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Madrid

ColorsXGood: Pulseras que ayudan a aliviar las crisis humanitarias

ColorsXGood no es simplemente una marca de pulseras con colores de banderas, “es un movimiento que busca ayudar a comunidades necesitadas”, afirman los que forman parte de la iniciativa. Gracias a decenas de fotos shootings en distintos lugares del mundo, la campaña se ha vuelto cada vez más conocida y pretende ampliar sus fronteras.

ColorsXGood: Pulseras que ayudan a aliviar las crisis humanitarias

ColorsXGood no es simplemente una marca de pulseras de colores, “es un movimiento que busca ayudar a comunidades necesitadas”, afirman los que forman parte de la iniciativa. Gracias a decenas de fotos shootings en distintos lugares del mundo, la campaña se ha vuelto cada vez más conocida y pretende ampliar sus fronteras.

En Madrid, se hicieron dos sesiones en la pastelería Mamá Framboise. Allí, decenas de venezolanos que han dejado atrás sus hogares, se han acercado a participar en la campaña #ColorsXvenezuela que recauda fondos para «iniciativas de impacto positivo» que ayudan a paliar la crisis humanitaria que atraviesa el país sudamericano.

Que te hagas una foto con las tres pulseras (de los colores de la bandera) es lo único que te piden. Luego, puedes publicar esa imagen con el hashtag #ColorsXvenezuela en tus redes sociales para viralizar la campaña y así invitar a tus seguidores a que las compren a través de la web por 20 dólares. El 100% de las ganancias va dirigido a organizaciones sociales.

Astrid Pedregal, una de sus fundadoras, sostiene que el equipo ha logrado unir a mucha gente y de ese modo se ha creado “un movimiento que se traduce en miles de personas ayudando a otras”.

Personalidades de Venezuela han sido protagonistas. Han prestado su imagen para compartir sus retratos con el amarillo, azul y rojo en la muñeca. Ahora ColorsXGood busca ampliar sus fronteras y ayudar a otros países como México. La nueva campaña #ColorsXMéxico recauda fondos para los afectados por los terremotos que dejaron más de 400 muertos en el país centroamericano.

Astrid y su hermana Alexandra fundaron la marca de bañadores Crasqi para hombres en 2012, de donde luego surgieron las pulseras. En principio, eran “un subproducto” ya que las daban como regalos en los Fashion Shows pero con el tiempo, tomaron su “propia onda” y crearon la nueva marca: ColorsXGood, cuenta Astrid. Ahora son un movimiento por el que trabajan emprendedores de distintos países como Colombia y Brasil.

Hay muchas maneras de ayudar a un país en crisis: donando a sus fundaciones, generando conciencia afuera de lo que está pasando adentro, brindándole apoyo a causas con horas y trabajo, haciendo relevo con el que está agotado, las posibilidades son infinitas y se adaptan a las posibilidades de cada quien.⠀ ⠀ Nosotros adaptamos nuestra plataforma para ayudar a la crisis venezolana y a los afectados por los terremotos de México, puedes comprar pulseras de #ColorsxVenezuela y #ColorsxMexico para apoyar cualquiera de estas causas y 100% de las ganancias irán para ellos: ColorsxGood.com⠀ ⠀ Gracias a todos los que posaron para esta campaña de #ColorsxVenezuela, y gracias @KataBoos por estas imágenes tan bellas, su apoyo nos llena de fuerza y esperanza.

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“Hace año y medio, decidimos ir a México por varias razones, entre ellas, buscar tener un impacto positivo a través de nuestro trabajo en sus comunidades. Vimos una oportunidad de entrar al pueblo El Cuyo en Yucatán donde residen dos mil habitantes y cuya única industria es la pesca”, explica Astrid.

Cuenta que las mujeres allí no tienen empleos, de modo que se dedican únicamente a labores del hogar, por lo que ColorsXGood se convirtió en una fuente de ingreso para unas 10 mexicanas que hacen las pulseras.

Pedregal añade que, poco a poco, muchas residentes se fueron acercando para pedirles empleo. “No habían trabajado nunca, ni tenían habilidades artesanales”. Pero aún así, ColorsXGood apostó por ellas.

Hoy en día, el equipo que ensambla las pulseras está conformado por 10 mujeres, lo que representa el 10% de las familias de El Cuyo. Indirectamente, el emprendimiento ayuda a más de 50 personas allí, además de a las cientos de personas que reciben los beneficios de lo recaudado en la venta de las pulseras. “Muchas quieren trabajar con nosotros. Traen a la mamá, a la tía, a la prima. Queremos que el proyecto siga creciendo para impactar más. No se trata del producto, sino de lo que representa”, concluye Astrid.

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