¿Por qué las mujeres del PP y de Cs no se suman a la huelga el 8M?
Este no es un 8 de marzo como otro cualquiera porque se celebra la primera huelga feminista de la historia. Este año, el Día Internacional de la Mujer se presenta muy distinto a los de años anteriores porque se produce en un contexto en el que las mujeres han dicho ‘¡Basta!’
Este no es un 8 de marzo como otro cualquiera porque se celebra la primera huelga feminista de la historia. Y, sin embargo, partidos como el PP y Ciudadanos no se suman a la convocatoria propuesta por la Comisión 8 de marzo, formada por más de 200 colectivos feministas y otras organizaciones sociales, con apoyo de los sindicatos CGT y CNT. Además, se han convocado dos paros, uno por la mañana y otro por la tarde. Tampoco a estos se suman los populares ni los representantes de la formación naranja.
El Día Internacional de la Mujer tiene en esta ocasión una connotación distinta a los anteriores porque se produce en un contexto en el que las mujeres han dicho ¡basta! a los abusos sexuales, a la desigualdad salarial, a la violencia, a la ausencia de mujeres en puestos de responsabilidad, a que la maternidad sea un freno en las carreras profesionales, y a tantas otras situaciones que sitúan a la mitad de la población del planeta un paso por detrás de un patriarcado que persiste en mayor o menor medida en la sociedad actual, por muchos avances que se hayan logrado en el último siglo y medio.
Movimientos como #MeToo o #Times Up iniciados al otro lado de Atlántico han prendido una mecha imparable ya, y el 8M es el día elegido por millones de mujeres en todo el mundo para demostrarlo. En España, a la convocatoria de huelga de 24 horas y a los paros de dos horas se han sumado numerosas asociaciones, grupos, partidos como Unidos Podemos – cuyas diputadas donarán su sueldo de ese día a los movimientos feministas – mientras que a los paros de dos horas, uno por la mañana y otro por la tarde, se han sumado las socialistas, incluida la presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, y las centrales sindicales mayoritarias, Comisiones Obras y UGT.
El argumentario de los populares
El 8 de marzo se plantea en el PP como un día de trabajo con actos concretos a favor de la igualdad entre hombres y mujeres en todos los ámbitos. Como es habitual cuando un tema acapara la atención de la sociedad, los partidos imparten un argumentario a sus miembros. Es decir, frases, consignas que repiten cuando se les pregunta. Se trata de no salirse del guión establecido. Y en un día como el 8M no podía faltar.
La primera que dejó claro el mensaje fue María Dolores de Cospedal. «Nosotros no estamos de acuerdo con esa huelga por muchos motivos; en primer lugar, porque una huelga, para defender la igualdad entre hombres y mujeres, deberíamos hacerla, si se hace, hombres y mujeres; esto de que la hagan sólo las mujeres no me parece un criterio igualitario», dijo la secretaria general del PP y ministra de Defensa en una entrevista concedida al programa de Carlos Alsina en Onda Cero diez días antes del 8M.
«Y en segundo lugar, porque tampoco todas las mujeres tienen la libertad de hacer huelga», añadió Cospedal refiriéndose a las que no tienen trabajo y a las que trabajan por su cuenta. «Una autónoma tampoco tendrá posibilidad de ir a la huelga».
«Puede ser un acontecimiento o un gesto, quizá de impacto», añadió la dirigente del PP, «pero no le veo la trascendencia o la relevancia para las mujeres, no así para posicionamientos ideológicos». El mensaje ya había sido lanzado.
Al día siguiente fue la ministra de Agricultura, Pesca y Alimentación, Isabel García Tejerina. «Si a mi me preguntan, diría que mi manera de celebrarlo, sería con una huelga a la japonesa, trabajando más horas y demostrando la capacidad que tenemos las mujeres de este país», dijo a los periodistas en el Congreso de los Diputados. La ministra se sumó a la iniciativa planteada previamente por la presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes, quien anunció a bombo y platillo que ella haría «huelga a la japonesa el 8 de marzo, Día de la Mujer, frente a las movilizaciones oportunistas de otros partidos».
Unas declaraciones que, con el paso de los días, fueron recibiendo tal cantidad de críticas generalizadas contra el PP, que el presidente Mariano Rajoy optó por desautorizar el martes: «No me reconozco en la afirmación de huelga a la japonesa que ha hecho algún miembro de mi partido», dijo en el Senado, dando así por zanjado el asunto, pero sin meterse más en el tema de la huelga.
Tras Cospedal y Tejerina, le tocó el turno a la ministra de Empleo y Seguridad Social, Fátima Báñez, quien aportó su particular visón sobre este día. «Para mí los 365 días del año son 8 de marzo», comenzó diciendo a los medios de comunicación durante una visita a Islantilla, en Huelva.
Está claro que el PP sigue pensando en la denominación que tenía antes el 8 de marzo, conocido como Día de la Mujer Trabajadora, y que se estableció en memoria a las 146 mujeres trabajadoras de la fábrica textil Cotton de Nueva York que murieron en 1908 en un incendio provocado por las bombas incendiarías que les lanzaron, después de negarse a abandonar el encierro que llevaron a cabo en protesta por los bajos salarios y las precarias condiciones de trabajo que sufrían.
