Los altos impuestos del pecado
El índice ‘Estado Niñera’ o Nanny State se ha hecho público por segundo año consecutivo mostrando, una vez más, cuáles son aquellos países de la Unión Europea que más conjunto de políticas han impuesto sobre ciertos ‘vicios’ de la sociedad con el fin de modificar sus hábitos y mejorar los índices de salud de la población.
El índice ‘Estado Niñera’ o Nanny State se ha hecho público por segundo año consecutivo mostrando cuáles son aquellos países de la Unión Europea que más políticas han impuesto sobre ciertos ‘vicios’ de la sociedad con el fin de modificar sus hábitos y mejorar los índices de salud de la población. Llevado a cabo por Christopher Snowdon, jefe de Economía del Institute of Economic Affairs, Londres, analiza determinados parámetros establecidos a ciertos productos, como impuestos o restricciones de publicidad, para elaborar una tabla de clasificación de los peores lugares de la Unión Europea para comer, beber, fumar y practicar el vapeo.
Finlandia, Reino Unido e Irlanda son los países que mayor control ejercen sobre su población cuando de consumir este tipo de productos se trata, con 51.6, 37.4 y 36.5 puntos sobre 100, respectivamente. «Los tres países han sido objeto de una ola creciente de regulaciones de estilo de vida en los últimos años», se puede leer en el informe, que destaca la prohibición de fumar en lugares públicos en Reino Unido desde 2007, las leyes impuestas sobre los cigarrillos electrónicos en 2016 y las restricciones en estos países a la hora de publicitar comida ‘basura’. En el sentido inverso de la pirámide, Eslovaquia (16.2), Alemania (15.9) y República Checa (11.5) son los lugares que menos restricciones padecen.
Reino Unido e Irlanda y sus altos impuestos sobre el tabaco
La Islas Británicas han lanzado una ofensiva contra el tabaco. Ambos países han llevado a cabo una ola creciente de regulaciones de estilo de vida en los últimos años. Irlanda se convirtió en el primer país en prohibir el tabaco en 2004 y también fue el primer estado europeo en aprobar una legislación para el empaquetado genérico de los cigarrillos con paquetes de envase neutro, cuyo objetivo es reducir el atractivo del tabaco, y que saldrán a la venta en septiembre de 2017. Además, en enero de 2016 prohibió fumar en los coches en presencia de menores de 18 años.
En el caso de Reino Unido, que cuenta con los impuestos más altos sobre los cigarrillos, una cajetilla de tabaco cuesta de media unos 8,40 euros, situándose en el país menos libre para fumar, según el Índice Estado Niñera. Francia, Finlandia y Grecia completarían el top five del ranking de estados menos libres. En el caso del país de las auroras boreales, para 2030 quiere ser un estado ‘libre de tabaco’.
Por el contrario, la República Checa se sitúa en la última posición de la lista, siendo el impuesto sobre el tabaco el segundo más bajo de la Unión Europea. Sin embargo, quizá para el Índice Estado Niñera 2018, esta posición del país de centro Europa cambie ya que el 31 de mayo entrará en vigor una ley que prohibe fumar en bares, restaurantes y cafeterías.
El cigarrillo electrónico, condenado a muerte en Finlandia
Pese a ser para muchos la mejor alternativa para dejar de fumar, el cigarrillo electrónico, también conocido como vapeador, no es del gusto de las autoridades finlandesas que han establecido altos impuestos sobre este producto, encabezando la lista de países que menos libertades otorgan a sus ciudadanos a la hora de decantarse por este sustitutivo. En este sentido, por ejemplo, el país prohibe publicitar líquidos de vapeo y la venta de cigarrillos electrónicos por internet son completamente ilegales, además de estar prohibido donde esté vetado fumar, incluyendo algunas zonas al aire libre. Si viajas a Hungría, Grecia, España y Bélgica, vapear tampoco es la mejor opción. En España, por ejemplo, queda prohibido hacerlo en lugares públicos. En privados depende de la normativa del local.
Países Bajos, Reino Unido y Suecia son los lugares que más libertad dan a aquellos ciudadanos que se decanten por el cigarrillo electrónico.
España, uno de los mejores lugares para beber y comer
España es uno de los mejores países de Europa para «comer y beber», ocupando la posición número 28, la última del Índice Estado Niñera 2017. Los impuestos sobre la cerveza y las bebidas alcohólicas se encuentran entre los más bajos de la Unión Europea y la publicidad de alcohol es legal en todos los medios. En diciembre de 2016, el Gobierno anunció que iba a introducir un impuesto sobre los refrescos para ayudar a reducir el déficit nacional, sin embargo, más tarde esta propuesta quedó desestimada. Por el contrario, en Cataluña el pasado 1 de mayo entró en vigor un impuesto sobre las bebidas azucaradas con dos tipos de gravamen: de ocho céntimos por libro y de doce, según la cantidad de la bebida.
En la otra cara de la moneda está Hungría, que cuenta con el más amplio sistema de impuestos sobre los alimentos y bebidas no alcohólicas de Europa. En 2011 introdujo altos gravámenes a una gran cantidad de comestibles que tuviesen abundante cantidad de sal, azúcar o grasa, como dulces, patatas fritas o mermeladas. Además, hay límites legales en la proporción de grasas trans que los alimentos pueden contener y en la cantidad de sal que puede llevar el pan. Las bebidas azucaradas y la carne rica en grasas están prohibidas en los comedores públicos, y la sal y el azúcar no pueden exponerse en las mesas de los restaurantes.
¿Son eficientes los ‘impuestos niñera’?
Son muchas las voces que aseguran que los ‘estados niñera’ son en realidad estados paternalistas «peligrosos para el ciudadano» porque tratan de «forma infantil» a la sociedad, como un padre ante su hijo menor. Además, aseguran que restringen las libertades a fin de ahorrarles a los adultos los problemas derivados de tomar decisiones por sí mismos.
Por el contrario, los defensores sostienen que el Estado debe tener un rol de prevención en la salud de los individuos. Sin embargo, llegados a este punto, cabe preguntarse si son eficientes este tipo de impuestos. En este sentido, es pertinente analizar el caso de México, que en 2014 impuso un gravamen a las bebidas azucaradas. Si bien al principio dicho canon logró una reducción en las ventas, hoy el consumo de estas bebidas ha regresado a los mismos niveles de hace dos años, de forma que con este impuesto se está recaudando cerca de 2.000 millones de dólares para el fisco mexicano, convirtiéndose en una fuente importante de ingresos para el ‘Estado Niñera’.