Muertos vivientes en la redes sociales
¿Qué pasará cuando hayamos muerto? La gran pregunta existencial cuenta ahora con un pequeño apéndice, que cobra cada vez más importancia: ¿qué pasará con nuestras redes sociales y con nuestra vida digital cuando hayamos muerto? Aunque muchos no lo sepan, los datos son propiedad del usuario y morirán con él salvo que haya dejado sus contraseñas a otra persona. No obstante, casi todos contemplan excepciones. Google, por ejemplo, admite: “en casos excepcionales podemos proporcionar el contenido de la cuenta de Gmail a un representante autorizado de ese usuario”.
Nuestros perfiles en las redes sociales mueren con nosotros (Héctor Guerrero/AFP/Getty Images)Se calcula que Facebook, si mantiene su popularidad, se convertirá en un gran cementerio en 2065. Será entonces cuando el más joven del 25% de los usuarios que actualmente copan la franja de 16 a 24 años tendrá inevitablemente 67 años. No falta mucho tiempo. Dentro de algunas décadas Facebook, Twitter y otras redes sociales podrían contar con mayor número de usuarios muertos que vivos. Hasta 2008 los principales gurús de la vida social 2.0. no se preocuparon de los muertos. Hoy, todo proyecto digital que se precie, que incluya el posible ingreso de cuentas de usuarios –especialmente si tendrán actividad social- debe tener en cuenta que tarde o temprano se morirán.
En primavera de 2012 el Pew Research Internet Project tuvo constancia de un hecho histórico: la mitad de los mayores de 65 años ya estaban online. Entre abril de 2009 y mayo de 2011, por ejemplo, la presencia de mayores de 65 años en redes sociales creció un 150%, pasando del 13 al 33% en 2011, siendo Facebook y Linkedin las dos más solicitadas. El crecimiento de personas de edad avanzada en Internet se dispara a gran velocidad: hoy, seis de cada diez personas mayores de 65 años están conectados, y el 77% cuentan con un teléfono móvil –el aumento en este campo es del 69% con respecto a hace un par de años-.
Los primeros muertos en Facebook
En 2007 Facebook acumulaba miles de quejas de usuarios que recibían sugerencias –“personas que quizá conozcas”- para seguir amigos o familiares… fallecidos. Debían solucionar con urgencia una circunstancia que además provocaba situaciones muy delicadas. Pero al mismo tiempo, la solución debería impedir a toda costa que alguien utilizase “falsas muertes” para mofarse o amenazar a otros usuarios, porque entonces la solución se habría convertido en un problema aún mayor.
Diseñado y ocupado “exclusivamente por jóvenes universitario, Facebook tenía pocas razones para adaptarse a la mortalidad de sus usuarios cuando fue lanzado en 2004”, afirma Alexander Landfair, autor del ensayo Facebook of the dead, publicado en 2013: “Sin embargo, durante los últimos diez años, Facebook ha adquirido un papel que no habría imaginado, ni siquiera siendo ambicioso, Marcos Zuckerburg”. “Facebook existe ahora como la capital de la era de Internet”, explica, y “Estados Unidos gasta más de una parte de una décima parte de su tiempo online en Facebook” –el resto de los países emplean incluso más tiempo en esta red social-.
La Masacre de Virginia Tech
El 16 de abril de 2007 tuvo lugar el peor ataque a una universidad en la historia de Estados Unidos. Murieron 33 personas, incluyendo al autor de los disparos, en un episodio conocido como la Masacre de Virgina Tech. El estudiante surcoreano Cho Seung-Hui, de 23 años, mantuvo en jaque a todo el país, disparando indiscriminadamente sobre sus compañeros entre las 7:15 y las 9:30 de la mañana. Por primera vez, además de los teléfonos móviles, redes sociales como Facebook o MySpace fueron empleadas por los alumnos retenidos para indicar a sus familiares y amigos su estado de salud y las noticias sobre el suceso. Los perfiles de los fallecidos se convirtieron en peregrinación de millones de usuarios de Internet, asombrados por una de las primeras masacres vividas en directo en la era de las redes sociales. Se crearon grupos en Facebook como el ya histórico “I’m ok at VT”.
