¿Por qué los gatos egipcios no tienen pelo?
El gato egipcio, esfinge o Sphynx no deja indiferente a nadie. Con su pinta de alienígena esta raza produce fascinación y curiosidad.
Esbeltos, estirados, exóticos, bellos, raros… El gato egipcio, esfinge o Sphynx no deja indiferente a nadie. Con su pinta de alienígena, hay quien dice que sirvieron de inspiración a Steven Spielberg para sus famosas películas de extraterrestres, esta raza gatuna, que se caracteriza por la aparente ausencia de pelo (lo cierto es que están recubiertos de un vello muy fino y corto), produce fascinación y curiosidad.
Debido al desconocimiento generalizado que existe sobre su origen, los gatos egipcios han estado rodeado de prejuicios desde su aparición. Sin embargo, contra toda teoría de mutaciones de laboratorio, la realidad es que el gato Sphynx apareció de forma natural como causa de una mutación genética espontánea de tipo recesivo. Todo ocurrió en la década de los 60 en Canadá, cuando una gata de pelo corto dio a luz a un gatito sin pelo, al parecer tras un apareamiento con un Devon Rex, un felino de pelo corto y terso. Esta circunstancia, que se repitió en varias ocasiones, hizo que varios criadores en Canadá se propusieran mantener este tipo de raza conformando la primera casta de gato sin pelo que se conoce. De esta forma, todas las líneas de sangre de Sphynx, tanto las americanas como las europeas, descienden a partir de dos familias de mutaciones naturales.
¿Por qué son conocidos como gatos egipcios si proceden de Canadá?
A pesar de proceder de Canadá, popularmente son conocidos como gatos egipcios. En su cabeza de aspecto triangular de contornos redondeados, en sus ojos grandes con forma de limón y en su cuerpo esbelto y estirado estaría la explicación, ya que su complexión recordaría a la de una esfinge egipcia.
Con un peso que oscila entre los 3-5 kilos, abdomen redondeado y apariencia musculosa, estos felinos son animales muy cariñosos y, al tener mucha energía y una complexión fuerte, la mayor parte del día están en movimiento. Además, son sumamente dóciles y más dependientes que otras razas de gatos, muy caseros, astutos y curiosos.
Otras curiosidades…
Así, con un promedio de vida de entre 10 y 20 años, aunque su salud general suele ser buena, requieren ciertos cuidados fundamentales tales como: vivir en ambientes interiores, evitar que pasen muchas horas expuestos al sol ya que son más vulnerables a las quemaduras debido a la carencia de pelo, necesitan más alimentos que otras razas de gatos debido a que su metabolismo es más rápido o cuidados especiales en sus ojos ya que la ausencia de pestañas hacen que sus ojos sean más susceptibles a que las partículas y la suciedad entren en ellos.