La libertad de prensa, un derecho cada vez más difícil de ejercer
La libertad de expresión y la libertad de prensa son derechos fundamentales que en muchos lugares del mundo no están reconocidos y que, en muchos otros, son realmente difíciles de ejercitar a pesar de estar reconocidos por la ley.
La libertad de expresión y la libertad de prensa son Derechos Fundamentales que en muchos lugares del mundo no están reconocidos y que, en otros, son realmente difíciles de ejercitar a pesar de estar reconocidos por ley.
Por este motivo, la ONU celebra el Día Mundial de la Libertad de Prensa, para evaluar la situación de este derecho en diferentes lugares del mundo, defender a los medios de comunicación de los atentados contra su independencia y rendir homenaje a los periodistas que han perdido la vida en el cumplimiento de su trabajo.
La organización Reporteros Sin Fronteras (RSF) publica todos los años un ranking en el que clasifica a 180 países según las garantías que ofrecen del derecho a la libertad de prensa. El de 2016, publicado recientemente, muestra que este derecho está retrocediendo en el mundo en general, incluso en los países donde menos lo imaginamos. La caída que desde hace años experimentan las democracias y la obsesión por la vigilancia a los periodistas ha hecho que numerosos países desciendan en la clasificación, según RSF.
Europa sigue siendo la zona geográfica donde los medios de comunicación son más libres, pero sus resultados son los que más han empeorado en los últimos años. En tan solo un año, el índice global del continente ha crecido un 3,8%. Cuanto mayor es el índice de un país, peor es su situación en cuanto a la libertad de prensa. Esto supone un gran retroceso, pero el daño es aún mayor si se observa la evaluación de los últimos cinco años, en los que el índice global de Europa ha crecido un 17,5%.
También ha presentado un ranking de la libertad de prensa el centro de estudios Freedom House que, aunque con ligeras diferencias, ha obtenido una visión de los diferentes países muy similar a la de RSF.
Por tanto, aunque hay numerosos países desarrollados donde la libertad de prensa es valorada, hay otros donde existen serias dificultades para poder ejercer este derecho. Los siguientes son solo algunos ejemplos de cómo la situación política y social está afectando gravemente a la libertad de los medios de comunicación.
Estados Unidos
La llegada de Donald Trump al poder, con sus tóxicos discursos contra los medios de comunicación, ha afectado seriamente a la prensa, que recibe crecientes ataques por parte del gobierno.
Esto ha causado el descenso de dos puestos de Estados Unidos en la clasificación mundial de RSF, situándose en la posición 43, con 23.88 puntos.
RSF ya manifestó su preocupación el pasado mes de febrero por los ataques a la prensa por parte del presidente estadounidense, que ha acusado en varias ocasiones a los medios de comunicación de publicar noticias falsas. “Se trata de un peligroso mensaje para los depredadores de la libertad de prensa de todo el mundo, ya que muchos de ellos han encarcelado a periodistas por ‘difusión de información falsa’”, alerta la organización en un comunicado.
Freedom House, que investiga la libertad de prensa en diferentes lugares del mundo, considera también que Donald Trump «ha menospreciado a la prensa, negando el papel de los medios de noticias en conseguir que los gobiernos respondan de sus palabras y acciones». Además, pone de manifiesto la importancia de los arrestos de varios periodistas mientras cubrían algunas manifestaciones, en concreto algunos que se enfrentaron a cargos bastante serios en relación con las protestas por los oleoductos de Dakota.
Por estas razones, aunque Estados Unidos se encuentra en una posición del ranking que no es excesivamente baja, su descenso resulta preocupante, ya que los causas se encuentran principalmente en el gobierno del país.
Reino Unido
La campaña por el Brexit ha producido en Reino Unido un efecto similar al de la llegada de Trump al poder en Estados Unidos. Con 22,26 puntos, el país europeo se sitúa ahora en el puesto número 40 de la clasificación de RSF.
En esta bajada han influido varios factores. Uno de ellos, de gran importancia, ha sido la aprobación de la Ley de Poderes de Investigación, conocida popularmente como la ‘Carta de los fisgones’, el pasado mes de noviembre.
Esta ley, que RSF ha criticado y tratado de evitar en varias ocasiones, es la mayor ley de vigilancia aprobada en Reino Unido. Entre otros aspectos, afecta a la privacidad de los individuos, a la libertad de expresión y al periodismo de investigación, pues no ofrece suficientes garantías para proteger a los periodistas y sus fuentes.
“Más alarmante incluso es la proposición de una nueva ‘Ley de Espionaje’, que facilitaría la clasificación de los periodistas como espías y su encarcelamiento hasta 14 meses simplemente por obtener información filtrada”, explica RSF en su informe anual.
