Cómo elegimos de quién nos enamoramos
El psicólogo Esteban Cañamares, experto en temas de pareja, nos explica qué es lo que nos atrae inconscientemente de una persona
Seguro que alguna vez te has preguntado por qué te has fijado en una persona y no en otra. Pues bien, hay una explicación sobre lo que buscamos inconscientemente para enamorarnos (y unos trucos para no fijarte en los mismos patrones de personalidad que te han llevado a relaciones fracasadas).
Desde The Objective hemos conversado con Esteban Cañamares Medrano, psicólogo clínico y sexólogo, especialista en temas de pareja, para conocer por qué elegimos a nuestra pareja frente a otras personas, de la mano de un experto.
«La elección de pareja es inconsciente», afirma el psicólogo. De acuerdo con Cañamares, «buscamos que nos complementen y que nos den estabilidad, por eso vamos a eliminar de nuestro radar a cualquier persona que nos haga sentir mal con nosotros mismos». Por el contrario, pondremos en el radar a quienes contribuyan a que «estemos más estables, generen más confianza en nosotros mismos o, incluso, que nos aporten cualidades que valoramos, pero que no tenemos», añade.
Según Cañamares, huimos de personas que nos hacen sentir incómodas con nosotros mismos. Siguiendo esta teoría, alguien que no tiene la capacidad de interpretar lo abstracto es muy probable que no tenga interés por una persona que comente continuamente cosas abstractas que no logra comprender, por ejemplo. Lo mismo sucede en el aspecto sexual: es fundamental que cada uno sienta que puede desarrollar su forma de vivir la sexualidad con satisfacción. «No todas las personas nos valen para eso», sentencia.
Aunque el psicólogo defiende que se escoge pareja de forma inconsciente, afirma que las relaciones se miden por el cálculo de los costes y los beneficios que conllevan. «Si me va a aportar poco y me supone mucho esfuerzo adaptarme a esa persona, la voy a rechazar», reitera. Para que la relación cuaje, la balanza tendrá que ser positiva, aunque «si estás en un momento más desesperado vas a tender a conformarte con menos beneficio, pero siempre tiene que haber alguno».
Todos tenemos aspectos que preferimos mantener ocultos. Cañamares asegura que «si la otra persona toca esos temas vamos a apartarnos». Hay quienes prefieren no indagar en cómo ha sido el pasado y no soportan a una persona que esté todo el día haciendo preguntas sobre su historia.
Circunstancias sociales
Para el experto, «tiene que haber una cierta igualdad en cuanto a nivel social, económico, cultural y de atractivo físico». Cañamares defiende que esto ocurre porque «nunca nos acercamos a una persona que esté muy ‘por encima’ de nosotros porque asumimos que nos va a rechazar y no nos acercamos a una persona que esté muy ‘por debajo’ de nosotros porque no nos queremos conformar con menos».
«Lo que más une a dos personas es que, en líneas generales, tengan la misma angustia pero otra forma de hacerle frente», sostiene Cañamares. Un ejemplo sería que dos personas han perdido a sus padres muy jóvenes, por las circunstancias que sean. Una de ellas es muy abierta para asegurarse el cariño que le ha faltado, mientras que la otra decide enfocarse en sus negocios para atraer a la gente mediante su éxito. Eso les uniría mucho, porque «comparten el mismo trauma de vida, pero formas distintas y complementarias de abordarlo».
La repetición de esquemas
El psicólogo afirma que se suele dar una «repetición de esquemas» a la hora de escoger pareja. Esto ocurre porque «somos bastante inconscientes de estos mecanismos: sin darnos cuenta, repetimos en cada relación los mismos errores fundamentales», explica. Por eso, aunque de forma consciente busquemos algo totalmente diferente a lo que hemos experimentado con una pareja anterior, tendemos a elegir patrones de personalidad que nos han llevado al fracaso.
Para evitar esto, el psicólogo recomienda dedicar un tiempo a reflexionar sobre qué es lo que ha sucedido cuando una relación no ha prosperado. Algunas preguntas que podemos hacernos son: «¿Por qué elegí a esa persona? ¿Cómo me he sentido? ¿Por qué ha fracasado?»
Prototipos
El aspecto físico de la persona que buscamos «tiene que ver con el que ha sido común en nuestro entorno infantil y con nuestras primeras experiencias». Cañamares defiende que en ocasiones también buscamos la manera de ser de un familiar cercano si ha sido muy satisfactoria o, incluso, si esa figura nos ha producido una gran insatisfacción. En el último caso, queremos a alguien parecido para ver si esta vez sale bien. Un caso sería que el padre sea muy cariñoso y se busque a una persona tan mimosa o, por el contrario, que el progenitor fuera muy desapegado y se pretenda establecer una relación con alguien que no sea afectuoso con el deseo de que, ahora sí, funcione la relación afectiva.
Por otra parte, es frecuente que no se cumpla el prototipo que buscamos con las relaciones que acabamos teniendo. Pongamos el caso de que a alguien le atraen las personas de ojos azules, pero solo ha salido con quienes tienen los ojos marrones. «Todos tenemos un modelo de persona que perseguimos, pero puede pasar que nos conformemos con otra cosa», aclara el psicólogo. En este sentido, Cañamares explica que en los vínculos amorosos se dan un popurrí de circunstancias por las que no todo es universal. Quizá en una persona nos seduzcan más las cualidades temperamentales que las físicas, o viceversa.
¿Los polos opuestos se atraen?
«Buscamos una mezcla de parecidos y de diferencias», según Cañamares, que argumenta que «si yo soy muy desorganizado pero valoro mucho la organización, voy a buscar a una persona distinta a mí». Sin embargo, hay otras circunstancias que valoramos que sean iguales en las personas con las que queremos mantener una relación. Alguien que da mucha importancia a sus ideas políticas, encajará mejor con quien esté mínimamente de acuerdo con ellas.
En estos tiempos de crushes, hay que aclarar que el amor no correspondido «tiene fecha de caducidad», según Cañamares. El psicólogo afirma que en estos casos «lo mejor es admitir la realidad y seguir nuestro camino».