El lazo afectivo que existe entre perros y humanos es tan fuerte que no extraña que recurramos a ellos, nuestros mejores amigos, con fines terapéuticos. Está científicamente demostrado que acariciar a un can, aunque sea un minuto, estimula la producción de oxitocina, hormona que juega un papel fundamental en la regulación del estrés, y libera endorfinas, que son las que nos ayudan a atenuar el dolor y producen sensación de bienestar. En resumen, los perros tienen un efecto calmante sobre las personas. Ayudan a reducir la ansiedad y a conseguir un estado emocional más equilibrado.
Para muchos, asistir a juicio puede resultar altamente estresante. Aquí es donde entran en juego los perros de asistencia judicial, que son animales entrenados por profesionales específicamente para acompañar emocionalmente a niños, adolescentes y adultos que han sido víctimas de delitos violentos cuando deben testificar o someterse a cualquier entrevista durante el proceso judicial. La idea es brindar apoyo y atenuar la victimización secundaria.
La iniciativa de llevar a perros de asistencia a los juzgados nace en 2003 en Seattle, Estados Unidos, de la mano de la fiscal Ellen O’Neill-Stephens para casos de la corte de drogas. Tras el éxito de la propuesta, el programa se amplió a víctimas de abuso sexual y violencia intrafamiliar en menores. Poco a poco se fueron sumando estados y un par de años después comenzaron a emplearse, también con mucho éxito, programas similares en Chile y Canadá. Los expertos aseguran que la sola presencia del perro en la sala resulta tranquilizadora para las víctimas.
Perros en juzgados españoles
En 2014, comenzaron a trabajar en los Juzgados de Familia de la Comunidad de Madrid los perros de apoyo judicial de Dogtor Animal. Un servicio pionero en España que obtuvo excelentes resultados y que ya ha ayudado a más de cien niños. Con la presencia de Perros de Apoyo a Menores en Juzgados, se busca tranquilizar a los pequeños y humanizar el complejo proceso en el que se encuentran inmersos. Actualmente, el programa se desarrolla también en los Juzgados de los Penal de la Comunidad de Madrid.
En el caso de los adultos, la Fundación Affinity y el Departamento de Justicia de la Generalitat de Catalunya pusieron en marcha en 2015 un programa de terapia asistida por perros, dirigido a las víctimas de violencia de género y/o delitos contra la libertad sexual. La prueba piloto se desarrolló en la Audiencia Provincial de Tarragona y contó con la participaron de 20 mujeres voluntarias. 10 fueron acompañadas por un perro y las otras 10 formaban parte del grupo de control. El objetivo era comprobar que la presencia del perro ayudaba a reducir la ansiedad y el estrés de la víctima antes de entrar a declarar en la sala de juicios donde, probablemente, se encontraría con su presunto agresor.
Los primeros resultados, basados en los test Escala analógica visual de ansiedad y Escala Hamilton de medida de ansiedad (Harsin), han demostrado que los niveles de ansiedad son más bajos en las mujeres que han tenido la compañía del perro. En este caso se trataba de Bob, un golden retriever con una historia de maltrato también muy dura que ahora ya está totalmente recuperado y que forma parte del proyecto Tan Amigos. Maribel Vila, encargada del área de Terapias Asistidas con Animales de Compañía de la Fundación Affinity, asegura: «Lo que hace que los perros sean ideales para llevar a cabo este tipo de intervención es que no juzgan, aceptan a la persona tal como es y sobretodo, ofrecen a la víctima confort a nivel emocional, la tranquilizan y le dan seguridad.”