¿Cómo actuar frente a la difusión de un vídeo comprometido?
El caso Iveco reabre el debate sobre la protección de datos y la privacidad en redes sociales
Verónica, una joven de 32 años, se suicidaba el pasado 25 de mayo tras la difusión de un vídeo sexual que protagonizó hace seis años y que envió a su pareja de aquel momento. La grabación fue circulando entre sus compañeros de trabajo que lo reenviaron a través de Whatsapp. La Policía calcula que el 80% de los 2.500 empleados de Iveco en el centro de San Fernando de Henares lo vieron.
La muerte de la joven ha reabierto el debate sobre la protección de datos, la privacidad en redes sociales y las denominadas pornovenganzas, es decir, la práctica en la que una expareja difunde material sexual intercambiado durante la relación.
Expertos como Borja Adsuara, abogado y experto en derecho digital, han reflexionado sobre cómo «se puede arruinar la vida a alguien» solo apretando una tecla.
¿Qué hacer si recibes un vídeo comprometido?
«Lo primero, hablar seriamente con la persona que lo envía, preguntarle a cuánta gente lo ha mandado e instar a borrarlo advirtiéndole de las graves consecuencias que va a tener para él todo ello. Tiene que ser consciente que se puede arruinar su vida», explica Adsuara a la agencia Efe.
Las consecuencias mencionadas por el abogado también se extienden al ámbito penal. En España se considera delito la difusión de imágenes, ya sea en un lugar público o privado, sin el consentimiento de la persona, es decir, ver un vídeo no es delito pero reenviarlo sí.
La normativa relacionada con la difusión de vídeos sexuales se endureció a raíz del caso de Olvido Hormigos en 2015. El Código Penal cambió y a partir de entonces establece una pena de prisión de tres meses a un año al que «sin autorización de la persona, difunda, revele o ceda a terceros imágenes o grabaciones audiovisuales de aquella que hubiera obtenido (…) o en otro lugar fuera del alcance de terceros, cuando la divulgación menoscabe la intimidad de la persona».
Es por ello que Adsuara advierte que otro paso fundamental, además de avisar a la víctima, es denunciar. «Tienes la obligación de poner en conocimiento de la Policía los delitos y esto lo es, si no eres encubridor», asegura el abogado.
Sobre la responsabilidad de las personas que difunden el vídeo, Adsuara considera que no hay el mismo nivel entre el primero que lo envía y los sucesivos que lo reenvían, ya que hay que tener en cuenta la intención. En el caso de Verónica, el primero lo hizo para arruinarle la vida a la joven y los siguientes solo «por morbo y cotilleo».
¿Qué hacer si difunden nuestra imagen?
Adsuara aclara que aunque una persona te haga una foto y sea la dueña de la cámara o del móvil e incluso tenga la propiedad intelectual de la imagen «no puede hacer lo que quiera con la foto» ya que existe el derecho de imagen, por el que debe contar con consentimiento previo.
Ya sea una imagen comprometida o no, lo primero es denunciar. En este sentido, el experto recuerda el caso de chicas anónimas que han sido fotografiadas en top-less en la playa y lo han puesto en manos de la justicia.
Además de la denuncia ante la Policía también se puede recurrir al derecho al olvido. Cualquier usuario de Internet o redes sociales puede pedir a las compañías que retiren cualquier dato que no deseen que sea público y esto incluye las grabaciones comprometidas.
Caso Iveco
En el caso de la difusión del vídeo sexual de Verónica entre los trabajadores de Iveco, la sociedad y la acción de la justicia, según Adsuara, deben demostrar que cometer un hecho similar tiene que tener consecuencias.
Cada compañía tiene su propio régimen disciplinario y aunque en Iveco no se especifique qué hacer por el envío de vídeos, expresa el abogado, se trata de una «infracción muy grave» contra el buen ambiente, la seguridad y la salud de la plantilla.
La difusión de contenidos sexuales sin consentimiento a través de Internet, como la que sufrió Verónica, supone una violación de derechos humanos como la dignidad y el honor, recuerda Adsuara. Aunque alguien envíe imágenes comprometidas, no se puede «hacer lo que te dé la gana con ese material».