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Sociedad

Ébola: un brote sin precedentes y fuera de control

Detectado en humanos en 1976 por primera vez, de forma simultánea en Sudán y en el Congo, el ébola es hoy una enfermedad incurable y sin vacuna. De los 18 brotes que se han detectado desde entonces, el actual que azota a tres países del África Occidental y está “fuera de control” amenaza con ser el peor de la historia. Hay registradas más de 330 víctimas mortales, y en las últimas semanas la tendencia se ha incrementado en un 60%. Muchos otros enfermos no identificados podrían estar muriendo en sus casas, ocultados por sus familiares o aconsejados por curanderos indígenas.

Médicos Sin Fronteras trasladan un cádaver contagiado con ébola (SEYLLOU/AFP/Getty Images)

La actual cepa del ébola está matando al 60% de las personas infectadas. El brote se extiende a tres países del África Occidental y se encuentra “completamente fuera de control”, aseguran desde Médicos Sin Fronteras. Se ha cobrado ya más de 330 víctimas, conocidas, porque uno de los grandes dramas de la situación es la cantidad de mitos que circulan por la región, donde peligrosos curanderos atemorizan a los infectados y contribuyen a extender el pánico.

La alarma del 27 de mayo

El pasado 27 de mayo, The Viral Hemorrhagic Fever Consortium (VHFC) emitía un alarmante comunicado de prensa para confirmar las peores sospechas: detectado un peligroso brote de ébola en Sierra Leona: “Siete muestras de esa zona han confirmado el positivo de Zaire Ebolavirus en el Lassa Laboratoy del Kenema Government Hospital”. Este laboratorio es un centro clínico y de diagnóstico que resulta “crucial” para la detección de ébola. Se trata de uno de los dos únicos sitios en África Occidental destinados a esta tarea. Tras la confirmación del VHFC se han puesto en marcha diferentes dispositivos para “proporcionar apoyo técnico y de campo en la lucha contra la amenaza de que el ébola se extienda por Sierra Leona”.

Sin embargo, en el tiempo transcurrido desde ese comunicado hasta hoy, la crisis no ha hecho más que extenderse. Solamente en las dos últimas semanas se ha vivido un incremento del 60% del número de muertes en Sierra Leona, Liberia y Guinea, las zonas más afectadas. 337 casos mortales registrados, aunque los expertos aseguran que estará habiendo muchos otros más, en zonas remotas, que ni siquiera llegarán a detectarse.

Los cooperantes aseguran que está “fuera de control”

“La epidemia está fuera de control”. Estas palabras del director de Operaciones de Médicos Sin Fronteras, Bart Hanssens, han dado la vuelta al mundo en las últimas horas. La organización asegura que está teniendo muchas dificultades para responder a la gran cantidad de casos y nuevos focos que surgen sin descanso por diferentes puntos de la región: “Hemos llegado al límite de nuestras capacidades», afirma Janssens. «A pesar de los recursos humanos y los trabajadores desplegados por la organización en los tres países afectados, ya no somos capaces de enviar más equipos a los nuevos lugares con casos.»

No existe referencia anterior que pueda ayudar a medir la evolución de este brote. La epidemia “no tiene precedentes en cuanto a la distribución geográfica, las personas infectadas y las víctimas mortales provocadas”, aseguran desde MSF, “esta es la primera vez que el ébola aparece en la región, y las comunidades locales están todavía muy asustadas por la enfermedad y ven a los centros de salud con desconfianza. Mientras tanto, la falta de comprensión sobre cómo se propaga la enfermedad ha provocado que parte de la población continúe asistiendo a funerales en los que no se aplican las medidas de control de infecciones”.

Los voluntarios que están trabajando a pie de campo, hacen una llamada desesperada a la Organización Mundial de la Salud, a los países afectados, y a los más próximos, para que desplieguen “los recursos necesarios acordes a una epidemia de esta magnitud”. “El ébola ya no es un problema de salud pública que se limite a Guinea: está afectando a la totalidad de África Occidental», sentencia Hanssens.