«Trabajo cada día por la igualdad real entre hombres y mujeres», aseguró Báñez, para quien «la conmemoración mundial del 8 de marzo es un motivo más para comprometernos todos, hombres y mujeres, en este gran objetivo, que es un objetivo de todos».
En general, el PP considera que la huelga es insolidaria porque muchas mujeres con «problemas reales» no se pueden sumar, ya que parar un día o unas horas les supone un esfuerzo económico cuando no una amenaza velada por parte de sus empleadores. Además, el partido del gobierno considera un error que se incluya en el manifiesto el tema de la violencia machista, cuando hay un Pacto de Estado contra la Violencia de Género, y que se plantee el paro como algo estrictamente de mujeres, sin contar con los hombres.
La ministra de Sanidad, Dolors Montserrat, lo expresaba muy claramente en uno de los muchos actos que se llevan a cabo durante estos días con motivo del 8M, celebrado en la universidad privada de Murcia. «Nos necesitamos a todos para trabajar en la igualdad sin etiquetas. Una sociedad de roles compartidos».
La igualdad no es una lucha de sexos, es un valor de todos.
Un país progresa cuando cuenta con todo su talento, femenino y masculino. @UCAM pic.twitter.com/utSx50dOVS— Dolors Montserrat (@DolorsMM) 6 de marzo de 2018
Ciudadanos vs Manifiesto
El partido que preside Albert Rivera tampoco se suma a la huelga. ¿Los motivos? Básicamente, Ciudadanos no comparte el contenido del manifiesto y tampoco el carácter «anticapitalista» de la huelga. Ese el mensaje que el propio Rivera lanzó durante la última reunión de la dirección permanente de Cs y que él mismo se encargó de transmitir públicamente.
«El día 8 de marzo habrá una representación de nuestra Ejecutiva que estará en esa manifestación que defiende la igualdad de las mujeres, pero no apoyamos la huelga general anticapitalista que han convocado, porque no somos anticapitalistas«.
Además, Ciudadanos rechaza que el feminismo sea de una ideología concreta. «Defender la igualdad de la mujer no tiene que tener la obligación de pertenecer a una ideología u otra», dijo Rivera cuando informó sobre la posición de su partido ante el 8M, asegurando que la decisión de no sumarse a la huelga ni a los paros fue liderada por las propias mujeres del partido.
Ciudadanos se suma a los actos e iniciativas institucionales pero nada más. En el Ayuntamiento de Madrid, por ejemplo, ha acordado con el resto de los grupos políticos aprobar una declaración institucional con motivo del 8M, «porque es amplia y nos incluye y nos representa a todas», explicó su portavoz Begoña Villacís. «Cuando estamos reivindicando causas tan justas como las causas feministas, justo en este momento tendríamos que tratar de buscar esa amplitud que, yo creo, que esta huelga están negando porque en ese manifiesto hay una gran mayoría de mujeres que no se sienten representadas«.
Ciudadanos entiende que todas las mujeres se enfrentan a los mismos problemas – «las que somos liberales, las que son comunistas, las que son socialdemócratas, las que son conservadoras» – y la convocatoria del 8 de marzo no refleja esa unidad. En cualquier caso, como puntualizó Villacís, «es legítima la huelga, como es legítimo manifestarse, como es legítimo concentrarse, como es legítimo trabajar». Las mujeres de Ciudadanos no se sienten representadas en esta convocatoria de huelga y hubieran preferido algo «más amplio».
En su argumentario, el partido naranja defiende actuar, pactar y concretar medidas efectivas que permitan, por ejemplo, luchar contra la brecha salarial. O como ha explicado en su cuenta de Twitter el presidente del partido Albert Rivera, la brecha salarial no se defiende ni se resuelve con palabras como ‘portavoza’ – en alusión a la expresión utilizada por la portavoz de Unidos-Podemos en el Congreso, Irene Montero – sino con medidas concretas.
La brecha salarial se dispara a partir de la maternidad. No acabaremos con esta situación diciendo ‘portavozas’, sino con más permisos de paternidad, financiando educación 0-3 años y con flexibilidad y conciliación en horario laboral. pic.twitter.com/j7mXbkpRpC
— Albert Rivera (@Albert_Rivera) 6 de marzo de 2018
Frente a las decisiones del PP y de Ciudadanos, llama la atención, no el hecho de que se hayan sumado a la huelga organizaciones de todo tipo y condición – estudiantes, amas de casa, profesionales, etc. – sino el apoyo que la convocatoria ha recibido por una parte de la Iglesia y por una institución como la Monarquía.
En el primer caso, es el cardenal arzobispo de Madrid, Carlos Osoro, quien aseguró hace unos días durante la presentación de un libro, que comprende que las mujeres hagan huelga el 8M. «Hay que defender sus derechos. Lo haría también, lo hace también de hecho, la Santísima Virgen María». En cuanto a la Monarquía, se trata de algo más que un gesto el hecho de que la reina Letizia no tenga actos oficiales previstos para el Día Internacional de la Mujer, según la agenda de Casa Real.