Guía para elegir tu vestido de flamenca con Violeta Monís, de Flam&Co

En El Puerto de Santa María está Flam&Co, una tienda de moda flamenca. Cuando se acerca la temporada de ferias, aquí acuden cada vez más andaluzas y visitantes a encargar su vestido de flamenca.

Flam&Co es el proyecto que empezó Violeta Monís en 2013 con un pequeño taller de vestidos por encargo. Monís es una diseñadora hija de un logroñés y una jerezana que se fueron a Australia a hacer el hippy y a tocar los bongos bajo el nombre El Dúo Caribeño. Allí nació hace 36 años Violeta. Con el tiempo, el dúo volvió a Andalucía convertido en un matrimonio con tres niñas. Violeta heredó esa parte creativa de sus padres y estudió interiorismo, donde conoció a Conchi Rodríguez, —quien hoy es su socia—, y más tarde se formó en patronaje industrial, con lo que comenzó a hacer vestidos flamencos de alta costura en un taller recóndito. Este pequeño negocio fue creciendo gracias al boca a boca de las clientas satisfechas y evolucionó en 2017 en la tienda flamenca que hoy conocemos.

Para quienes no están habituadas a este mundo, comprarse un traje es enfrentarse a un montón de dudas, modelos, precios, estilos y modas. Por eso le hemos pedido a Violeta Monís que nos diga cómo elegir un vestido de flamenca.

Lo que debes saber sobre la moda flamenca

La moda flamenca es un folclore vivo y eso se nota en que cada año se renueva. Los diseños cambian eso permite que la diseñadora o diseñador imprima su personalidad y también que se refleje el contexto social y cultural del momento. Aunque creas que los vestidos de flamenca son todos iguales, una vez te metes a investigar descubres que no es así. En el caso de Violeta Monís podemos observar que su gusto por el patchwork y los mosaicos hechos con trencadís (herencia de su formación como interiorista) aparecen reflejados en los collages de tejidos en sus colecciones.

Aún así, como ocurre con todas las diseñadoras y diseñadores de flamenco, cada año la temática varía. Hace algunas colecciones Monís se inspiró en las tribus africanas. El año pasado su colección versó sobre Marruecos, y sus vestidos lucieron tejidos y estampados de este país. Y este año su colección Clavelas Flamencas rememora los vestidos de las romerías con las faldas abotonadas, colores tierra y líneas más anchas. El nombre de esta última colección, fue idea de Conchi, “mis abuelos eran conocidos en Jerez como ‘Los Claveles’ porque los dos eran muy guapos. Es un homenaje a ellos y a la belleza de una mujer vestida de flamenca”.

Un vestido cada año (o no)

Una asidua de manual a la feria se compra cada año un vestido. Para este tipo de clienta ir ahorrando cada mes un poquito y elegir su vestido es un ritual. “Hay quien incluso se compra dos o más diseños, depende del presupuesto y la cantidad de compromisos que tengan”, dice Monís. Si es tu primer vestido, o quieres alguno que utilizarás en varias ocasiones, lo recomendable es decantarse por líneas clásicas.

Un vestido exclusivo (o no)

Hay quienes eligen un vestido para salir del paso (tienen menos presupuesto, no se ven con este tipo de atuendo, o para ellas la feria es un evento de puro compromiso). En este caso, recurren a trajes de confección industrial. Este tipo de trajes tienen diseños sencillos, tejidos más baratos y, lo más importante a tener en cuenta, hay varios vestidos de cada modelo y talla. Quienes eligen esta opción deben contar con la posibilidad de coincidir con otras mujeres vestidas igual que ellas.

Pero lo propio de quien se toma esto de vestirse de flamenca muy en serio es optar por vestidos únicos: “Quien recurre a este tipo de vestido y viene aquí sabe que no hay dos iguales en la tienda ni reproduzco ningún modelo que me traigan de fuera. Yo apuesto por la exclusividad y eso tiene un coste”, dice Violeta.

Presupuesto

Concretamente, el coste de los de Violeta Monís es de 450 euros en adelante, dependiendo de la calidad de las telas que se elija, la técnica que lleve y lo laborioso que sea. Algunos vestidos pueden superan los 700 euros.

Exclusivo pero económico: para quienes quieren lucir diseños únicos, pero disponen de menos presupuesto, hay soluciones como comprarlos de otras temporadas o aprovechar algunas promociones puntuales que se hacen durante el año dependiendo de cada casa. 

Visita al taller (colores, tejidos, diseños, inspiración)

Bien, ya has decidido que este año tiras la casa por la ventana, así que te vas a hacer un vestidazo exclusivo para ti. ¿Qué te vas a encontrar cuando visitas el taller? Violeta Monís dice que lo primero que ella pregunta es qué tipo de colores suele llevar y con cuáles se siente a gusto. También cómo se plantea la adquisición de ese vestido, es decir, si lo ve como un auto regalo o si lo quiere para salir del paso. Después pregunta qué presupuesto tienen y a partir de ahí comienzan a ver tejidos, técnicas y diferentes modelos con distintas elaboraciones que se ajusten a lo que la clienta necesita.