La organización MSF mantiene a 300 voluntarios internacionales y nacionales en Guinea, Sierra Leona y Liberia y ha enviado 40 toneladas de equipos y suministros al lugar para respaldar la batalla contra esta epidemia.

Así se propaga

Buena parte del problema de esta epidemia tiene que ver con la reticencia de los afectados a acudir a centros de salud. En lugares como Guinea y Sierra Leona el ébola se percibe como algo parecido a un designio divino, una misteriosa enfermedad que el paciente no reconoce y ante la que prefiere ponerse en manos de un curandero local, antes de acercarse a un médico.

Las muertes, a su vez, son uno de los principal focos de contagio. A pesar de las campañas de prevención, los ciudadanos hacen caso omiso a las advertencias y acuden en masa a los ritos funerarios de quienes han fallecido por esta enfermedad, trasladando en ocasiones el cadáver durante largos trayectos con ayuda de varias personas. Muchos de ellos quedarán infectados. Y además, al trasladar a otro pueblo el cadáver están haciendo que la epidemia se extienda rápidamente a otros lugares.

El ébola causa gran temor en los infectados de la región y el empeño de los voluntarios es ahora, antes de nada, ganarse la confianza de los enfermos para que se dejen tratar. Recuerdan desde MSF que al menos 30 de los pacientes tratados en Guinea en las últimas semanas han logrado sobrevivir al ébola.

El curandero que hace besar serpientes

El problema cultural no es el origen de la epidemia, pero está contribuyendo a ella, como ya ocurrió en ocasiones anteriores con otras enfermedades. Una investigación realizada en 2001 por la Universidad de Whasington sobre la evolución del ébola en Uganda del Norte, concluyó “que las prácticas tradicionales de curación de algunos curanderos llevaron a ampliar el brote”.

Curanderos quizá no sea la forma más adecuada de llamarlos, pero su papel resulta clave en el conjunto de la salud. Suelen ser mujeres y en ocasiones se les llama “brujas”, aunque tampoco eso responde exactamente a su trabajo. Los curanderos indígenas africanos no están anclados en los mismos principios que hace siglos, sino que su propia experiencia con la muerte les ha llevado a evolucionar. Sin embargo para entender bien el problema hay que entenderlos a ellos y, en particular, el concepto de jok.

En African Philosophy, el profesor Lee M. Brown ofrece una amplia visión sobre este concepto, clave para entender la espiritualidad de esta región. El jok es un espíritu de compleja definición moral. Albert Roca, en su obra sobre África ‘La revolución pendiente’, lo compara con el maná: “Toda persona tiene su jogi, en la medida en que toda persona participa de su pequeña porción de jok. También algunas instituciones tienen su jogi particular: hay un jogi en cada clan y un jogi de la comunidad de clanes, personificado en el rwot (rey) (…) Todo forma parte del jok, tanto lo bueno como malo”.

Los curanderos tradicionales obtienen sus poderes del propio yok específico que guardar en su interior. Cuando se detecta una enfermedad en algún hogar, primero intentan los métodos de curación indígenas, especialmente a base de hierbas. Si se producen varias muertes en una misma familia, el jefe del clan llamará a un curandero para localizar en la casa o alrededores “los yat (venenos) que podrían estar causando la enfermedad y la muerte”.

Todo esto explica lo ocurrido en un caso que resulta paradigmático. “Al menos una docena de mujeres fueron infectadas por una curandera, probablemente cuando lavaban y besaban su cuerpo” tras su muerto por ébola, en el contexto de la preparación de su funeral”. “Ella utilizó serpientes como parte de su práctica” y realizó algunas “predicciones alarmantes y graves desde su lecho de muerte”. “Eso asustó a algunos habitantes del pueblo y atacaron a algunos voluntarios” apedreando sus vehículos.

