El momento es ahora, las vacunas no son demorables
En 2019, 5,2 millones de niños menores de cinco años murieron por neumonía, diarrea o sarampión
Desde hace más de dos siglos las voces de los antivacunas intentan confundir con argumentos delirantes y sin sentido pero muy peligrosos. En la actualidad y con la crisis del coronavirus y la necesidad de vacunarnos contra él cuando la vacuna esté disponible, una de las teorías conspiranoicas más difundidas en redes sociales fue la que aseguraba que la pandemia formaba parte de un plan encubierto de Bill Gates para controlar a la población mundial mediante nanochips 5G insertados en las vacunas. Hasta el propio Bill Gates tuvo que salir a desmentirlo.
Sin embargo, más allá de juicios de primer mundo, lo cierto es que las vacunas salvan vidas, en concreto la vida de cinco niños cada minuto, esto es, unas tres millones cada año gracias a la inmunización. Y sí, son juicios de primer mundo, porque hay territorios en los que no hay lugar para las dudas ni para las desconfianzas, allí es vivir o morir. Vacunarse o morir.
Lo cuenta Lucía Galán, médica especialista en pediatría, durante una rueda de prensa impartida por Unicef, durante la presentación de su campaña #PequeñasSoluciones para concienciar sobre la importancia de la vacunación infantil. «En Somalia, las madres caminan kilómetros con sus hijos a cuestas, sin protestar ni quejarse, con resilencia, para que los pequeños sean vacunados. Sus caras de ilusión al ver llegar las neveras con las vacunas que venían en motos, burros o furgones lo eran todo».
Ni un solo niño debería morir por una enfermedad para la que existe una vacuna, y lo cierto es que aunque en las tres últimas décadas se ha logrado reducir la mortalidad infantil en un 59%, según datos de Unicef, unos 14 millones de niños en el mundo todavía no reciben ninguna vacuna. En 2019, 5,2 millones murieron antes de cumplir cinco años por neumonía, diarrea o sarampión. La mayoría de estas muertes podrían haberse evitado mediante la vacunación y es nuestra responsabilidad como sociedad que esto no ocurra, porque no hace falta ser médico para salvar vidas. ¿Y cómo lograrlo? Vacunando a nuestros hijos, vacunándonos nosotros para conseguir lo que se llama inmunidad comunitaria, colectiva o de rebaño.
«Esta inmunidad se alcanza cuando un alto porcentaje de la población está vacunada. Enfermedades altamente contagiosas, como el sarampión, requieren una cobertura del 95%. Así, vacunando a los niños, los padres no solo protegen la salud de sus hijos, sino también a toda la comunidad», relata Javier Martos, director ejecutivo de Unicef España.
En 2019, 5,2 millones de niños menores de cinco años murieron por neumonía, diarrea o sarampión
En este sentido, Martos recuerda que la mayoría de niños que no son vacunados viven en lugares remotos, barrios urbanos marginales y áreas afectadas por conflictos que interrumpen los sistemas de salud y los programas de vacunación, lo que conduce a una caída de la cobertura de inmunización. Dos tercios de ellos se concentran en 10 países de ingresos medios y bajos: Angola, Brasil, Etiopía, Filipinas, India, Indonesia, México, Nigeria, Pakistán y República Democrática del Congo. De ahí la importancia también para la ONG, que es la mayor suministradora de vacunas del mundo, de recaudar fondos para sus programas. No olvidemos todo el proceso y la complejidad que supone que una vacuna llegue en buen estado a su receptor evitando rupturas de stock y de la cadena de frío, algo realmente complicado en países donde la electricidad no es precisamente un fuerte –directamente no hay– y estas, en muchas ocasiones, llegan en burro o furgones por caminos y carreteras sin asfaltar, con la lentitud y el retraso que eso implica.
«Son lugares donde hemos de multiplicar los esfuerzos para ampliar los servicios de vacunación y ahora se añade la pandemia, que ha puesto mucha más presión sobre los servicios sanitarios, con retrasos en la vacunación», relata el directivo.
Datos para la esperanza
La viruela fue oficialmente erradicada por la OMS en 1980
España, la importancia de no bajar la guardia
Las vacunas evitan cada año 1.000 muertes en España