Una mayor capacidad cognitiva y otras muchas ventajas de ser bilingüe
Ser bilingüe es algo que suele llamar la atención. Sobre el bilingüismo se han generado a lo largo de los años numerosos mitos y, sobre todo, dudas sobre los beneficios de enseñar varios idiomas a la vez a los niños. Un libro publicado recientemente desmiente varios de los mitos generados alrededor de las personas bilingües y asegura que los niños que hablan dos idiomas tienen una mejor capacidad cognitiva que el resto.
La capacidad de hablar dos o más idiomas con el mismo nivel de fluidez es algo que suele llamar la atención. Sobre el bilingüismo se han generado a lo largo de los años numerosos mitos y, sobre todo, dudas sobre los beneficios de enseñar varios idiomas a la vez a los niños. Un libro publicado recientemente desmiente varios de los mitos generados alrededor de las personas bilingües y asegura que los niños que hablan dos idiomas tienen una mejor capacidad cognitiva que el resto.
«Había una vez en que también creíamos que el mundo era plano», comenta el doctor Mariano Sigman, neuroinvestigador y autor de un nuevo libro sobre los misterios del cerebro, en una entrevista con el Foro Económico Mundial. Su libro, La vida secreta de la mente, echa por tierra este mito y explora, entre otras cosas, la capacidad cognitiva aumentada de los niños bilingües.
Sigman afirma que los bebés que crecen bilingües tienen funciones cerebrales superiores a las de los niños monolingües, porque tienen un mejor «control cognitivo». «El control cognitivo tiene muchos aspectos», explica. «Tales como la capacidad de prestar atención, de planificar y de cambiar fácilmente de una tarea a otra».
«Una de las cosas que más se han estudiado sobre el bilingüismo es la capacidad de cambiar de una tarea a otra de los niños bilingües, que supera consistentemente a la de los niños monolingües», dice. Lo mismo sucede con los adultos, y Sigman destaca este hecho en su libro mencionando varios experimentos, en los que se ha evaluado su actividad cerebral mientras realizaban un cambio de tarea.
En un estudio, los participantes debían mirar una secuencia de objetos parpadeando rápidamente en el centro de una pantalla. Después se les pedía que respondieran con un botón si el objeto era rojo, y con otro botón si era azul. Súbitamente, se les pidió a los participantes que olvidaran el color y respondieran usando los mismos botones, pero sobre la forma del objeto. «Las personas bilingües tendieron a cambiar entre las dos respuestas más rápido que las monolingües», dice Sigman.
Cuando se midió su actividad cerebral, se comprobó que estaban utilizando la red de lenguaje en el cerebro. En otras palabras, la habilidad de su cerebro para cambiar entre idiomas resultó útil para otros tipos de tareas.
El control cognitivo y el éxito
«Muchos estudios realizados en niños vulnerables muestran que la probabilidad de tener éxito en la sociedad desde una perspectiva económica está estrechamente relacionada con el control cognitivo», explica Sigman.
En muchos países, hay intervenciones gubernamentales que apuntan al control cognitivo, como la atención, la flexibilidad y la planificación. La capacidad de esperar algo con paciencia, sin precipitarse por alcanzar una satisfacción inmediata; controlar la propia mente.
«Las personas que tienen un buen control cognitivo tienen buen resultado en la escuela y, por lo general, encuentran mejores trabajos y son más saludables. Tienen mejor inserción social», añade.
Desmontando mitos
El hecho de que los niños puedan confundirse si aprenden dos idiomas a la vez no es el único mito, según Sigman.
«Otro mito sobre el bilingüismo es que diferentes personas deben ser consistentes y hablar un solo idioma; por ejemplo, una madre francesa solo debe hablar francés con su hijo; o el niño solo debería hablar español en la escuela e inglés en casa». Pero esto no es cierto. Los bebés tienen una gran habilidad para detectar las señales faciales que indican qué idioma está hablando una persona, lo que significa que los bebés desarrollan un gran talento que les permite entender el contexto.
Ventajas de ser bilingüe
Son varios los estudios que han discutido el caso del bilingüismo, sobre si, por ejemplo, ayuda a los niños a desarrollar mayor empatía, porque pueden ver las cosas desde una perspectiva diferente a la de ellos.
Por ejemplo, en un estudio, un adulto le pidió a un niño que le pasara un pequeño coche de juguete. Había tres coches de juguete, pequeños, medianos y grandes, pero el adulto solo podía ver los medianos y grandes. Los niños bilingües eran más propensos a elegir el coche de tamaño mediano, porque sabían que el adulto no podía ver el más pequeño. Este estudio demostró también que los niños no tenían que ser bilingües para desempeñarse mejor en la prueba: estar expuestos a otro idioma era suficiente.
La investigación sugiere además que ser capaz de hablar más de un idioma podría también retrasar la aparición de la enfermedad de Alzheimer.
Los niños bilingües incluso perciben el tiempo de manera diferente, y puede ayudarlos a que se acostumbren a la diversidad y a diferentes culturas.
Por todos estos motivos, Sigman concluye que «tal vez deberíamos promover el bilingüismo». «En medio de tantos métodos menos eficaces y más costosos de estimular el desarrollo cognitivo, esta es una manera mucho más sencilla, más hermosa y duradera de hacerlo», añade.
Sigman manifiesta también que hay que ser prudentes. «Hacer experimentos de bilingüismo no es fácil, ya que es difícil controlar otras variables, como las diferencias culturales», explica. «Si bien ser bilingüe parece ser una buena manera de mantener la mente sana, no significa que automáticamente no se sufrirá de demencia, o que se tendrá un buen control cognitivo. El bilingüismo es sin duda un factor que contribuye, pero es solo uno en medio de muchos otros factores».
En otras palabras, el cerebro es un órgano particularmente complejo y enigmático. «Y estamos muy lejos de entender el funcionamiento completo del cerebro», agrega. «Es como el universo: cuanto más aprendemos, más comprendemos que hay mucho más que aprender.»
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Artículo publicado originalmente en el World Economic Forum en español.