernabéu de fotografías, imágenes de archivo, e incluso de entrevistas de radio que hay poquísimas porque hasta los años 60, borraban unas entrevistas con otras para aprovechar la cinta magnética. Hemos investigado todo. A partir de ahí, ha sido interesante, porque hemos cambiado varias veces el principio y el final. Un documental no es como una película de ficción que una vez que empiezas a hacerla sabes cómo empieza y termina. Aquí fuimos descubriendo, a lo largo del proceso, qué cosas nos interesaban más y así.
¿Prescindieron de alguna cosa muy interesante de la vida de Bernabéu?
En realidad la primera versión de la película duraba tres horas y lo que ha sido duro es reducirla a 75 minutos, porque tampoco queríamos aburrir a la gente. Entonces, por ejemplo, hemos tenido que recortar momentos con Raimundo Saporta (exdirectivo del Real Madrid), quien fue importantísimo en su vida y en las decisiones que él tomó. También hemos recortado otras anécdotas como un secuestro que le hicieron a (Alfredo) Di Stéfano en Venezuela. Resulta que hicieron una película aquí (España) de broma en la que secuestraban a Di Stéfano y entonces lo que ocurrió es que, seis meses después, él viajó a Venezuela y para protestar por (el expresidente venezolano Rómulo) Betancourt, lo secuestraron de verdad. Fue un secuestro muy light porque al parecer los secuestradores le dieron pizza y jugaron con él a las cartas. Fue para llamar la atención de una situación política. De eso conseguí unas imágenes, pero en el fondo, tampoco tenía que ver mucho con Bernabéu y tuve que sacarlas.