Para Carmena y Gallardón el futuro de Madrid pasa por mejorar el transporte público y reducir el uso del coche
En el marco de la XVI Semana de la Arquitectura, los ex alcaldes de Madrid Manuela Carmena y Alberto Ruiz-Gallardón debatieron sobre la ciudad que a cada uno le tocó gobernar, la necesidad de reducir el uso del coche y mejorar la red de transportes, y los retos del futuro
En el marco de la XVI Semana de la Arquitectura, los exalcaldes de Madrid Manuela Carmena y Alberto Ruiz-Gallardón debatieron sobre la ciudad que a cada uno le tocó gobernar, la necesidad de reducir el uso del coche y mejorar la red de transportes, y los retos del futuro.
Anoche el salón de actos del Colegio de Arquitectos de Madrid recibió con expectación a “los dos alcaldes más populares de Madrid”. En un encuentro moderado por la decana del COAM, Belén Hermida, Manuela Carmena conversó con Alberto Ruiz-Gallardón sobre la ciudad que ambos gobernaron: el primero durante tres legislaturas y con mayoría absoluta desde el Partido Popular en un momento de bonanza económica marcado por la construcción; la segunda, en un solo mandato y desde Ahora Madrid, sufriendo las consecuencias de la crisis y dejando inacabado su proyecto como lamentó en varias ocasiones. A pesar de sus diferencias, ambos estuvieron de acuerdo en la necesidad de Repensar Madrid, título del encuentro celebrado con motivo de la Semana de la Arquitectura, y restringir el uso del coche en el centro de la ciudad. En palabras de la ex alcaldesa: “Hay que acabar con un aire que envenena”.
Ambos regidores comenzaron por explicar cómo entienden su posición al tiempo que reconocieron que una legislatura no es tiempo suficiente para acometer transformaciones sustanciales en una ciudad. “Un periodo de cuatro años no es nada”, afirmó Carmena. “A mí, la verdad, me hubiera encantado encontrar una manera de gestionar lo público que no fuera a través de la política, decir al PP o a Ciudadanos, ¿me dejáis acabar? Claro, esto es imposible”, añadió ante las risas del público.
“La ciudad no la hacemos los alcaldes. Que tú tengas la capacidad de establecer las políticas urbanísticas y el diseño de la ciudad no significa que tú la hagas, la ciudad se hace sola y la hacen los habitantes”, comentó Gallardón, para quien dos legislaturas es el tiempo mínimo para poder cambiar la ciudad. En su opinión, “la clave de la política es la transformación y Madrid necesitaba esa transformación como elemento de atracción de la iniciativa privada que vendría después” cuando él llegó a la alcaldía. “Las ciudades, cada cierto tiempo, necesitan un latigazo de reforma de sus infraestructuras para seguir siendo competitivas”, continuó diciendo. “Nosotros hicimos un estudio de las carencias fundamentales de Madrid y de cara a ese objetivo queríamos dejar la almendra central como un espacio no de tránsito, sino solamente de destino. Para hacerlo era fundamental dar una alternativa” señaló sobre las obras de la M-30, el proyecto del Madrid Río, las Áreas de Prioridad Residencial (APR) que puso en marcha y que, como subrayó Carmena, fueron el origen de Madrid Central, o las peatonalizaciones de las calles Fuencarral y Arenal.
“Cuando diseñábamos Madrid Central leíamos cosas que tú habías dicho para ver si tus compañeros del Partido Popular nos hacían caso, pero no hubo manera”, bromeó Carmena. Frente a los latigazos de Gallardón y sus titánicos proyectos, fruto de la bonanza económica que entonces vivía la ciudad y que el ex alcalde reconoció, Carmena comparó su labor con la de una directora de orquesta. “A mí me gusta decir que la manera en que yo trabajo la ciudad tenía tres pilares: la necesidad de que la ciudad sea solidaria, participativa y creativa”, señaló. “Desde el ayuntamiento tú diriges una orquesta, pero no compones esa orquesta: es la sociedad civil”, señaló la ex alcaldesa.
Hablando de la ciudad que Madrid debería ser en el futuro, Gallardón defendió “una movilidad blanda que no haga perder competitividad a la ciudad. Y eso requiere muchas infraestructuras y otro modelo de urbanismo que no puede ser del siglo XX. Hacen falta ciudades donde cada parte de la ciudad tenga todos los componentes, residencial, terciario, una industrial limpia y ocio. Pero eso choca con el concepto de propiedad de la vivienda”, afirmó Gallardón, que lamentó que cuando uno adquiere una vivienda “te casas con la casa”.
Los dos ex alcaldes coincidieron en las reticencias de los ciudadanos a los cambios. “Cuando tienes vocación de innovador, tienes que saber que cuando dices algo nuevo primero se recibe con indiferencia, luego viene la confrontación porque a los seres humanos nos cuesta salir de la rutina. Después empieza a venir la aceptación. Y luego la gente está tan contenta que se creen que lo han hecho ellos como dices tú”, dijo Carmena a Gallardón, que recordó las protestas de los comerciantes del centro, que vaticinaban pérdidas millonarias si se peatonalizaban sus calles, o la difícil convivencia con las obras. “Nosotros no hemos podido pasar de la etapa de confrontación”, lamentó Carmena.
Entre la etapa precrisis de Gallardón y las consecuencias de la crisis de Carmena, la ex alcaldesa aseguró que tuvo que dedicar gran parte de su mandato a recuperar una parte de la ciudad que había sido abandonada. “Tú no puedes permitir que una ciudad tenga rotos por los que desangra. La ocupación, las obras abandonadas, los edificios vandalizados que se producen porque en un momento determinado se ha dejado de hacer gestión. Hemos tenido que ir reparando todo tipo de heridas. Por eso siento mucho que no me puedan dar dos años más para acabar”, insistió.
Gallardón le dio en parte la razón diciendo: “Cuando hay dinero en vez de poner en valor el Madrid que hicieron otros parece que todos dicen, voy a hacer un Madrid nuevo. Somos una de las ciudades que tenemos más minusvalorado el centro. Hemos gastado poco en rehabilitación y entiendo lo que dices de encontrarte con espacios infrautilizados y deteriorados”.
En la parte final del debate, los dos ex alcaldes hablaron de corresponsabilizar a la ciudadanía en el respeto, la limpieza y el cuidado de la ciudad; construir no solo zonas verdes, sino espacios agrícolas productivos; trabajar por una ciudad pensada para una población envejecida y luchar contra la soledad no deseada. En el turno de preguntas, el público expresó su malestar ante la deficiente gestión del transporte público en la Comunidad, y tanto Carmena como Gallardón reconocieron que la red todavía no es capaz de satisfacer la demanda para dejar de lado el coche privado. “Nueve minutos es un tiempo muy excesivo para que el transporte público sea atractivo”, concedió Gallardón. “Estoy de acuerdo en que el Metro está mucho peor. 14 minutos este verano. Y ahora van a cerrar la línea cuatro”, apuntó Carmena.
La sintonía entre los dos regidores y su capacidad para dialogar, discutir y encontrar puntos en común dentro de sus diferencias resultó admirable vista la confrontación política actual. En este sentido, Carmena concluyó: “la mentalidad de los regidores públicos tiene que responder al interés de todos y no a los intereses de los partidos”. Quedaron en el tintero cuestiones esenciales como el modelo de acceso a la vivienda o la desigualdad entre distritos. Quizá en otra ocasión.
Vídeo completo del Diálogo Repensar Madrid – Crisis: Modelos de ciudad.#semanaarquitectura2019https://t.co/CbVHKUcI6V
— COAM (@COAMadrid) October 3, 2019