Además, la organización también muestra una gran preocupación por el hecho de que las autoridades británicas requisaran el pasaporte de un periodista sirio por petición de Bashar Al Assad, presidente de Siria. Consideran que esto envía el mensaje de que los periodistas que viajen al país podrían ser localizados por sus propios gobiernos.
Italia
En Italia, la libertad de prensa también se ha visto amenazada en numerosas ocasiones. Aunque ha subido 25 posiciones en la clasificación de RSF, colocándose en el puesto 52, la situación de los medios de comunicación no ha mejorado en exceso.
Esta mejora en el ranking se debe a la absolución por parte de la justicia italiana de los periodistas juzgados en el caso de VatiLeaks 2, en el que se hicieron públicos varios documentos financieros de la Santa Sede que exponían una supuesta corrupción por parte de los miembros del clero, así como chantajes y extorsiones.
Sin embargo, RSF afirma que Italia “sigue siendo uno de los países europeos donde hay más reporteros amenazados por las organizaciones mafiosas y criminales”. Por tanto, lo califica dentro de su ranking como un país con “problemas significativos” respecto a la situación de los periodistas y medios de comunicación.
También lo clasifica como un país «parcialmente libre» Freedom House, que expone como principal obstáculo para la libertad de prensa el sistema legal del país, seguido del ambiente político.
Polonia
En el puesto 54 de la clasificación de RSF se encuentra Polonia, que ha perdido siete posiciones. “Tras haber transformado al sector audiovisual público en herramienta de propaganda, el gobierno polaco se propuso asfixiar económicamente a diversas publicaciones independientes que se oponían a sus reformas”, explica RSF como motivo de este retroceso.
El partido conservador Ley y Justicia creó en diciembre de 2015 una ley que otorgaba al gobierno el control sobre las cadenas de radio y televisión públicas. Además, ordenó a todas las agencias de noticias estatales que cancelaran sus suscripciones con ciertos periódicos independientes, tratando así de dificultar seriamente el trabajo de aquellos medios de comunicación que no estaban de acuerdo con sus medidas.
«El estatus de Polonia ha descendido de libre a parcialmente libre debido a la intolerancia del gobierno respecto al reportaje crítico o independiente, la excesiva interferencia política en los asuntos de los medios de comunicación púbicos y las restricciones en los discursos en relación a la historia o identidad polaca, que han contribuido colectivamente a una creciente censura y polarización», explica Freedom House en su informe.
Otro motivo que ha influido en el retroceso de la libertad de prensa en el país tiene que ver con las restricciones impuestas a los periodistas el pasado mes de diciembre para entrar a grabar las sesiones parlamentarias, así como las limitaciones en el número de periodistas que pueden acceder a dichas sesiones. Esto provocó manifestaciones tanto por parte de la oposición como por parte de los ciudadanos.
Pero la principal preocupación internacional actualmente está centrada en un proyecto de ley que supondría la imposición de un límite en la cantidad de capital extranjero en los medios de comunicación polacos.
“En respuesta a las graves y repetidas violaciones a la libertad de prensa y al pluralismo, RSF hizo una llamada a la Unión Europea en octubre de 2016 para que imponga sanciones a Polonia, incluyendo sanciones financieras”, explica la organización.
España
A pesar de haber subido cinco posiciones en la clasificación, España, que se coloca en el puesto número 29, aún tiene que mejorar muchos aspectos para garantizar la libertad de prensa.
La llamada ‘Ley Mordaza’ es la mayor preocupación de la organización, pues en 2016 comenzó a afectar al trabajo de los periodistas, y seis de ellos fueron multados por una supuesta obstrucción al trabajo de la policía o por fotografiar a sus agentes.
Otro aspecto de la libertad de prensa en España que preocupa a RSF es cómo está afectando la crisis económica a los medios de comunicación. El alto nivel de desempleo en el sector del periodismo ha llevado a que, cada vez más, los medios de comunicación contraten a periodistas freelance con sueldos muy bajos o, a veces, incluso sin una retribución económica.
También ha denunciado este hecho la Asociación de la Prensa de Madrid (APM). “Cuantos más empleos precarios, peor pagados y menos protegidos, más campo para la autocensura y las presiones”, dijo Jesús Maraña, directivo de la APM y director editorial de InfoLibre.
La APM denuncia además que en España, «la libertad de prensa está afrontando presiones y amenazas procedentes de actores públicos y privados -Gobiernos, Administraciones Públicas, partidos políticos de todo signo, grupos de presión financieros y de la sociedad civil- con el objetivo de limitar la independencia de los medios y de los periodistas».
Esta situación ha provocado un creciente desprestigio de la profesión que, sumado a las trabas que suponen las nuevas leyes, crea un panorama que, a pesar de haber mejorado, sigue sin ser el adecuado para poder ejercer la libertad de prensa en su sentido más amplio.