Micrashell, el traje que te permitirá salir de fiesta a pesar del coronavirus

La empresa de eventos musicales Production Club ha creado Micrashell, una práctica y futurista escafandra que protege de virus transmitidos por vía aérea con un diseño altamente tecnológico, atractivo y actual. Su objetivo: que todos volvamos a disfrutar de festivales, una copa en el bar o tener sexo, esquivando el distanciamiento social.

 

Con el inicio de la desescalada se ha hecho más que patente que algunas personas no son capaces de respetar las medidas de seguridad, sobre todo en lo que a distancia se refiere. En la nueva normalidad, disfrutar de conciertos, festivales o, simplemente, una copa con los amigos en un bar se antoja complicado ante la amenaza de nuevos contagios. Pero un futurista traje altamente tecnológico podría responder a todos los retos que plantea la socialización en tiempos de coronavirus.

Production Club, empresa de eventos musicales estadounidense con sede en Los Ángeles y España, ha diseñado Micrashell, un equipo de protección personal que permitiría interactuar con otras personas, beber o fumar sin distancia social y sin peligro. Además de escuchar música o hablar por teléfono, hacer fotos o vídeos, expresar emociones a través marcadores lumínicos, ir al baño… o tener sexo.

“Como somos una empresa creativa nos sentimos responsables de encontrar una solución que permita reactivar los eventos físicos”, cuenta Miguel Risueño, director comercial de esta compañía multidisciplinar dedicada a realizar instalaciones y eventos para artistas como Skrillex y Grimes o gigantes tecnológicos como Amazon y Youtube. “Empezamos a investigar cómo hacerlo al día siguiente de mandar a nuestros empleados a trabajar desde casa, esto fue el 23 de marzo, con la idea de evitar que la industria de los conciertos, eventos, giras, festivales y entretenimiento en vivo”, que cifra en un billón de dólares, “se parase por completo debido al distanciamiento social obligatorio” y la cancelación de todas las citas imaginables hasta mediados de 2021.

De este modo, mientras la mayor parte de las empresas buscaban soluciones virtuales a este problema, Production Club apostó por encontrar una solución física. Tres semanas después nació Micrashell, un traje que protege de virus transmitidos por vía aérea, se puede desinfectar, es fácil de poner, llevar y quitar, y tiene un diseño atractivo y actual.

Casco, mono y guantes con la última tecnología

Este traje de aire espacial tiene una escafandra hermética y tanto el casco como el mono están hechos de materiales tácticos de alto rendimiento resistentes a los cortes. Al cubrir solo la mitad superior del cuerpo, el usuario puede vestirse fácilmente, utilizar el aseo o incluso tener sexo, señalan desde una nota de prensa de la compañía, sin tener que quitarse su Micrashell.

El casco usa un sistema de filtración de partículas basado en el estándar N95 y, pensando en el calor, “el sistema de ventilación es similar al usado por soldadores, trabajadores químicos o profesionales que trabajan en fundiciones”, explica Risueño. Además, es transparente, de forma que el usuario pueda ver y ser visto. Y por supuesto, puede llevar debajo la ropa que quiera.

El traje lleva incorporado un sistema inalámbrico de comunicación por voz mediante el cual se pueden realizar llamadas, controlar los niveles de audio de diferentes fuentes de sonido externas o modificar la voz en tiempo real. Las opciones de privacidad permiten al usuario decidir, al estilo de Black Mirror, escuchar lo que te diga todo el mundo o limitar este grupo a unas personas determinadas.

Para el sonido, uno de los fuertes de un traje ideado por una compañía especializada en eventos musicales, Micrashell cuenta con un sistema de altavoces integrado que permite escuchar música en directo en tres modalidades: de forma inalámbrica directa desde el DJ o la banda (dry), como una emulación del sonido espacial de la habitación basado en psicoacústica (wet), o como una amplificación directa del sonido del club gracias a los micrófonos embebidos en el traje. Asimismo, el traje cuenta con un sistema de bajos para transmitir frecuencias por debajo de los 150 hercios por contacto directo con el cuerpo del usuario.

Todas estas soluciones, insiste el también director creativo y socio de Production Club, están pensadas para facilitar la socialización. “Tratar de tener una conversación con alguien en un club o un concierto te machaca las cuerdas vocales y especialmente el oído, pero lo aceptamos porque siempre ha sido así. La cantidad de músicos, DJs y asistentes con pérdida auditiva o acufenos es enorme y con un sistema de altavoces en el que tú controlas el volumen puedes, de hecho, estar más conectado con la persona con la que hablas en lugar de lo contrario”, afirma Risueño.

La cámara, con rotación vertical-horizontal y LED de monitorización, también amplía nuestras posibilidades de visión. Pues la lente tiene tres funciones: se puede conectar con el teléfono para tomar instantáneas, tiene un sistema chest-eye que permite ver en tiempo real lo que el traje o el casco ocultan, y un sistema de visión inteligente basado en visión por ordenador. “La cámara existe originariamente para poder ver lo que el sistema de bebida y vaporización podrían ocultar por su posición”, comenta el creativo de Production Club. Porque también se puede beber y fumar con Micrashell.