Apedreando a médicos y voluntarios

El profesor Robert Garry, que ha estado liderando el equipo de trabajo en Sierra Leona, fue uno de los atacados por este levantamiento local contra los voluntarios. “La gente se ha estado resistiendo a la idea de que (el ébola) no se trataba simplemente de una maldición o espíritu”, explica a NCB. Garry explica que la desconfianza hacia los médicos es grande y que señalan a los voluntarios como “personas que tratan de evitar que coman carne de animales salvajes”.  Garry recuerda que se sospecha de consumo de animales como “monos, muricélagos o roedores”: “así es como los expertos creen que comenzó a circular el SIDA entra la gente, y es posible que el ébola se haya originado así también”.

Sin duda, los murciélagos son sospechosos. “El virus del Ebola se introduce en la población humana por contacto estrecho con órganos, sangre, secreciones u otros líquidos corporales de animales infectados”, explican desde la OMS, “en África se han documentado casos de infección asociados a la manipulación de chimpancés, gorilas, murciélagos frugívoros, monos, antílopes y puercoespines infectados que se habían encontrado muertos o enfermos en la selva”. “Se considera que los murciélagos frugívoros”, prosigue “son posiblemente los huéspedes naturales del virus del Ebola en África. Por ello, la distribución geográfica de los ebolavirus puede coincidir con la de dichos murciélagos”. No es casualidad que varios gobiernos africanos hayan prohibido la venta y consumo de murciélagos y que los programas de voluntariado que se desarrollan en la región insistan a los indígenas en que abandonen sus prácticas de consumo de carne silvestre, al menos, hasta que se controle la dispersión del ébola.

La situación actual

Los últimos datos de ProMED, el programa de datos de la Sociedad Internacional de Enfermedades Infecciosas, asegura que en Guinea “entre el 16 y el 18 de junio de 2014 se reportaron un total de tres nuevos casos y tres muertes”. Así, el total de casos asciende en el país a 390 y 267 muertos.

En Sierra Leona, entre el 15 y el 17 de junio de 2014 se reportaron 39 casos y 8 nuevas muertes, ascendiendo la cuenta de este país a 136 enfermos y 58 muertos. En este lugar, “médicos y trabajadores de salud comunitarios están siendo entrenados para hacer seguimiento” a la lista de posibles contagiados.

Y en Liberia, entre el 16 y el 19 de junio, se han dado 7 nuevos casos y un fallecimiento por esta enfermedad, elevando el total de casos a 41 y 25 muertos. Se están siguiendo actualmente a 108 personas que podrían haberse contagiado.

Además de todas las medidas de emergencia, la OMS –que dispone de su propio mapa de situación y evolución del brote– está organizando una reunión al más alto nivel para comienzos de julio en Accra, Gana, para “garantizar un mayor compromiso político”. Los tres países más afectados se reunieron el pasado 23 junio en Sierra Leona. Por supuesto, no se descarta en absoluto que el brote salte a otros países –En España, Valencia investiga un posible contagio-. La OMS no recomienda que se impongan restricciones a lo viajes ni al comercio con Guinea, Liberia, Malí, ni Sierra Leona.

El ébola, aparecido en humanos por primera vez en 1976 continúa siendo una enfermedad contra la que no existe vacuna ni cura. Desde entonces se han producido 18 brotes, aunque ninguno amenaza con alcanzar las dimensiones del actual. La única forma de parar esta epidemia es la movilización social para respaldar la campaña informativa sobre el ébola en estos países. “Tenemos que involucrar a todos”, dice el Dr. Tata Gakou, jefe del Departamento de Salud de Conakry, que defiende que si la gente ya no confía en los medios de comunicación, “hay que comunicarse con ellos de manera directa. Esta es la única manera de asegurarse que las personas no ocultan a sus familiares enfermos”.

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