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Medio Ambiente

La Humanidad y la Tierra están en peligro: hay que actuar, ¡ahora!

La sexta extinción masiva claramente la estamos provocando nosotros. Para 2090 podríamos alcanzar las temperaturas del Sáhara.

La Humanidad y la Tierra están en peligro: hay que actuar, ¡ahora!

Koro López de Uralde, miembro de Fridays for Future y prologuista del libro sobre la emergencia climática ¡Ahora!, charla con The Objective sobre la situación a la que nos enfrentamos, los desafíos inmediatos que debemos superar y la necesidad de exigir cambios a los gobiernos y las grandes empresas.

 

Hoy en día es innegable la emergencia climática. Según el último informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), solo contamos con 11 años para reducir en un 50% las emisiones de gases de efecto invernadero y limitar el aumento de las temperaturas a 1,5º C para evitar el colapso ambiental. De superarse este límite, el calor extremo, las lluvias torrenciales, las sequías y el nivel del mar aumentarán irremediablemente. En la Península Ibérica, el 75% del suelo es susceptible de sufrir desertificación y para 2090 podríamos alcanzar las temperaturas del Sáhara.

Mientras destruimos la naturaleza, nuestros sistemas democráticos están fallando y las desigualdades se han profundizado haciendo evidente cuál es la raíz del problema: un sistema extractivista y consumista que pone el beneficio económico por delante de la vida y defiende un crecimiento ilimitado en un planeta finito. Usar y tirar. Consumir y agotar los recursos, generando un basurero de residuos global. En consecuencia, la Humanidad y la Tierra están siendo sacrificadas para que un pequeño número de personas sigan acumulando grandes cantidades de dinero. Pero los más jóvenes han decidido decir basta.

Koro López de Uralde y Guillermo Chirino, miembros españoles del movimiento internacional Fridays For Future que lidera la joven activista sueca Greta Thunberg, firman el prólogo de ¡Ahora! (Espasa), un libro-manifiesto escrito por Aurélien Barrau con el que el astrofísico y filósofo francés alerta de la necesidad de comenzar a luchar ya contra el fin del mundo tal y como lo conocemos. Un grito que pretende concienciar a todos, pero, sobre todo, movilizar a la sociedad civil para que exija medidas, concretas y urgentes, a nuestros políticos.

La Humanidad y la Tierra están en peligro: hay que actuar, ¡Ahora!
Imagen vía Editorial Espasa.

“Las personas en su día a día pueden alterar sus comportamientos y consumir de manera más sostenible, pero el cambio necesario no es algo tan individual. Tienen que ser los gobiernos europeos los que empiecen a legislar porque al final la mayor parte de la polución mundial y la contaminación la provocan un puñado de empresas multinacionales que tienen un impacto global en todo el planeta”, cuenta López de Uralde, que en el libro afirma: solo 100 empresas privadas son responsables de más del 70% de las emisiones de gases de efecto invernadero. “El camino a seguir sería que desde las propias instituciones se tomen medidas y se ponga freno a esta destrucción del planeta, no poner el foco en el individuo, que al fin y al cabo tiene un impacto limitado”, añade la joven, de 23 años.

El movimiento internacional de jóvenes que quiere salvar nuestro futuro

Fridays for Future nació en agosto de 2018 cuando Thunberg, que entonces tenía 15 años, dejó de ir a clase los viernes para manifestarse delante del Parlamento sueco. En su opinión, ¿qué sentido seguir estudiando en el colegio cuando estamos ignorando el mensaje científico más claro e importante de la Historia y lastrando así cualquier posibilidad de futuro? El 15 de marzo de 2019 tuvo lugar la primera gran huelga de este movimiento y más de 1,7 millones de jóvenes de todo el mundo secundaron su mensaje saliendo a las calles.

“Lo que busca Fridays for Future es ser un altavoz de los científicos, llamar la atención sobre este tema porque realmente estamos viviendo una emergencia climática. Si se tratase como tal estaría todo el rato en la televisión y en los medios, y eso no pasa”, señala López de Uralde sobre una de sus principales demandas, que también incluyen el cumplimiento de los acuerdos de París y seguir las recomendaciones del IPCC. “Nuestra intención es alzar la voz, que haya realmente una consciencia generalizada y una intención de frenarlo. Y no son datos difíciles de entender, es que la información no está llegando y cuando llega es extremadamente catastrofista. Aún tenemos tiempo, pero nos queda muy poco”, afirma. Y para muestra, la ingente cantidad de datos que aporta Barrau en el libro.

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Foto: Inés Más de la Peña vía Editorial Espasa.

Es irrefutable que se está produciendo la sexta extinción masiva y que claramente la estamos causando nosotros. En los últimos 40 años más de 400 millones de pájaros europeos han desaparecido. En todo el mundo, alrededor de la mitad de la población de fauna salvaje ha muerto. La desaparición de especies se ha multiplicado por 100 desde el comienzo del siglo XX. La concentración de CO2 en el aire se ha acelerado. La contaminación mata cada año tres veces más seres humanos que el sida, concretamente seis millones de personas al año. Y en España, según el informe anual de calidad del aire realizado por la Agencia Europea de Medio Ambiente (AEMA), las muertes prematuras por la contaminación superaron las 36.000 personas en 2015. Gran parte de la Barrera de Coral está abocada a desaparecer. Cada año desaparecen 80.000 kilómetros cuadrados de bosque. Los incendios forestales se han multiplicado por 4,5 en las últimas décadas. Y se calcula que, de seguir así, habrá entre 200 y 500 millones de refugiados climáticos. ¿Pero qué podemos hacer?

Un compromiso individual y colectivo

Para empezar, reducir el consumo, tanto de manera personal como por mandato político. «Básicamente, llevar una bolsa de tela en vez de usar bolsas de plástico, no pedir pajitas, ir andando y, cuando no se pueda, en transporte público, cambiar las bombillas normales por LED, cambiar la energía de casa a una cooperativa de renovables y empezar a consumir más acorde con un sistema justo, es decir, local, ecológico y de cooperativas. Simplemente hay que tener un estilo de vida más simple y, cuando te das cuenta del impacto que tienes, no es un esfuerzo», explica López de Uralde.

En ¡Ahora! Barrau también insiste en reducir el consumo de carne, prohibir el uso de plásticos o apostar por las fuentes de energía no fósiles. Y todos defienden una transición justa que tenga en cuenta a los sectores de población más desfavorecidos o a quienes se puedan ver más afectados por la crisis climática. En palabras del investigador, un mundo donde unas pocas personas poseen más que la mitad de la población mundial, son los ricos quienes tienen los medios para financiar esa transición ecológica.

«Después hay que pasar a un nivel superior y presionar a los gobiernos y las empresas para que cambien su comportamiento. Y eso es muy fácil porque se han formado muchos movimientos como Fridays for Future, Extinction Rebellion o Greenpeace», señala López de Uralde. «Tenemos muchísimo poder porque tanto la democracia como en el capitalismo están basados en el ciudadano y el consumidor. Con los políticos se puede ejercer presión no solo al votar, sino hablando, haciendo campañas y saliendo a la calle como hemos hecho nosotros. Y nos están escuchando. Hemos rechazado reuniones con Pedro Sánchez en dos ocasiones porque quieren sentarse a hablar, pero ellos ya saben lo que pedimos y está muy claro”, añade.

Como López de Uralde concluye, nuestra generación será la última de la historia que tendrá en sus manos detener esta catástrofe heredada. Para evitar que nos pregunten por qué no hicimos nada cuando todavía estábamos a tiempo, es imprescindible actuar ahora.

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