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SOS: Primeros auxilios para perros

Los accidentes ocurren. Por desgracia no hay nada que podamos hacer para garantizar que nuestro perro estará siempre a salvo. Sin embargo, lo que sí podemos hacer es estar preparados para reaccionar en el caso de que ocurran y así ayudarlo hasta que reciba asistencia veterinaria. Con una actuación rápida y eficaz podemos aliviar su dolor, evitar que se desarrolle una crisis grave o incluso salvarle la vida.

SOS: Primeros auxilios para perros

Los accidentes ocurren. Por desgracia no hay nada que podamos hacer para garantizar que nuestro perro estará siempre a salvo. Sin embargo, lo que sí podemos hacer es estar preparados para reaccionar en el caso de que ocurran y así ayudarlo hasta que reciba asistencia veterinaria. Con una actuación rápida y eficaz podemos aliviar su dolor, evitar que se desarrolle una crisis grave o incluso salvarle la vida.

Los primeros auxilios no deben sustituir en ningún caso la atención veterinaria. Aunque pensemos que la situación está controlada, es necesario que un experto evalúe al animal y establezca las pautas a seguir a partir de ese momento. Y durante la emergencia, siempre que se pueda, es recomendable ponerle el bozal. El miedo y el dolor intenso hacen que el perro sea impredecible, por mucho que confiemos en él, no debemos olvidar que en una situación límite, puede morder. Es importante recordar que no se debe dejar nunca al perro con el bozal puesto sin supervisión ya que existe riesgo de asfixia si vomita.

La reanimación cardiopulmonar, los vendajes y la compresión abdominal son técnicas que requieren entrenamiento ya que de realizarse de forma incorrecta podrían no solo no funcionar, sino empeorar la situación del animal. En caso de ser necesario, una buena alternativa para minimizar los riesgos es intentar contactar con una persona certificada para que nos guíe telefónicamente. Si la situación es muy compleja, las constantes vitales ayudarán al veterinario a evaluar el estado en el que se encuentra el animal. Esto son los parámetros normales:

  • Temperatura: Lo normal para los perros es de 38º-39º y debe medirse con un termómetro rectal.
  • Frecuencia respiratoria: Se mide contando los movimientos del pecho por minuto. Lo normal es de 10-30 rpm.
  • Pulso: Varía dependiendo de la edad y del tamaño del perro, pero debe estar siempre entre 80-140 lpm. Se mide con el perro tumbado de lado, en la cara interna de los muslos.
Para que él esté tranquilo, debemos mantener la calma. | Foto: Lizeth Alarcon/Flickr

¿Qué hacer?

Envenenamiento: Es fundamental trasladar al animal a la clínica veterinaria de inmediato. Si se sabe qué ha ingerido el perro, se deben seguir al pie de la letra las indicaciones del envase y en la medida de lo posible, llevar el producto con su envoltorio para que pueda ser analizado por el especialista. Si no hay restos del producto o no se sabe qué es lo que ha tomado, puede ser de utilidad recoger una muestra del vómito o de las heces. No se debe inducir nunca el vómito antes de hablar con un veterinario.

Convulsiones: Por lo general, cuando sufren convulsiones, los perros caen al suelo de lado y permanecen inconscientes. No hay que sacarle la lengua porque podría mordérsela, tampoco hay que sujetarlo, pero sí hay que ponerle algo mullido debajo de la cabeza para evitar que se golpee. Es importante mantener las manos alejadas de la boca del animal, ya que al estar inconsciente corremos el riesgo de que nos ataque. Pasada la convulsión, es recomendable mantener al perro en una habitación oscura y tranquila para que se recupere. Tan pronto sea posible, hay que acudir al veterinario.

Mordedura: Las lesiones causadas por el ataque de otro perro pueden ser muy graves y no deben nunca tomarse a la ligera. Para evitar infecciones, es importante lavar la herida con abundante agua y jabón y acudir al veterinario lo antes posible para que descarte que haya lesiones internas y valore si la herida necesita o no sutura. El agua oxigenada es un buen aliado en estos casos ya que tiene un efecto antiséptico y puede contribuir a parar hemorragias leves.

Ahogamiento: Una vez fuera del agua, es importante revisar las constantes vitales del perro y ayudarlo a expulsar todo el líquido que se haya podido acumular en sus pulmones levantándolo por las patas traseras para que la gravedad haga su trabajo. Como resultado, comenzará a toser.

Golpe de calor: Es importante llevar al perro a un sitio ventilado, con sombra, en el que pueda respirar aire fresco. Para bajar la temperatura, lo mejor es bañarlo con agua templada, nunca fría, y si está consciente, ofrecerle de beber para que se vaya hidratando poco a poco. Cuando la temperatura haya bajado a niveles normales, hay que secar al perro y cubrirlo con una manta para evitar que siga perdiendo temperatura.

Botiquín básico de primeros auxilios

Es recomendable tener a mano un botiquín de emergencia para poder atender cualquier urgencia médica sin perder tiempo. Debe guardarse en un lugar accesible y conocido por todos los miembros de la familia, pero como es lógico, fuera del alcance de los niños. ¿Qué debe tener? Estos son los imprescindibles:

  • Agua oxigenada
  • Alcohol
  • Suero fisiológico
  • Solución antiséptica de uso veterinario
  • Crema para quemaduras
  • Jabón neutro
  • Algodón
  • Gasas esterilizadas
  • Vendas
  • Esparadrapo
  • Guantes quirúrgicos
  • Termómetro
  • Pinzas
  • Tijeras
  • Jeringas

En tiendas especializadas venden kits muy completos, incluso en formato viaje. Es importante controlar de manera periódica el estado general de los productos y la fecha de vencimiento.

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