No solo toallitas: nada de esto deberías tirarlo por el váter
Mecano decía que “los españolitos enormes, bajitos hacemos por una vez algo a la vez”, refiriéndose –claro– al hábito de tomar 12 uvas en fin de año. Eso une, pero hay algo que todos los humanos con un sanitario cerca hacemos a diario, y que une todavía más: tirar de la cadena. Esta sana e higiénica costumbre puede no serlo tanto dependiendo de lo que baje por el desagüe del inodoro.
Mecano decía que “los españolitos enormes, bajitos hacemos por una vez algo a la vez”, refiriéndose –claro– al hábito de tomar 12 uvas en fin de año. Eso une, pero hay algo que todos los humanos con un sanitario cerca hacemos a diario, y que une todavía más: tirar de la cadena. Esta sana e higiénica costumbre puede no serlo tanto dependiendo de lo que baje por el desagüe del inodoro.
Es conocido por (casi) todo el mundo que las toallitas húmedas no deben tirarse por el váter, que provocan unos atascos enormes y muy difíciles de eliminar. Para el medioambiente, teniendo en cuenta que la gran mayoría de estos productos –ya sean de higiene personal o desmaquillantes– no son biodegradables, tirar las toallitas húmedas al váter puede suponer un auténtico drama ecológico. Además del coste ambiental, está el económico: las toallitas generan un gasto de entre 500 y 1.000 millones de euros cada año en toda la Unión Europea. Está claro que no hay que tirar toallitas húmedas por el váter, pero más allá de estos productos: ¿qué no se debe tirar por el váter?
1. Lentillas
No les prestamos atención, pero las lentillas son más dañinas de lo que imaginábamos. Una nueva investigación presentada en Boston, a propósito de un encuentro de la America Chemical Society, ha alarmado sobre el daño que provocan las lentillas cuando las tiramos por el retrete o por conductos similares. Si estás acostumbrado tirar tus lentillas por el váter, como tantas otras personas, debes conocer que tienen muchas posibilidades de terminar en el fondo del océano, primero, y en el estómago de algún animal después.
Los investigadores revelaron que en Estados Unidos uno de cada cinco usuarios tira las lentillas por el desagüe, dejándolas ir con el agua. El daño parece insignificante si nos centramos en lo pequeñas que son, pero la realidad es más amplia: los expertos estimaron que suponen entre seis y diez toneladas cada año solo en Estados Unidos.
2. Tampones, algodón y bastoncillos para los oídos
Una falsa creencia generalizada entre las mujeres es que el tampón se puede tirar por el inodoro sin problema. Si bien sabemos que su aplicador debe ir a la basura, pensamos que el tampón en sí es biodegradable. Pues no, y además es difícil de romperse. Aunque la mayorías de las marcas más populares los presenten como productos ecológicos, fabricados principalmente de materias orgánicas, la realidad es que al tirar los tampones por el váter se pueden generar grandes atascos. El algodón y los bastoncillos para los oídos tampoco deben bajar por nuestros desagües.
3. Pelo
Los científicos estiman que una sola persona cuenta con unos cien mil pelos en la cabeza en condiciones de no calvicie. Cada día perdemos entre 50 y 150 cabellos, por eso se quedan en nuestros peines y cepillos. Sin embargo, no es buena idea mandarlos directos por el desagüe. La mayoría de los pequeños atascos de pelo se suelen producir en el bote sifónico de las casas. Así que, además de no tirarlos por el váter, conviene además limpiar con asiduidad el desagüe de la ducha.
4. Preservativos
Aunque parezca una soberana barbaridad, hay gente que tira los preservativos por el váter. No sabemos si por borrar las “huellas del delito” o por pensar que es más higiénico, pero en 2018 hay gente tirando por el desagüe los preservativos usados. Obviamente, los condones están fabricados en su mayoría de látex y la idea es que no se rompan, por lo que lo mejor es tirarlos a la basura. De otra manera, pueden generar enormes atascos. Y lo han hecho, de hecho, incluso han delatado a una red de prostitución en Estados Unidos.
5. Colillas
Casi todo fumador se ha enfrentado alguna vez a una situación en la que no tenía otro sitio donde tirar su colilla que el váter. Por ejemplo, en los baños de un aeropuerto. Si bien esto no solo es una falta de respeto, sino que está totalmente prohibido, es bastante común. Bien, pues tirar las colillas por el váter es una pésima idea. Para empezar, el cigarro se quedará flotando en el inodoro hasta tres o cuatro descargas después de tirar de la cadena por primera vez. Un gasto innecesario de agua. Para terminar, las colillas no se degradan con facilidad, y tirarlas supone arrojar los químicos del cigarrillo a la red pública de aguas. Mejor usar un cenicero portátil.