Comienzan a diseñar su vestido enseñándole los modelos que tiene hechos y fotos de otras temporadas para que se familiarice con el estilo de sus colecciones. Después, le enseña fotos y revistas para que vea otros diseñadores “solo para que ella sepa pedirme cosas concretas y yo ver el estilo con el que se identifica”.

El clima

La fecha en la que cae la feria cada año se tiene muy en cuenta a la hora de plantearse las colecciones. En los años en los que cae más temprano, los vestidos tienen tejidos más densos, colores más oscuros, escotes más cerrados y se tiende a poner algo de manga. Este año las ferias vienen muy tarde, así que hay que tenerlo en cuenta debido a que la propia climatología del sur ya es de por sí calurosa. En el caso de Flam&Co los tejidos este año son muy ligeros y la línea es más ancha, con esto consiguen que la tela se pegue menos y el traje se haga más fresco.

¿Feria de noche o de día?

Dile a tu diseñadora cómo vives la feria y te dirá qué vestido necesitas. Esto es algo que Monís pregunta para dar en el clavo. “Viene bien saber si lo quiere más para eventos de día o de noche, si va a estar prácticamente todo el tiempo en una caseta o si le gusta moverse y caminar por la feria. Si baila o si prefiere estar sentada tomando algo”.

Plazo de entrega

Ir con tiempo a encargar tu vestido tiene premio: podrás elegir entre más modelos, pedirle a tu diseñadora cosas más laboriosas y tendrás un trato más personalizado.

De media, un vestido de complicación estándar tarda aproximadamente un mes en entregarse desde que se hace la primera visita al taller hasta que la clienta lo recoge. Si el encargo se hace con tiempo suficiente, el vestido puede estar listo en quince días ya que hay menos pedidos. Si vas el mes antes de la temporada de ferias, el volumen de trabajo es mayor y seguramente tengas que simplificar.

“Ha habido ferias de tantísimos encargos que llegué a estar 24 horas cosiendo sin descanso. No tuve tiempo para hacerme mi propio vestido y tuve que repetir. Yo, que debería predicar con el ejemplo e ir cada día con un modelo distinto”, dice Violeta riéndose.

Los complementos

“Los pendientes de flamenca tienen que ser grandes, exagerados diría yo”, lo dice Conchi Rodríguez quien se encarga de diseñar los complementos que ponen la guinda a los vestidos de Violeta. El problema de los pendientes grandes, a parte de que te sean molestos para moverte, es que pesen. Por eso es importante elegir el material del que están hechos. “La filigrana es muy bonita, pero pesa mucho y muchas mujeres la rechazan porque no aguantan ese peso en la oreja. Por eso este año he utilizado pasamanería y tela”.

Y en el pelo, más flores. Hasta los tocados varían cada año en la moda flamenca. “El año pasado se llevó muchísimo la disposición de flores en la cabeza a lo Frida Kahlo. Este año vienen las formas que recuerdan a los dioses hindúes. Como es una composición complicada de hacer en casa, yo he hecho la propia tiara con las flores ya colocadas”, dice Conchi.

Se acabó la feria, ¿qué mantenimiento tiene un vestido de flamenca?

Lo normal es que después de la feria el vestido acabe en buen estado. El bajo es la parte que más se ensucia de albero y como mucho al vestido le habrá caído alguna mancha de bebida.

Monís recomienda lavarlo a mano con jabón natural o suave, tenderlo en una percha y dejarlo secar al aire. “Mucha gente los mete en la lavadora y los guarda en una bolsa de plástico en el altillo hasta el año que viene. Desaconsejo siempre la lavadora porque los volantes llevan una tanza, que es como un hilo de pesca, para que hagan la forma. Si metes el vestido en la lavadora, saltan las tanzas y el vestido se deforma”.

Si se ha ensuciado mucho porque ese año ha llovido o hay manchas imposibles de quitar a mano, antes de meterlo en la lavadora, es mejor llevarlo a la tintorería.

La plancha, según la diseñadora, es mejor evitarla. “Yo soy anti plancha, por eso uso tejidos que casi nunca la necesitan. Claro, a veces no hay más remedio, pero es mejor secarlo bien puesto y guardarlo bien que tenerlo que planchar”.

Y, si eres tan flamenca que tienes necesidad de volantes o lunares más allá de la feria, puedes ir calmando la morriña durante todo el año. Muchos diseñadores y diseñadoras han adaptado su estilo a vestidos de fiesta, fondos de armario o complementos de diario. Éste es también el caso de Violeta y Conchi, porque no sólo de feria viven estas dos mujeres.

Foto de portada: Colección 2018 de Flam&Co.