“Beber y fumar cigarrillos electrónicos se ha resuelto con un sistema propio de cápsulas que se conecta directamente al casco y al que solo tú y el camarero tenéis acceso para, de paso, evitar la posibilidad de que nadie te ponga nada indeseado en la bebida, algo que, por desgracia, todavía es muy habitual”, cuenta Risueño.

Para rematar, el traje tiene un bolsillo para llevar y cargar el teléfono, accesorios para customizarlo y un sistema de comunicación lumínico. “Por un lado, sirve de sistema de monitorización, pero por otro, es un grado de libertad más para expresarte, como ciertas características de algunos animales. Siguiendo los principios básicos de diseño universal hemos intentado hacer el traje flexible, personalizable y agradable al uso y el sistema de luces ayuda a esto. Adicionalmente, como diseñador de luces y escenografía creo que la luz es importante para crear un ambiente agradable y generar sentimientos positivos”, defiende Risueño.

Cuándo, por cuánto y dónde estará disponible

Unas 20 personas, entre ellas ingenieros, consultores y diseñadores de apoyo de todo tipo, han participado  en la creación de Micrashell, cuya patente está gestionando Production Club. “Nosotros estamos ya en la fase de prototipado, donde vemos cómo funcionan las ideas y qué rediseños hay que hacer para que las cosas funcionen como queremos. Además, esta es la fase en la que elegimos materiales, componentes y características finales. Una vez estemos contentos con el prototipo final saltaremos a manufacturación que se hará en colaboración con un fabricante especializado en desarrollo tecnológico con el que ya estamos en contacto”, asegura Risueño, que ha trabajado directamente en el proyecto.

Todavía no se aventuran a calcular el precio que podría tener el traje, pero la idea no es tanto que lo compren los usuarios finales como las empresas interesadas para así poder reutilizarlos y desinfectarlos correctamente. “El modelo de negocio es venderlo a los promotores de eventos y a las salas de conciertos, que son los que tienen un poder adquisitivo alto, una frecuencia de uso elevada y quienes podrían asegurar la correcta esterilización del traje”, explica Risueño, que abunda en esta última y crítica cuestión.

“Para evitar el contacto, en el diseño hemos puesto unos enganches que van en el casco y en las manos y que sirven para ponérselo y especialmente quitárselo sin que tu cuerpo o piel entre en contacto directo con la tela exterior. Una vez te quitas el traje este se desinfectaría. De esto se encargará un equipo especializado o certificado, ya sea por parte de la sala o de una contrata profesional para ello. Este es uno de los motivos por los cuales creemos que la mejor solución es que el traje lo posea el promotor y ya vaya incluido en el precio del ticket”, señala.

Como parte de la industria a la que pretenden abastecer, desde Production Club estaban convencidos de que su idea era buena. Pero dicen sentirse superados por las peticiones de información que han recibido, así como por el interés en su traje. “Músicos, emprendedores famosos, deportistas, fabricantes, medios de comunicación y, por supuesto, organizadores de eventos” han contactado con ellos. Quizá porque su producto podría evitar también las limitaciones de la desescalada.

“Un gran problema con los conciertos y eventos distanciados socialmente es que el aforo de la sala se minimiza hasta un 20 o 30%, haciendo que existan muchos menos tickets y, por tanto, que estos sean solo accesibles por unos pocos. Ese no es un futuro que nos guste. Con Micrashell el distanciamiento social se podría evitar de forma segura y, potencialmente, las salas podrían tener su aforo original”, afirma Risueño, que planea ofrecer su traje “allá donde sea necesario”.

¿Pero qué ocurre si la vacuna aparece antes que ellos al mercado? “Si llega un día en el que Micrashell no es necesario nosotros estaremos extremadamente contentos, pues querrá decir que el problema está solucionado y podemos continuar con los planes que teníamos originariamente en nuestra vida prepandemia. No obstante, el hecho de que encontremos vacuna para SARS-CoV-2 no quiere decir que pronto no podamos estar en la misma situación o peor, así que será mejor estar preparados”, advierte.

Sea como fuere, el uso de este tipo de complementos podría generalizarse como una herramienta más para prevenir contagios, como en Asia es habitual el uso de mascarillas cuando las personas tienen catarro o gripe. Por otra parte, no sería la primera vez que el mundo de la moda canibaliza este tipo de tendencias para convertirlas en un look más. “Realmente cuando todo vuelva a la normalidad, si esto sucede, no todo va a ser blanco o negro pues la mente de mucha gente habrá cambiado para siempre, por lo que una solución como esta podría ayudar a darte el empujón de seguridad extra que necesitas para ir a esa fiesta o conferencia a la que, de otra manera, solo podrías asistir por Skype”, concluye Risueño.