Los periódicos no pudieron ofrecer las identidades de las víctimas porque las autoridades bloquearon la lista, pero un estudiante logró la primicia para su periódico universitario. “David Grant logró identificar a las víctimas”, recuerda Landfair, “a través de sus muros de Facebook”, que en pocos minutos se encontraron plagados de pésames, recuerdos, y mensajes de condolencia para las familias.
Esta tragedia anticipó lo que Facebook haría después. Tras un intenso debate ético, la red social anunció el 5 de septiembre de 2007 que no eliminaría las páginas de los estudiantes asesinados en la Universidad Virginia Tech, sino que cambiaría su política permitiendo que sus perfiles permanezcan indefinidamente como “memoriales virtuales”. “Hasta la tragedia de Virginia, teníamos una política muy simplista” afirmaba entonces un portavoz de la compañía, “ahora cuando se notifica por un miembro de la familia o un amigo confirmado de la víctima, pondremos la página en un estado de conmemoración por tiempo indefinido”.
El cementerio de Facebook
Si Facebook fuera una nación, como considera el estudio ‘Facebook of the dead’, con mil millones de usuarios, ocuparía el tercer lugar en población, sólo por detrás de China y la India. Según Nielsen, los usuarios de cincuenta o más años –que tienen la tasa de muerte más alta-, crecen a un ritmo que es el doble del crecimiento total de la red social. Por eso el estudio, siguiendo actual tendencia de altas y bajas de Facebook, considera que será “muy difícil encontrar jóvenes usuarios para reemplazar a todos los que mueren”. Así, terminará en poco tiempo siendo un “book of the dead”.
Según los cálculos de What If, en un escenario en el que “Facebook comienza a perder cuota de mercado a finales de esta década y nunca se recupera”, el cruce en la gráfica del tiempo entre usuarios vivos y muertos se producirá en algún momento de 2065, mientras que si la red social se mantuviera de moda durante las siguientes generaciones, el punto de Facebook convertido en cementerio habría de ubicarse a mediados de 2100.
Morir hoy en Facebook
Desde el año 2009 Facebook permite convertir a sus usuarios muertos en perfiles conmemorativos. Familiares o amigos pueden informar de la defunción de un usuario y solicitar a través de un formulario la conversión en “cuenta conmemorativa”. “Usa este formulario para solicitar la cuenta conmemorativa de una persona fallecida”, puede leerse en el proceso, “recibe nuestras condolencias y agradecemos tu paciencia y comprensión durante este proceso. Nota: bajo pena de perjurio, la finalidad de este formulario es exclusivamente la notificación de conversión en conmemorativa de la biografía de una persona fallecida”. Posteriormente hay aportar una serie de datos, y adjuntar la prueba del fallecimiento, que puede ser “una nota necrológica o noticia”.
¿Cuáles son las condiciones? Una vez aceptada la nueva cuenta conmemorativa, nadie podrá iniciar sesión: “está prohibida la modificación de las cuentas conmemorativas. No es posible, por ejemplo, agregar ni eliminar amigos, modificar las fotos ni borrar contenido alguno publicado por el titular”. El perfil del fallecido que ha pasado a ser conmemorativo ya no aparecerá en búsquedas públicas ni obviamente figurará en las famosas “sugerencias”.
Algunas decisiones dependen en parte del fallecido, ya que “dependiendo de la configuración de privacidad de la cuenta, los amigos pueden compartir recuerdos en la biografía conmemorativa”. “Cualquiera pueda enviar mensajes privados a la persona fallecida”, sin embargo, “el contenido que la persona fallecida haya compartido (por ejemplo, fotos o publicaciones) permanece en Facebook y está visible para el público con el que se hubiese compartido”. Este punto precisamente ha ocasionado serias polémicas con las familias.
Polémicas en torno a las cuentas conmemorativas
Por supuesto, Facebook se reserva el derecho a eliminar mensajes que puedan resultar especialmente delicados. Por ejemplo, cuando un usuario se suicida y lo publica de forma explícita mediante fotografías o vídeos, algo que trágicamente ya ocurrido: el pasado año la joven mexicana Gabriela Hernández publicó su muerte en Facebook y actualizó su estado con una tela al cuello y un mensaje de despedida, tras un desengaño amoroso.
