Danae Mercer: «Cuando poso, soy yo, y cuando enseño mi celulitis, también soy yo»
La periodista e ‘influencer’ trata de mostrar el esfuerzo que hay detrás de algunas fotos de Instagram y busca normalizar aspectos del cuerpo de las mujeres como la celulitis
Las redes sociales, Instagram en particular, han cambiado la forma en la que hacemos cosas tan sencillas como sentarnos en la playa. O al menos, hacemos creer a los demás que han cambiado, porque cuesta creer que alguien de verdad se sienta en la arena sobre las rodillas, con el culo echado para atrás, la barriga hacia dentro y el pecho hacia delante en un ejercicio de equilibrio que casi corta la respiración. Y esto es precisamente lo que quiere mostrar en su cuenta de Instagram la influencer y periodista especializada en salud y viajes Danae Mercer.
Tras superar un trastorno alimentario, quiere utilizar las redes sociales para fomentar el amor propio y, para ello, muestra a las mujeres los trucos que utilizan modelos e influencers para que las fotos parezcan perfectas. Su objetivo es demostrar que la celulitis existe, que no todas las mujeres tienen el vientre plano ni los glúteos tonificados y que lo que se ve en Instagram o en las revistas a menudo no es real. Que las hay con esos cuerpos, claro que sí, pero que también es cuestión de ángulos y poses.
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«No estoy en contra de las poses. Simplemente estoy a favor de bajar el telón para que entendamos mejor lo que pasa detrás», explica la influencer a The Objective, que asegura que no se esperaba el éxito y la acogida que ha tenido (supera el millón y medio de seguidores en Instagram).
«Honestamente, estoy muy agradecida de que haya una comunidad tan increíble de mujeres que han pasado por los mismos desafíos», dice Mercer, que superó un trastorno alimentario y que dice haber «tenido mucho conflicto con su imagen a lo largo de la vida». Por eso, «combinado con la desconexión que estaba viendo entre lo que pasa detrás de los focos para una foto y el poco esfuerzo que parece que hay en la fotografía», decidió lanzarse a una de las plataformas que más ha contribuido a crear inseguridades por la imagen a conseguir precisamente lo contrario.
Uno de los temas que más trata en sus publicaciones es la celulitis. «Creo que es porque es algo tan común, más del 80% de las mujeres lo tienen, pero está muy estigmatizado», critica, una situación que considera «muy ridícula». «Además, yo tengo (celulitis) y es algo que estoy constantemente aprendiendo a amar», reconoce, y explica que gran parte de su contenido «está conectado con temas con los que tiene dificultades o sobre los que piensa y reflexiona».
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Con sus vídeos, en los que explica cómo posar para esconder la celulitis, aparentar menos barriga o unos glúteos más definidos, Mercer no quiere decir que posar sea bueno o malo. «Estaría genial que nos mostráramos como somos, creo que hay un gran empoderamiento en eso. Pero no creo que esconder algunas partes de tu cuerpo que no te gustan signifique que no estás haciendo eso. Cuando poso, soy yo, cuando muestro mi celulitis, soy yo, las dos soy yo y ninguna es ni buena ni mala. Simplemente, soy yo», argumenta.
«Creo que cada persona tiene su propio viaje con esto. A mí personalmente me gustaría más ver un balance entre las dos cosas, que es de lo que no tenemos mucho ahora mismo», añade.
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Sobre la responsabilidad de las figuras públicas de hablar de estos temas, Mercer dice que «sería genial que más modelos e influencers se sintieran cómodas hablando de estas cosas, pero quizá no se encuentran en ese momento ellas mismas». «Si una modelo está todavía aprendiendo a querer la forma de sus caderas o las estrías en su barriga y todavía no está lista para compartir su historia, es injusto poner presión sobre ellas, especialmente porque internet puede ser un sitio muy duro y tienes que ser mentalmente fuerte para lidiar con la negatividad de algunas personas».
Así, aunque no cree que se pueda pedir esa responsabilidad a modelos e influencers, sí cree que «sería increíble si viéramos más normalización y más ángulos y un despliegue de cuerpos diferentes, y que empezáramos a quitar el estigma a estas cosas».
Además, considera que «normalizar las conversaciones sobre salud mental es importante, sin importar de dónde vengan», porque «gran parte de los trastornos alimentarios está conectada con la vergüenza, el secretismo y el aislamiento».
Con su plataforma, Mercer quiere «quitar algunas de esas sombras y oscuridad y mostrar a las mujeres y niñas que la salud mental es realmente importante», mujeres y niñas a las que desde pequeñas les han «alimentado la vergüenza», con «industrias enteras que prosperan con la inseguridad y la vergüenza de las mujeres». «Estos mensajes se vuelven internos y es muy difícil desconectar de ellos».