¿Por qué tras darnos una ducha después de haber tomado el sol nos vemos más morenos?
Al parecer eso sólo una ilusión óptica ya que, obviamente, la ducha no tiene ningún efecto real sobre el bronceado
Las deseadas y ansiadas vacaciones de verano ya están aquí. Y además de para descansar y desconectar de duros meses de trabajo, la mayoría nos vamos con un claro objetivo: conseguir ese tono de piel bronceada a lo Beyoncé.
Ya sea en la playa, en la piscina o desde el patio de tu casa, cualquier momento es bueno para, toalla y bronceador en mano, hacer ‘tumboning’ o ver la vida en horizontal al mismo tiempo que nos concentramos para absorber la mayor cantidad de rayos solares posibles. Y es que no olvidemos que tomar el sol puede ser inofensivo si sabes cómo hacerlo, ya que es la principal fuente de vitamina D para nuestro organismo, nutriente necesario para mantener los huesos fuertes.
Sin embargo, después de varios días y horas al sol, y de haber pasado ya el tono gambón cual guiri en cualquier playa de Torremolinos, la decepción llega cuando nos levantamos y vemos que nuestro tono de piel sigue siendo todavía más parecido al de Kristen Stewart que a la de la reina del pop. Sin embargo, que no cunda el pánico, porque nuestro estado anímico vuelve a levitar cuando, tras esas largas horas bajo el también conocido como Lorenzo, nos damos una ducha y… ¡Voilâ! Cómo por arte de magia nuestro color de piel sube un par de tonos.
Pero, ¿a qué se debe este fenómeno tan desconcertante y al mismo tiempo placentero? El Dr. Antonio Clemente Ruiz de Almirón, miembro de la Academia Española de Dermatología y Venereología, y dermatólogo de la Clínica Clemente, nos responde: «En principio eso carece de ninguna base científica, y como mucho puede ser la percepción de algunas personas que, al ver la piel más limpia y brillante, puede que vean el bronceado resaltado«.
¡Nuestro gozo en un pozo! Al parecer eso sólo una ilusión óptica ya que, obviamente, la ducha no tiene ningún efecto real sobre el bronceado. Y ejemplifica: «Ocurriría algo parecido después de ponernos crema hidratante. Pero en ambos casos es simplemente un efecto óptico».
Así, después de esta explicación, te damos una serie de consejos para ponerte moreno rápido y sin correr riesgos y conseguir una piel, ahora sí, bronceada:
Exfoliar la piel
Un par de días antes o, como mínimo un día antes de tomar el sol, exfolia tu piel para eliminar las pieles muertas. De esta forma, evitarás que después de ducharte se desprendan tejidos muertos de tu cuerpo perdiendo el moreno.
Beber mucha agua
Hidratar desde dentro nuestra piel es esencial para mejorar su elasticidad y evitar las manchas y la piel tirante y seca. Así conseguirás prolongar el bronceado. Las frutas que contienen mucha agua, como la sandía, la fresa o el pomelo, ayudan al proceso.
Hidratar la piel
Igual de importante es hidratar la piel desde fuera que desde dentro. La piel tiene memoria y las quemaduras solares pueden causar daños para toda la vida. Por ello es muy importante y fundamental usar protección solar. Es falsa la creencia de que su uso no permite coger color, ya que lo que se consigue es un bronceado más gradual y sano para la piel.
Además, es aconsejable que después de ducharnos nos hidratemos con aftersun, esto hará que nos dure más el moreno.
Bien de vitamina C y E
La vitamina C es esencial para acelerar el bronceado ya que nos ayuda a mantener una piel sana y cuidada. Una piel con mucho colágeno es más elástica.