El sistema de las cuentas conmemorativas no ha estado exento de polémica, como la del caso de Vicent Alberghine, que murió en diciembre de 2011 en un accidente de canoa. Su familia inició una campaña mediática de protesta, asegurando que la página de Vicent fue conmemorada automáticamente por Facebook sin el permiso ni el control de ningún miembro de la familia.
El problema es que muchos de esos miembros y seres queridos no estaban en la “lista de amigos” del fallecido en Facebook. Al conmemorar la cuenta, su actividad queda cerrada y su acceso reducido exclusivamente a quienes integran su red de amigos, por lo que se daba la paradoja de que los familiares directos del joven no podían participar en su “homenaje póstumo virtual”, ni acceder a sus mensajes publicados, o leer los cientos de pésames recibidos, ni ver si quiera sus fotografías. “Ellos no entienden que cada pedacito de él es importante para nosotros», denunciaba el padre del joven.
La familia elaboró entonces una petición pública para que Facebook cambiara su política de conmemoración. Una campaña que actualmente está concluida, y que reunió 1.229 firmas antes de su cierre.
Al tratarse de un problema relativamente, reciente, muchas batallas están todavía peleándose. En julio de 2012 unos padres lograron una orden judicial que obligaría a Facebook a dar acceso a la cuenta de su difunto hijo, para tratar de aclarar su inesperado suicidio, del que no dejó rastro alguno.
Morir en Twitter
Si no hay actualización alguna, Twitter desactiva la cuenta después de seis meses de inactividad. Una desactivación que, pasados treinta días, si nadie la reactiva, se convierte en eliminación definitiva.
Sin embargo, cuando muere un usuario es posible desactivar – siempre que sea una persona “autorizada para actuar en representación de su patrimonio o un familiar directo– la cuenta antes, enviando a la compañía cierta información como una copia del certificado de defunción, una copia de su documento de identidad, y un enlace al obituario entre otras cosas.
Desactivar cuentas de los fallecidos
Para llevar a cabo la desactivación de cuentas de los fallecidos, en la mayoría de las redes, es indispensable cumplir algunas condiciones y aportar cierta documentación. Un certificado de defunción será suficiente en Facebook –si lo solicita un familiar-, mientras que Twitter requiere los datos que se han señalado.
Linkedin, por su parte, permite a quien se encuentre con la cuenta de alguien que ha fallecido iniciar los trámites para desactivar la cuenta. “Necesitaremos saber el nombre del miembro, la última empresa donde trabajó, tu relación con el fallecido y un enlace a su perfil”, explican desde la red social, “también sería muy útil que nos proporcionaras la dirección de correo electrónico del miembro para que podamos encontrar y verificar su cuenta”.
Pinterest exige el certificado de defunción y la demostración de la relación del solicitante con el fallecido.
La muerte en Google
La red social Google+ exige un certificado de defunción y un encabeza de un correo electrónico. Aunque en realidad, todo Google consta con un sistema particular para acceder a cuentas de personas fallecidas. Si el usuario ha sido previsor y ha proporcionado un número de teléfono de confianza –y lo ha configurado correctamente-, las personas elegidas recibirán un correo avisándole de la inactividad de la cuenta que ha decidido compartir sus datos. Para determinar esta inactividad, Google se fija en varios criterios: últimos inicios de sesión, historial de búsqueda, o uso de Gmail incluso en el teléfono, entre otros. Google tiene además la delicadeza de no informar a las personas destinatarias de esta valiosa “confianza” durante el proceso, sino sólo en caso de que la cuenta se quede realmente inactiva, algo que inevitablemente ocurre con los fallecidos que no han compartido sus contraseñas.
Este servicio, llamado Inactive Account Manager, permite al usuario dar acceso futuro a otras personas de confianza en todos los medios de la red Google, incluyendo Drive, Picasa, Gmail, Blogger, y YouTube entre otros.
Los diseñadores de WebpageFX han elaborado una completa infografía que resume todos los datos que es necesario conocer sobre “la muerte digital”.