El negocio yihadista de la ropa usada en España

La Policía Nacional detuvo hace dos semanas siete presuntos yihadistas en Alicante, Valencia y Ceuta, que enviaban armas a Siria e Irak camufladas de ayuda humanitaria. Los contenedores salían de puertos españoles y llegaban a Al Nusra y al Estado Islámico, que también pedía «mujeres».

Esta zona de Alcoy acoge una inmensa concentración de empresa dedicadas al negocio de la ropa de segunda mano. Una parte de esa ropa se incluye en acciones humanitarias y tiene como destino África y lugares en conflicto.

Según ha podido saber Investigations, al menos cuatro de las empresas de Alcoy que se ofrecen en el mercado internacional como líderes en envio de contenedores de ropa de segunda mano, aunque pertenecen a sociedades diferentes, cuentan con una misma persona de contacto internacional que llega a adoptar diferentes identidades en la venta de los productos de estas empresas, físicamente ubicadas en un radio de no más de 300 metros.

En el polígono se ha construido una mezquita, que logró permisos en 2010 tras largas reuniones con los políticos locales en los que fue fundamental la intervención personal del conocido empresario marroquí responsable de la empresa de ropa de segunda mano. N. C. figuró incluso durante un tiempo como secretario y representante legal de este Centro Islámico ubicado en el 13 de la calle Denia del polígono de Concentaina. En el momento, más de 2000 vecinos presentaron firmas contra esta mezquita. Tras presentar el proyecto como una suma de labores espirituales y humanitarias -incluida la colaboración con ONGs-, se logró la aprobación con el apoyo explícito del Partido Popular de Concentaina, que defendió el lugar de culto islámico como muestra de libertad e integración.

Los vecinos creen que la mezquita fue financiada por el propio empresario marroquí, que tiene también negocios textiles en Canarias, Melilla, y Tánger en Marruecos. Todos ellos están destinados al negocio del reciclaje, empaquetamiento y envío de ropa de segunda mano. El responsable portavoz del Centro Islámico de Cocentaina, Rachid Zaitouni, defiende al empresario por ser alguien querido y conocido en la comunidad, y asegura que todo está en manos de la Justicia -que ha ordenado su ingreso en prisión-. Zaitouni dice que su amigo solo enviaba ropa a África, a Senegal, y especula con la posibilidad de que su implicación en la trama se deba a una jugada externa al empresario.

«Los vecinos están hartos», explica un empresario del polígono que ha exigido su anonimato por temor a represalias, de la creciente hegemonía islámica en la zona. Asegura que la mayoría de los trabajadores de la empresa textil son árabes y que el cambio se ha producido en un periodo de pocos años. «Hay muchos musulmanes, cada vez más. Si en el pueblo hay 2.000 musulmanes censados, realmente habrá 5.000 pero sin figurar en ningún sitio. ¿Cómo vamos a estar tranquilos así? Y cada vez vienen más», aseguró, todavía impactado por la reciente operación policial.

«Hubiese puesto el cuello por ellos», asegura a Investigations el propietario de una de las naves adyacentes a la de N. C., que dice tener una relación extraordinaria con él y su hermano: «no puedo decir otra cosa que buenas palabras. Ha sido una gran sorpresa para nosotros. Y ya le digo que tenemos las naves pegadas. Cuando ellos llegaron con su primera nave pequeñita a este polígono, nos pidieron un toro y se lo dejamos, luego se compraron uno, y cuando se nos rompió el nuestro se lo pedíamos a ellos. Y no puedo decir otra cosa: que era muy amable, muy servicial, y no me lo imaginaba». «Eso sí», añade «hace 2 años no había naves de ropa usada en este polígono, estaban libres. Ahora, quitando 4 o 5 empresas españolas, todas las demás naves actualmente son de ropa usada regentadas por árabes. No hay naves sin alquilar. Han copado todo en muy poco tiempo».

Cuando el programa de Antena 3 Equipo de Investigación entrevistó a N. C. como artífice del milagro del negocio millonario de la ropa usada en el Alcoy, ya estaba siendo investigado por la Comisaría General de Información de la Policía Nacional. Fuentes policiales aseguran a Investigations que será «la justicia la que decida» pero «salir en un programa de televisión no es prueba de inocencia para un presunto implicado en una trama así» e insinúa que el mero hecho de aparecer en televisión hablando de sus negocios puede formar parte del plan de esconder las verdaderas actividades del grupo. El empresario salió muy enfadado del programa, porque ya entonces se vincularon sus negocios con presuntas ONGs falsas de toda España, que ahora ocupan parte central en la trama del envío de armas a Siria bajo la apariencia de contenedores de ayuda humanitaria.