Los 'cupcakes' que endulzan a los sin techo: un proyecto de un 'ex-homeless' para la concienciación social
El objetivo del proyecto de Liam es animar a la gente a que escuche, ayude a los sin hogar y que piensen en ello
El padre de Liam falleció cuando tan sólo tenía 18 años. “Lloraré por ello toda mi vida”, cuenta con emoción. La depresión que vivió le llevó a residir en las calles, concretamente en Barcelona y en Madrid. Dormía y caminaba por ellas, así como buscaba el lugar más adecuado para realizar su vida. Explica que no fue una experiencia “bonita”. Al contrario, sostiene lo “difícil” que es ser una persona sin techo. Esta realidad está muy extendida en España, la Fundación Rais estima que hay 31.000 personas sin hogar, aunque un informe elaborado por el Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social especifica que «si se considerara que hay un 10% de personas sin techo en espacios públicos que no son localizadas por los recuentos, se estaría en un intervalo de 30.250-36.300 personas sin hogar».
Liam nació y vivió en Reino Unido, pero cuando ya tenía la mayoría de edad decidió venirse a Barcelona para trabajar como comercial. Probó suerte, pero no funcionó. Sin embargo, su fortuna cambió cuando en Madrid conoció a un chico y, en Marbella, a una mujer, que le sirvieron de inspiración para crear su proyecto, Homeless give a cupcake, que trata de ayudar a las personas sin techo.
Su proyecto consiste básicamente en ofrecer una magdalena a una persona sin hogar para entablar una conversación. Liam trata de animar al público a dar el bizcocho a las personas del colectivo para tal y como él dice, “sentirse bien”, para que ambos se sientan bien. También aclara que una manta o cualquier elemento que alguien desee ofrecer es adecuado. La cuestión es, realmente, “tratar de alentar a la gente a que ayude a los sin techo y, sobre todo, que piensen en ello”, aclara.
“Homeless give a cupcake es una historia de amabilidad”, sentencia Liam. Nace de un acto de generosidad. Este episodio altruista tuvo lugar cuando él estaba en el aeropuerto de Madrid y conoció a un chico alemán de 18 años, Pat, que necesitaba volver a su casa. El joven estaba llorando porque no contaba con el dinero suficiente para viajar a Alemania, pero Liam decidió ayudarle. En un hostal donde ofrecían el desayuno, Pat cogió todas las magdalenas que había y se las llevó, entonces, a Liam se le ocurrió venderlas. De esta forma, pudieron conseguir todo el dinero para que Pat comprase los billetes del autobús de vuelta a su hogar. “Al final de aquel día Pat me dijo que había sido una inspiración para él, así que en aquel momento pensé que yo podría ayudar a otra gente”, recuerda Liam. Y así, nació su proyecto: Homeless give a cupcake, es decir, dar este dulce a personas sin hogar y entablar simplemente una conversación con ellas; una excusa para poder iniciar un proceso de inclusión social.
La otra parte de la inspiración procede de cuando él estuvo una temporada en Marbella. Allí conoció a una chica a la que le contó todas las ideas que tenía sobre este trabajo, y cómo lo estaba construyendo. Ella fue la primera persona que lo escuchó después de tanto tiempo. Le ayudó a explorar y demostrar todas las emociones contenidas. Tras oír los detalles afirmó que su concepción de Homeless give a cupcake era muy buena. Liam se dio cuenta que después de todo lo que había sufrido, una persona le había prestado atención y le había dado un poco de cariño. Fue un punto de inflexión. Pensó que si esta chica lo había escuchado, la gente que participa en el proyecto también puede acercarse con una magdalena a las personas sin techo para charlar con ellos y conocer las historias que están detrás de estas personas.
Ahora Liam, que ya no vive en la calle, está trabajando de comercial, le dedica la mayor parte de su tiempo a Homeless give a cupcake. “Lo que estoy haciendo sobre todo es contar mi historia sobre el proyecto y buscar la forma de que salga adelante”. Está explorando la manera de consolidarlo, por el momento, en Instagram, cuenta ya con más de diez mil seguidores, a los que quizás fidelizará con una galería de fotos sobre las vivencias de las personas sin techo. Todos estos seguidores los ha obtenido gracias a su tesón y a su fuerza de voluntad para contar su historia y su visión de esta futura empresa durante un año y medio a personas que encontraba en las calles, bares, etc.
“La realidad de las personas sin hogar es un reflejo de cómo la sociedad y el Gobierno trata a los demás”, declara Liam tras conocer el dato de las 2.800 personas sin techo en Madrid, según un estudio coordinado por el Samur. En este sentido, cree que los gobiernos se deberían preocupar más por la vivienda y por los habitantes de las ciudades que no tienen la suya.
Y es que, según el emprendedor, es muy fácil acabar en las calles pidiendo dinero o comida si atraviesas por algún problema con el alcohol u otras drogas. Los datos del Samur lo avalan, en la ciudad madrileña se calcula que casi la mitad de las personas de este colectivo padece algún trastorno adictivo, al alcohol (30-35%) y a otras drogas (12-15%). Por ello, estudia la forma de animar a la gente que vive en la capital de España y alrededor del mundo a participar en Homeless give a cupcake y en poder ir dando pequeños pasos para transformar la realidad de las personas sin hogar.